Economía

El millonario negocio detrás de la corona de Miss Universo

Países como Bolivia y Colombia han intentado realizar el certamen, pero tampoco se pudo concretar ante los elevados gastos. FOTO AFP

27 de enero de 2015

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Los US$300.000 de la corona que actualmente tiene puesta Paulina Vega Dieppa son apenas una porción de la suma de dinero que mueven este tipo de certámenes como Miss Universo, el cual este año se realizó con un presupuesto mínimo de US$6 millones (más de $14.000 millones), sin contar que este espacio fue aprovechado por diversas marcas ante la audiencia que convoca de alrededor de 1.000 millones de personas en el mundo.

En el caso de Colombia, el tercer país de América Latina donde más se invierte en belleza y cuidado personal con un gasto per cápita promedio de US$90 al año, dos marcas de cosméticos tuvieron una fuerte presencia durante la transmisión del certamen universal de la belleza.

Jolie (marca de maquillaje oficial del Concurso Nacional de Belleza) y Avon, garantizaron al menos un comercial en todos los bloques publicitarios del evento transmitido el pasado domingo.

“Los costos dependen de su duración, ubicación y las negociaciones que cada anunciante tenga, pero pueden estar en alrededor de $26 millones cada comercial. El domingo marcamos 13,5 puntos de raiting y eso demuestra que siguen siendo eventos rentables”, indicó Elisa Restrepo, la gerente de promoción de Avon.

La inversión bien vale la pena, según lo comentan las marcas, debido a que eventos de este tipo representan un estímulo para el consumo. “Hicimos comerciales de televisión con Paulina Vega Dieppa que resultó la Miss Universo este año. Eso es una alianza muy positiva. No puedo dar las cifras de cuánto suben nuestras ventas en los meses en que se realizan actividades con el Concurso Nacional de la Belleza, pero sí puedo asegurar que tiene un impacto muy alto en el incremento de nuestra facturación”, explicó Jean Pierre Goutterbroze, presidente de Vogue, grupo propietario de Jolie.

Aunque el tema de la escogencia de reinas parece frívolo, el crecimiento que ha tenido la industria de belleza demuestra lo contrario. Cifras de Euromonitor International revelaron que en 2008 este sector facturó US$2.873 millones ($6,8 billones), una suma que aumentó a US$4.051,2 millones ($9,6 billones) en 2013. Es decir, en cinco años el alza fue de 41%. La industria de cosméticos representa 3% del PIB de Colombia.

“Uno siempre ve a las empresas de cosméticos patrocinando eventos de belleza y moda y eso tiene un propósito y un impacto en los consumidores. Después de Brasil y Venezuela, Colombia es uno de los países latinoamericanos que más gasta en productos de belleza y cuidado personal”, comentó Juan Carlos Castro, director de la Cámara de la Industria Cosmética y de Aseo de la Andi.

Sobre el impacto de los concursos de belleza en Colombia, Restrepo agregó: “los reinados mueven sueños y anhelos de belleza y las mujeres en Colombia tienden a buscar referentes para imitar. De ahí que tengamos al aire comerciales con Cristina Hurtado, Catalina Robayo, Laura Tobón, Siad Char y la modelo internacional Irina Shayk, entre otras”.

Gasto para ser reina

Cuando las marcas no son las que ponen el dinero en un reinado, lo hacen las propias “misses”. Vestidos, joyas, zapatos, maquillaje, clases de todo tipo, gimnasios, diseño de sonrisa y hasta el pasaje de amigos y familiares que la acompañan a los eventos de coronación, son un gasto millonario que en la mayoría de los casos corre por cuenta de la participante.

Fabián Chacón, el preparador de reinas que asesoró a Paulina Vega Dieppa, explicó que tan solo en los dos vestidos de gala que se necesitan por evento (el de la coronación y traje típico) se necesitan aproximadamente $20 millones. “A veces, el Comité de Belleza de cada departamento colabora con ese gasto, pero no es siempre. Incluso, hay “misses” que tienen un diseñador particular o de su región y piden sus vestidos con ellos”, precisó.

Chacón agregó que el presupuesto para ir a un certamen como el Concurso Nacional de Belleza es de $50 millones para cubrir los otros gastos de clases, zapatos, prendas de vestir, entre otros.

¿Miss Universo en decadencia?

Donald Trump es un magnate que ha levantado su fortuna como inversionista en el negocio inmobiliario y hotelero, pero su astucia para hacer dinero se ha puesto en duda no solo por la sorpresa que causó la suspensión del Miss Universo el año pasado, sino también por el lugar donde lo hizo este año: Miami. En esta ciudad, específicamente en Doral, se formó un escándalo porque la ciudad tenía que sacar de su presupuesto US$2,5 millones para la elaboración el certamen y la Universidad Internacional de la Florida tuvo que poner más de US$544.000 en ajustes de su infraestructura para realizar algunos eventos con las reinas, una situación que cuestionaron estudiantes y profesores.

Es importante recordar que la edición de Miss Universo en 2013 se llevó a cabo en Rusia gracias a que el magnate ruso Aras Agalarov aportó parte de los US$20 millones que se gastaron en esa oportunidad para hacer el certamen en una instalación que no fuera propiedad de Trump, donde acostumbra a hacer el reinado mundial.

Países como Bolivia y Colombia han intentado realizar el certamen, pero tampoco se pudo concretar ante los elevados gastos.