Arquitectos e Ingenieros Asociados (AIA) nació hace 75 años, gracias a la visión de sus dos grandes fundadores: el arquitecto Humberto Wills Isaza y el ingeniero civil Julio Ómar Córdoba Eraso, quienes en los años 50 del siglo pasado concibieron esta compañía dado el auge industrial, de construcción y de obras que observaba la ciudad.
Rápidamente, la empresa mostró ser muy exitosa e incluso se fueron incorporando unos ingenieros muy buenos, de los cuales algunos aún viven, como Javier Echeverri, quien fue presidente en su momento y todavía acompaña a AIA. Hubo otros ingenieros destacados como Gonzalo Echeverri, Fabio Mejía y Javier Navarro con quienes se conformó el concepto de arquitectos e ingenieros asociados, y a quienes posteriormente se les ofreció una participación accionaria, y es por eso que hoy AIA está conformada, en términos accionarios, por unas 10 familias.
Durante estos 15 lustros, la compañía ha avanzado de una manera muy exitosa, apostándole fundamentalmente a la construcción de edificaciones e infraestructura para terceros. Con el paso de los años fue incursionando en otras actividades, y por eso la organización no solo se enfoca en edificación, sino también en arquitectura, para lo que se conformó un taller que hasta hoy permanece y que cuenta con 65 arquitectos de primera línea.
De las construcciones emblemáticas de AIA en estos años figuran en Medellín: la Feria de Ganado (1956), edificio del Banco de la República (1970), el edificio Coltejer (1971), edificio Banco Cafetero (1973), así como la capilla de Campos de Paz, el puente sobre el río Nare, el aeropuerto José María Cordóva, el Teatro Metropolitano, el edificio de la Cámara de Comercio de Medellín en el Centro, las hidroeléctricas La Herradura y la Vuelta y la segunda etapa de Centro Internacional de Convenciones (Plaza Mayor).
Hoy su portafolio consta de tres líneas de negocio: construcción para terceros, proyectos inmobiliarios propios orientados a Vivienda de Interés Social (VIS) y para los estratos 3 y 4, y un taller de diseño. “Son como las 3 ruedas del triciclo”, en palabras del actual presidente de AIA, Carlos Eduardo Isaza.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el directivo explicó que la apuesta actual más importante es que el producto inmobiliario siga creciendo en la medida en que el gobierno ofrezca y facilite ayudas. “En el pasado reciente ha habido problemas importantes de tasa de interés, de inflación alta, de confianza, de que los usuarios o los compradores tienen problemas financieros para el cierre de sus proyectos. De hecho, ha habido una disminución o escasez de subsidios. Hay más postulaciones que dinero disponible, pero eso va a volver a arrancar, porque el inventario de vivienda en Colombia tenderá a bajar y volveremos a tener un aumento de construcción, como mínimo en 2 años”, enfatizó el empresario.
Mientras llega esa mejoría, ¿qué está haciendo AIA?
“Estamos trabajando muy intensamente en la construcción para terceros y allí hicimos una segmentación prioritaria porque anteriormente teníamos una mirada más amplia, y ya estamos siendo más selectivos y apuntando al tema de la logística o a los sectores hospitalario, educativo y centros comerciales. En el pasado fuimos muy del sector público, pero tuvimos algunos proyectos que no fueron exitosos y eso nos llevó a la conclusión de que nosotros hoy tenemos una preferencia por lo privado, y no por cualquier tipo de edificación, nos gustan las edificaciones con cierto nivel de complejidad y que requieran unas competencias técnicas importantes”.
¿En el segmento de construcción para terceros, qué están ejecutando?
“Estamos haciendo un centro comercial muy exitoso, de una cadena de outlet que se llama Único, en Bucaramanga. Lo vamos a entregar el 6 de diciembre. Estamos haciendo 3 estaciones del metro línea 1 en Bogotá. Con el metro de Medellín estamos a cargo del mejoramiento de accesibilidad y de reformas en 10 estaciones”.
Y en tiempos tan complejos para la edificación, ¿qué está desarrollando AIA?
“Tenemos dos proyectos en Cartagena; otros dos en Bello, que tendrán unas 750 unidades con posibilidad de construir 1.800 unidades adicionales en el sector de París, cerca de la estación del metrocable Picacho. Hay otro desarrollo inmobiliario por el sector de Estadio - El Diamante, que es un proyecto de vivienda con comercio y consultorios. Igualmente, en Envigado con Tierra Grata ejecutamos un proyecto de cuatro etapas”.
¿Sumando todo eso, AIA está desarrollando cuántas unidades de vivienda?
“Serían unas 2.500 o 2.600, y también tenemos proyectos por iniciar en Marinilla y Rionegro, en el Oriente antioqueño y uno de renovación urbana en Cali”.
Según el Dane, la edificación residencial decreció 2,8% en el segundo trimestre del año, ¿AIA qué es lo que ha visto en este negocio?
“El tema se complicó mucho en el momento en que las tasas de interés se fueron tan alto, porque llegamos a tener tasas del orden del 18%, y eso complicó a las constructoras y a los compradores, pues eso provocó muchos desistimientos, bajaron enormemente las ventas y el sector se ralentizó. Afortunadamente, en el momento en que las tasas de interés empiezan a bajar, la vida mejora tanto para los constructores como para los compradores. Paulatinamente, vamos a ver cómo el sector vuelve a dinamizarse, porque tenemos un déficit de vivienda muy grande en Colombia y eso hay que solventarlo”.
Entonces, ¿ve condiciones para que la edificación mejore el rumbo?
“Pensaría que este gobierno, en el tiempo que le queda, ojalá tenga mayor conciencia de la importancia que reviste el sector inmobiliario, especialmente en lo social, la vivienda VIS. La parte No VIS ha tenido sus afectaciones, pero en algunos de estos segmentos o estratos, el comprador, pese a las oscilaciones económicas, mantiene su capacidad de adquisición de vivienda”.
Así las cosas, ¿cómo cerrará 2024 la compañía?
“Este es un año muy interesante para AIA, porque después de varios años en reorganización, al amparo de la Ley 1116, la compañía venía con números rojos y dificultades. Este año estamos teniendo una recuperación, este es el año donde empezamos a tener lo que llamo: brotes verdes. Al cierre de agosto los números son positivos. Estamos generando utilidad operativa y caja positiva”.
Justamente, ¿cómo va el proceso de reestructuración?
“Desde el año 2020 hemos venido honrando todas nuestras obligaciones con los bancos de una manera muy juiciosa, fundamentada en la desinversión de algunos activos con los que la compañía contaba. Recordemos que en su momento vendimos nuestra participación en el Túnel de Oriente, que ha sido la más significativa. Al sector bancario le hemos venido pagando juiciosamente todos estos años, y de aquí en adelante nuestro tema clave es gestionar la deuda capital, pero a partir de la utilidad operativa, a partir de generación interna”.
¿Hasta cuándo estará AIA en reorganización?
“Hasta el 2031. El proceso se solicitó en 2017, y se concedió en 2020 para responder por deudas de más $100.000 millones”.
¿Contempla AIA ejecutar algún desarrollo en el exterior?
“En este momento estamos en Colombia. En el pasado ejecutamos varios proyectos en Panamá y en República Dominicana. Y por ahora lo que vemos que sería más exportable está en el frente de diseño y arquitectura, así que miramos el mercado cercano de Latinoamérica y posiblemente Florida, en Estados Unidos. Aquí hay otra cosa importante que es el área de preconstrucción, es decir diseño y construcción virtual, donde tenemos herramientas BIM y en lo que somos líderes. Por ahora no estamos pensando construir afuera, salvo que resulte una buena oportunidad con un aliado que tenga base en algún país latinoamericano, pero vemos que hay muchas oportunidades en Colombia”.
¿Por qué no se ven en el portafolio de la empresa obras de infraestructura vial?
“Las organizaciones tienen que enfocarse y de acuerdo a sus circunstancias saben en qué deben estar. Realmente, en el fondo, estamos en infraestructura, estamos con el metro de Bogotá en la línea 1. Pero, en ese tema de las concesiones, en ese modelo de negocio, hoy pensamos que no es para nosotros. El verbo construir se puede conjugar de muchas formas y uno no puede apuntarle a todo. Entonces, cuando se trata de construirle a otras entidades u otras compañías, nos interesa todo lo que sea edificación. Por ejemplo, tenemos una vasta experiencia en centros comerciales, acabamos de terminar en el primer semestre Mall Plaza Cali, que es uno de los centros comerciales más grandes de Colombia, con 175.000 metros cuadrados. De hecho, allí mismo en Cali hicimos Home Center, entonces esta tipología de proyectos es la de nuestra mayor atención”.
AIA estuvo en la concesión Túnel de Oriente, ¿volvería a entrar?
“Fuimos partícipes de la construcción de esa obra con todos sus viaductos, el puente de El Chivo y demás. Ese know how, por ejemplo, quisiéramos aprovecharlo en el momento en que se inicie el proyecto del segundo tubo. Estamos pendientes de la posibilidad de participar allí. De hecho, estamos pendientes de la posibilidad de participar de la ampliación del aeropuerto José María Córdoba”.
¿Qué anticipa para 2025?
“Tenemos un 2025 visualizado de manera muy positiva. Uno normalmente se proyecta en el año que viene, inclusive el que sigue con base en el backlog y pipeline (entendidos como contratos en firme y por concretar, que suman unos $700.000 millones). Estamos esperando el año entrante tener un crecimiento del 25% aproximadamente en ingresos. En el 2023 cerramos con ingresos por $190.000 millones, este 2024 serían unos $225.000 millones y en el 2025 con más de $280.000 millones”.
¿Y qué tan ejecutables son esas estimaciones, en un ambiente de reformas?
“Esta es una compañía que con 75 años ha aprendido a navegar en medio de muchas turbulencias y tormentas, así que hemos aprendido a pasar por momentos muy difíciles. Esta es una compañía que hemos venido reconstruyendo y estabilizando en estos últimos tiempos, y donde la palabra clave es ser flexibles. Le jugamos mucho a la teoría del acordeón, nos extendemos cuando hay oportunidades y nos recogemos cuando las oportunidades disminuyen. ¿Qué hemos venido haciendo en los últimos años? Hicimos toda una reestructuración, la estructura organizacional cambió ostensiblemente. Esto también ha pasado por hacer una reducción altísima de gastos, los hemos bajado un 45% y de no ser así, no estábamos contando esta historia. Eso requiere tomar decisiones, a veces muy duras, y pues si el terreno se pone difícil hay que sacar nuevas competencias y tomar decisiones rápido”.
