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Así pensó Grupo Bios la campaña que donó alimentos por retuits

Santiago Piedrahíta cuenta cómo el Grupo Bios ha puesto su ‘grano de arena’ en la coyuntura.

  • Santiago Piedrahita, presidente del Grupo Bios, una matriz que agrupa marcas como Contegral, Finca, Friko, Ringo, Avícola Triple A y Pic, entre otras. FOTO cortesía grupo bios
    Santiago Piedrahita, presidente del Grupo Bios, una matriz que agrupa marcas como Contegral, Finca, Friko, Ringo, Avícola Triple A y Pic, entre otras. FOTO cortesía grupo bios
10 de noviembre de 2020
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La pandemia de la covid-19 sacudió la economía y los negocios, provocó cambios acelerados en la dinámica de las actividades productivas y disparó la solidaridad de todos. El sector privado y los empresarios no han sido ajenos a esta coyuntura, encararon los desafíos que esta impuso, se siguen adaptando a la llamada nueva normalidad y mantienen las iniciativas de apoyo dirigidas a quienes han sido más afectados en esta contingencia.

Desde la presidencia del Grupo Bios, Santiago Piedrahíta, destacó las manifestaciones de respaldo que el empresariado colombiano ha ejecutado para mitigar el impacto negativo de la emergencia sanitaria y contó aspectos de las tareas que en ese sentido ha liderado esa sociedad.

Igualmente, se refirió al fenómeno del desempleo que se ubicó en el 15,8 % en septiembre, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) y a las estrategias desarrolladas por el Grupo Bios para preservar los puestos de trabajo.

Enfocadas en el sector agroindustrial, las filiales de Bios están presentes en el mercado colombiano entregando a los clientes mensualmente cerca de 150.000 toneladas de alimento balanceado a través de Contegral y Finca. El año pasado los ingresos sumados de estas dos firmas fueron de 3,14 billones de pesos, según la Superintendencia de Sociedades.

También produce 10.000 toneladas de carne de pollo con reconocidas marcas como Friko y Pimpollo y 50 millones de huevos producidos en las instalaciones de Avícola Triple A en el departamento del Tolima. Y con el negocio de genética porcina (PIC Colombia), busca tecnificar a los porcicultores y contribuir con el incremento del consumo de carne de cerdo.

¿Qué opina del rol del empresariado antioqueño en la pandemia?, ¿qué analiza?

“De lo que es público, porque no sé las cifras de cada empresa, sentí una movilización absoluta del empresariado antioqueño en particular. Se volcó a respaldar las instituciones y se vio cómo se dieron grandes aportes para el fortalecimiento de las capacidades hospitalarias.

Aquí hubo cerca de 30.000 millones de pesos que las compañías donaron para potenciar esas capacidades y mucho de eso se hizo a través de Proantioquia; igualmente se fortalecieron esas bonitas iniciativas de los ventiladores (de Innspiramed). En general, ha habido una movilización enorme del empresariado, no solo para apoyar con cosas básicas, sino también para arropar la institucionalidad para que juntos saliéramos fortalecidos de esta crisis tan brava”.

¿Cuáles tareas pendientes ve en materia de responsabilidad social?

“En un momento de crisis que nos genera desempleo, problemas de nutrición y deserción escolar cualquier esfuerzo se queda chico. Lo que es importante es la alineación de los esfuerzos de las empresas con las iniciativas del Estado para que juntos atendamos tantas necesidades. Estoy convencido de que los empresarios, en el ejercicio de ese capitalismo consciente que tenemos, debemos seguir buscando, no solo el crecimiento y el fortalecimiento de los negocios, sino también el construir una responsabilidad social muy importante.

En nuestro caso, más allá de la nutrición que es nuestro fuerte, ser un promotor de empleo es la forma en que podemos atender tantas necesidades de hoy en día. Nosotros hemos tenido la fortuna de no parar labores en todo el año, que no quiere decir que no estemos afectados, pero los sectores con los que hemos podido operar tenemos una responsabilidad social mayor porque hay otras industrias que tienen más dificultad para trabajar y ayudar a otros”.

¿Qué tanto le preocupan las cifras de desempleo?

“El mercado laboral viene repuntando y hoy vemos con anhelo las cifras precovid (de ocupación) que igualmente sabíamos que no eran buenas porque venían con un deterioro frente a números de hace dos años.

El objetivo es seguir buscando la reactivación, la covid nos ha enseñando cómo operar de formas distintas y nos forzó a ser capaces de coexistir entre el cuidado y mantener las operaciones vigentes. Creo que no hay un dilema entre el trabajo y la salud, sino que tienen que ser las dos cosas, y en la medida que se haga esa tarea de cuidarnos dentro y fuera del trabajo con disciplina en cuanto a los protocolos, las cifras seguirán mejorando.

Pensamos que lo que va a pasar con la anticipación de las primas puede ser muy positivo para que el comercio tenga una temporada navideña buena y anticipada y no la concentremos en 20 días, sino ojalá la alarguemos a unos 45 o 50 días, pero insisto en que requiere un compromiso de todos” (ver ‘En Un Minuto’).

¿Cómo protegió Grupo Bios el empleo?

“En los distintos negocios, tanto de nutrición animal como humana, el grupo está conformado por cerca de 7.200 trabajadores. Hemos hecho esfuerzos por proteger al máximos las posiciones de trabajo a la vez que percibimos grandes afectaciones en los negocios de huevo, pollo y cerdo porque en el segundo trimestre el consumo cayó abruptamente y esas líneas debieron ajustarse a esa pérdida de demanda, lo que conllevó a sacrificios de volumen y pérdidas importantes en esos negocios.

Eso fue un aprendizaje muy grande de la pandemia, y es que utilizando la analítica hemos sido obsesivos en el cuidado de nuestra gente para garantizar la continuidad de nuestras operaciones, de la que a su vez depende la seguridad alimentaria en Colombia. Si nuestros negocios se paraban porque los trabajadores se enfermaban, había problemas en las cadenas de abastecimiento tanto de animales como de humanos.

Convencidos de que teníamos un reto muy grande, debíamos tomar todos los controles para que nuestra operación no se parara para garantizar esa seguridad. Cuando nadie hablaba de protocolos, nos inventamos una forma propia de continuar con nuestras labores protegiendo la salud de los colaboradores, y en eso recurrimos a una analítica donde cada uno llena una aplicación con sus datos de salud y los de su familia, y eso lo cruzamos con bases de información pública para hacer una gestión del riesgo en cada una de nuestras operaciones en el país. Venimos día a día haciendo esa gestión”.

¿Cómo prevén que cerrará este año?

“Es el año más difícil para hacer cualquier proyección. Lo que creemos es que en términos de volúmenes de ventas y alimentos para animal, la situación va bien; no obstante, traemos una dificultad muy grande de costos porque esta industria tiene una exposición muy grande a la importación de maíz, soya y torta de soya que son las materias primas esenciales, de las que Colombia importa ocho millones de toneladas, y nosotros adquirimos 1,7 millones de estas. Cuando miramos el costo de esos granos en pesos colombianos vemos el valor más alto de los últimos diez años, fruto de la tasa de cambio, del valor de los commodities en dólares en la Bolsa de Chicago y de la especulación del precio de esas materias primas en el mercado internacional. Eso nos tiene afectados a todos en esa cadena, por lo que proyectamos que el 2020 en término de utilidades será difícil”.

¿Qué lecciones le deja el 2020?

“Primero, que las organizaciones cuentan con un equipo de trabajo absolutamente comprometido, uno lo ve en estos momentos de crisis. Ahora ya nos hemos acostumbrado a esta forma de vivir, pero recuerdo en abril el compromiso de nuestra gente que iba a las plantas y de quienes trabajan de forma remota. Segundo, que realmente los cambios en el consumo están siendo muy grandes y la virtualidad llegó para quedarse. Tercero, que los líderes, cada día más, tenemos que gestionar ambientes volátiles, inciertos y ambiguos de los que no tenemos respuestas pero debemos ir aprendiendo a medida que nos exponemos a esos escenarios. El mundo predecible es cada vez más escaso”.

¿Y qué balance hace de los aportes de Grupo Bios durante la contingencia?

“Hemos contribuido todo lo que se ha podido. A través de la Fundación Grupo Bios se hizo una donación para el fortalecimiento de las capacidades hospitalarias en abril; además, en el segundo trimestre como grupo donamos cerca de 650 toneladas de pollo congelado, que fue una campaña muy bonita que hicimos a través de alianzas con cerca de 82 instituciones públicas y privadas como bancos de alimentos, la Armada Nacional y la Gobernación de Antioquia, entre otras.

Así, logramos llegar a 330.000 familias con pollo, ayudando a complementar algunos de los mercados que distintas instituciones generaron como ayudas en ese momento de la pandemia. Todas las empresas y personas hemos hecho aportes hasta donde hemos podido, y aunque la capacidad de donación se agota, las necesidades siguen allá afuera, por eso pensamos en sacar un poco del presupuesto de publicidad y por eso hicimos el canje de la campaña ‘Mi publicidad es mi ayuda’. Eso no quiere decir que estemos en contra de la promoción o los medios, para nada, en otras marcas del negocio seguimos pautando, solo se trata de un ejercicio puntual para este producto, una lata de pollo de la marca Friko, por la proteína de calidad que tiene esa presentación y la practicidad que posee de llegar a muchos lados de forma fácil sin refrigeración. Creíamos que era ideal para nutrir los bancos de alimentos atendiendo el llamado del padre Daniel Saldarriaga”.

¿De qué se trata la campaña #MiPublicidadEsMiAyuda con la que lanzaron el Pollo en Lata de Friko?

“En medio de la pandemia, en Friko, que es una de las marcas de Grupo Bios, hemos venido trabajando muy fuerte en desarrollar una serie de productos nuevos muy orientados a la practicidad, muy fáciles para cocinar en el hogar. Uno de esos fue el pollo en lata, porque estábamos preocupados de que en el inicio de la contingencia en abril y mayo, era difícil la refrigeración de esa proteína. Viendo esa dificultad para llegar a poblaciones vulnerables y apartadas manteniendo las cadenas de frío, pensamos qué podíamos hacer y los equipos de investigaciones llegaron con este interesante producto, y ya para lanzarlo, pensando en que tenía una oportunidad de éxito alta, las personas de mercadeo presentaron un plan de lanzamiento típico con inversión en medios, pero después alguien en el equipo planteó este mecanismo que nos pareció original y pertinente para el momento, porque hay muchas necesidades allá afuera.

La semana pasada, por ejemplo, el Dane presentó el informe de Pulso Social en el que muestra que entre septiembre del año pasado y el mismo mes de 2020, 1,4 millones de familias nuevas no tienen sus tres comidas al día, y hace poco veíamos en los bancos de alimentos al padre Saldarriaga mencionando que el 54 % de los colombianos tiene riesgo de seguridad alimentaria. Analizando todo esto asumimos riesgos y preferimos hacer el lanzamiento distinto así nos equivocáramos como un video que hicimos y subimos a Twitter. La campaña salió mejor de lo que pensábamos, al corte que decidimos para la campaña recibimos 11.492 retuits, lo que llevó a que la donación total al Banco de Alimentos fuera de 134.476 latas del pollo de Friko, que estaremos entregando en los próximos días. La estrategia siguió y la última vez que vi tenía cerca de 12.000 retuits y 270.000 vistas en el mundo de Twitter, pero eso traspasó y a mí me llegaron reacciones por otros medios. La invitación que le hicimos a la ciudadanía fue ‘nosotros hacemos esta donación, y ustedes ayúdennos a divulgar y dar a conocer este producto’, y sentimos que fue bien recibida”.

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