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La industria aseguradora no ha sido ajena a los efectos producidos por la pandemia, siendo el ramo de vida el que más impacto ha tenido. Según la Federación de Aseguradores Colombianos (Fasecolda), desde el comienzo de la crisis sanitaria se han reportado 33.000 siniestros y se estima que por cuenta de las personas fallecidas a causa del virus se han pagado $443.000 millones.
Hoy las compañías de seguros, según el gremio, cubren los decesos y servicios de salud que se generen como consecuencia de la pandemia, por lo que se proyecta que, al finalizar la misma, los siniestros por la covid superen el billón de pesos.
Impacto y transformación
La siniestralidad de todos los ramos de vida (vida grupo, vida individual y vida deudores) tuvieron un incremento de un 45 % durante la emergencia sanitaria, para un total de $651.000 millones pagados en estos accidentes o daños. (Ver gráfico).
“Lamentamos profundamente el fallecimiento de tantas personas por cuenta de la pandemia, pero nos tranquiliza saber que muchos colombianos que han perdido la vida han podido asegurar una parte o la totalidad de los ingresos de sus familias a través de estos seguros”, expresó Miguel Gómez, presidente de Fasecolda.
Entre las principales problemáticas generadas por la crisis que han enfrentado la compañías de seguros, la empresa de consultoría de estrategia y operaciones PwC destacó la reducción en emisión de pólizas, los impactos en la operación e infraestructura, siniestralidad (aumento o disminución dependiendo del ramo), portafolio de inversiones, extensiones de períodos de cobertura de las pólizas y diferimiento en pago de primas.
Sin embargo, para Jovanny De Lima, director general de Seguros De Lima, empresa especializada en inversiones e intermediación de seguros, la pandemia ha permitido también una transformación positiva en cuanto a la relación de la industria con los usuarios.
“El cambio más notorio es que estamos viendo una gran transformación de un negocio que era muy tradicional en nuestro país, donde todo era muy parametrizado, muy matriculado. Con las nuevas tecnologías y la necesidad de la digitalización, lo que se ha hecho es ampliar ese espectro con el fin de permitir una mayor cobertura y un mayor acceso de los consumidores a los productos y servicios que se ofrecen, ampliando así mucho más los canales de comunicación”, apuntó De Lima.
El comportamiento de las personas al adquirir seguros también ha sufrido transformaciones. Según Fasecolda, después de tener un año negativo en 2020 –las utilidades de las compañías de la industria aseguradora pasaron de $2,2 billones en 2019, a $1,5 billones al cierre de 2020–, los seguros de vida individual, exequiales y educativos presentaron comportamientos de recuperación, lo que indica que las personas en pandemia consideraron la posibilidad de adquirir este tipo de productos para dejar un futuro asegurado a sus familias.
Para Rafael Felipe Gómez Uribe, abogado especialista en derecho comercial, la pandemia ha generado un incremento en la necesidad de las personas de adquirir seguros del ramo de vida, no solamente para cobijar el fallecimiento, si no también los eventuales percances de salud.
“Lamentablemente, el colombiano promedio considera que un seguro es muy costoso y esto va de la mano con la falsa idea que nos ha vendido de que las compañías de seguro están diseñadas para no responder y que son tantas las exclusiones que es probable que termine perdiendo ese dinero. Sin embargo, la covid trajo consigo una situación particular, porque evidenció la necesidad de contar con pólizas que cobijen eventualidades y servicios de salud. En un momento de tanta zozobra actual, un seguro les brinda a los adquirentes la tranquilidad de que en caso de que fallezcan, sus beneficiarios van a recibir unos recursos con los cuales podrán sortear de alguna manera los gastos del día a día”, apuntó Gómez.
Los retos de la industria
Para De Lima uno de los grandes retos que tiene la industria viene precisamente atado a todo lo que tiene que ver con el canal digital: “Si bien, el mismo efecto de la pandemia ha contribuido a que la industria acelere sus procesos de tecnología e implemente nuevas herramientas digitales para hacer mucho más fácil el acceso de los consumidores, aún vemos que faltan esfuerzos en el diseño de productos que se ajusten a las reales necesidades de los consumidores, en donde estos puedan, por ejemplo, fabricar su propio seguro”, apuntó.
Y agregó que ahora, con los cambios en las formas de consumir de las personas, ya no es conveniente ofrecer los mismos seguros estándar y obligatorios. “La conciencia del consumidor colombiano está muy atada a la obligatoriedad de los seguros, mientras se siga conservando esto, se va desincentivar el mercado asegurador. Desde la industria tenemos que velar porque ese diseño de productos o seguros sean buscados para garantizar un mejor proyecto de vida”, puntualizó De Lima.
Las precauciones
La digitalización que se ha venido implementando en la industria de seguros también ha generado, según Gómez, el desafío de no perder la cercanía con los usuarios y la responsabilidad de garantizar que los beneficiarios y los adquirentes de las pólizas sean quienes dicen ser y que ello no se preste para defraudaciones.
“Hay muchas plataformas en internet que dicen vender seguros. Para evitar fraudes es importante, primero, que siempre se haga la adquisición de pólizas directamente a través de la página certificada de la compañía de seguros. Segundo, que las personas cuando realicen pagos por plataformas virtuales sepan que estas jamás piden información confidencial por medio de correos. También hay que validar que si vamos a contestar un correo electrónico lo estemos haciendo a un dominio que corresponda a la compañía de seguros”, afirmó, Gómez.
Y, finalmente, agregó que es importante que los usuarios tengan cuenta que cuando se hagan las negociaciones vía telefónica, evitemos suministrar información financiera, porque este tipo de estafas se han incrementado. La recomendación es ir a la fuente directa y a la página del proveedor de seguros.