El mal momento por el que pasa la caficultura colombiana por la descolgada del precio del grano, las manifestaciones que anunciaron los productores, y el escándalo reciente que provocó la salida de varios directivos, avivaron aún más los rumores de una posible crisis de institucionalidad dentro de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC).
Y es que desde que se posesionó como gerente del gremio de los cafeteros, Germán Bahamón no ha logrado tener una comunicación fluida con el presidente Gustavo Petro. Esto, en parte, ocasionado por diferencias en posturas políticas y opiniones de años atrás.
“No está bien que en el Congreso cafetero hayan cercenado la democracia. Nunca se debió vetar candidatos solo para escoger a quien se pudiera oponer al Presidente”, dijo en su momento el mandatario sobre la elección.
Sin embargo, pese a la solicitud del Gobierno de suspender la elección del nuevo líder de la FNC, mientras se nombraba al nuevo ministro de Hacienda (Ricardo Bonilla), el proceso siguió su curso, quedándose Bahamón con el puesto.
Estas diferencias y divisiones han hecho que la relación entre el gremio y el Gobierno no sea la mejor, incluso en una época en que el sector atraviesa por una crisis que necesita de prontas soluciones.
De acuerdo con Bahamón, pese que ya sostuvo reuniones con varios ministros, incluyendo las carteras de Ambiente y Hacienda, hasta el momento, no se ha podido reunir con el presidente Gustavo Petro.
De hecho, Álvaro Jaramillo, gerente del Comité de Cafeteros de Antioquia, comentó a este diario que “las citas pedidas por nuestro gerente al señor presidente no se han dado (...) La semana pasada había Comité Nacional, pero el día anterior fue cancelado por el ministro de Hacienda, quien se excusó diciendo que se habían presentado unos inconvenientes. Entonces la cita quedó pospuesta para el próximo miércoles 2 de agosto”.
Ahora, en medio de la difícil situación que está atravesando el sector, el gerente de la Federación está a la espera encontrarse “con el presidente Petro y tomarme un café con él”.
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¿Un gremio que ya venía dividido?
Las polémicas dentro de la FNC no son nuevas, pues por ejemplo, el escándalo por el lote de café importado que “pasó de agache” por Almacafé, entidad responsable de vigilar y certificar la calidad del grano que compra el gremio, ocurrió a mediados de 2022, cuando Bahamón aún no había llegado a la FNC.
“El gerente Bahamón de forma eficiente y rápida anunció medidas estrictas —incluida la de la salida del gerente—, pero es la oportunidad para determinar si la responsabilidad es de la Junta como administradora o del Área Comercial de la Federación. Se comenta que, para evitarle pérdidas al Fondo del Café, la empresa Almacafé, con sus recursos privados, se hará responsable del problema”, explicó Germán Trujillo, analista del sector.
Según fuentes del sector, Bahamón recibió un gremio que ya estaba divido, y entre las razones está la puja que se viene librando hace años sobre quién debe administrar el Fondo Nacional del Café, pues han sido los mismos cafeteros quien han solicitado en diferentes ocasiones al Gobierno que quite le quite esta potestad a la FNC.
De hecho, esta problemática se remonta hacia la gerencia de Luis Genaro Muñoz Ortega, quien lideró la Federación hasta 2015, la cual fue fuertemente cuestionada. Algunos, por ejemplo, consideraban en ese momento que los mecanismos de protección y estabilización de los ingresos del Fondo Nacional del Café, de los cuales depende la Federación, reducían y desestabilizaban el ingreso de los caficultores, permitiendo a exportadores privados pagar precios más bajos de los que tendrían, si no existieran tales mecanismos.
En ese momento también los comités de cafeteros de Antioquia, Caldas, Cundinamarca, Risaralda y Huila pidieron la salida de Muñoz Ortega al entonces presidente Juan Manuel Santos. Según José Fernando Montoya, entonces representante por Antioquia en el Comité Nacional de Cafeteros, argumentaba se debía hacer “un cambio de perfil gerencial de la Federación por uno de alguien que tenga una mirada holística y estratégica”. Y, sobre todo, exigían a alguien que “promoviera la unidad del gremio”.
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