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Mientras trabajadores hacen cuentas con el nuevo salario mínimo, otros no están contentos ¿quiénes?
Los grandes gremios, los sindicatos y el Gobierno celebraron el acuerdo alcanzado.
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El presidente Gustavo Petro celebra el acuerdo del salario mínimo para 2023 con su ministra de Trabajo Gloria Inés Ramírez. FOTO: Cortesía Presidencia
15 de diciembre de 2022
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El Presidente de la República, Gustavo Petro, oficializó este jueves la concertación que se logró entre el Gobierno Nacional, los empresarios y las centrales obreras, que determinó que el salario mínimo para el 2023 será de $1’160.000 y el auxilio de transporte de $140.000.
En este sentido, el Jefe de Estado aseguró que “el salario mínimo crecerá un 16%, ubicándose en $1.160.000, el subsidio de transporte crece un 20%, ubicándose en $140.000, para un total de $1.300.000. Esa es la concertación a la que se ha llegado entre empresarios y trabajadores”.
Adicionalmente, dijo que espera “que este incremento del salario mínimo recupere el poder de compra que se ha perdido en los últimos meses, en virtud de la inflación; recupere el incremento de la productividad promedio de la economía y nos permita, además, hacer saltar la demanda interna en Colombia en sus sectores más vulnerables, de tal manera, que no solo podamos corregir una situación de crecimiento del hambre, indudablemente, sino también que se convierta en motor del crecimiento económico”.
Tan pronto se conoció la cifra que empezarán a devengar los trabajadores que ganan el salario mínimo a partir del 1° de enero, tanto gremios como sindicatos y centros de pensamiento han sentado posición, en su mayoría celebrando la concertación.
Desde la Andi
Bruce Mac Master, presidente de la Andi, destacó que siempre fue “optimista con encontrar un consenso frente a la concertación del nuevo monto del salario mínimo. Tomamos con mucha seriedad la responsabilidad de lograr una decisión que tuviera en cuenta de manera simultánea factores como el poder adquisitivo de los hogares y los empleados, la competitividad de las empresas, la actividad económica, la capacidad de ofrecer más empleo formal y de calidad y, por supuesto, equilibrio fiscal. De este modo, logramos el esperado consenso, evidenciando una vez más la disposición al diálogo permanente que tiene el sector productivo, cuyo interés siempre ha sido lograr lo mejor para el país”.
Y agregó: “Esta es la prueba de que algunos de los temas más importantes pueden ser mejor decididos mediante procesos de conversación, concertación y construcción conjunta, entre los distintos sectores de la sociedad colombiana”, finalizó Bruce Mac Master, presidente de la ANDI.
Desde los sindicatos
Francisco Maltés, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), calificó de histórico el acuerdo alcanzado, no solo por el ajuste monetario al salario mínimo, sino por otras medidas negociadas que tienen que ver con la desindexación de 204 productos que hasta ahora están atados al salario mínimo, controlar las tarifas de energía y revisar los precios de los medicamentos y de la tasa de usura.
Desde Asobancaria
Por su parte, Alejandro Vera, presidente (e) de Asobancaria, también celebró el acuerdo: “Creemos que es un mensaje muy importante para el país, que hubo una concertación entre trabajadores, empleadores y gobierno, por recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, y que a la vez los empleadores puedan seguir generando empleo formal, y en esa medida seguir contribuyendo al crecimiento del país, en un entorno desafiante e incierto; pero creemos que esta concertación a la que hemos llegado nos puede llevar a un buen 2023”.
De otro lado, Vera destacó que en la negociación se acordó que se revisaría la viabilidad técnica de la modificación el mecanismo que se utiliza para definir la tasa de usura, que es el máximo que pueden cobrar los bancos por los créditos que hoy está en 41,4%, “porque lo más importante es seguir irrigando créditos a las familias y a las empresas”, dijo.
No convence a todos
Aunque en general los grandes gremios celebraron el acuerdo, algunos empresarios no están contentos porque un incremento del 16% descuadra sus cuentas.
Por ejemplo, Rosmery Quintero, presidente de Acopi Nacional, aseguró que “las mipymes, que es donde se encuentra la mayor concentración de trabajadores con el salario mínimo, seguimos necesitando apoyo en los diferentes instrumentos para la generación de empleo, y en conversación con la ministra se comprometió a revisar algunos aspectos que necesitamos y que serán incluidos en la futura reforma laboral”, aunque no detalló a cuáles aspectos se refiere.
Así mismo el empresario Carlos Pérez, CEO de Centro Net, dijo en su cuenta de Twitter: “En la discusión del aumento del salario mínimo nadie habla por micro y pequeños empresarios, quienes concentran contratación formal de menores ingresos. Su lucha por generar empleo y desarrollo siempre es ignorada en esta época del año”.
En ese mismo sentido se pronunció el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, quien aseguró que aunque esta es una buena noticia para 3 millones de trabajadores, es mala para los desempleados e informales que ven alejarse la posibilidad de conseguir un trabajo formal.
Desde la academia
En opinión de Iván Daniel Jaramillo, director del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, “el incremento del 16% fijado por concertación supone el equilibrio entre los intereses tripartitos de la Comisión de Concertación de Políticas Salariales y Laborales para fortalecer la demanda agregada (ad portas de una anunciada recesión) y la protección del empleo. Es deseable que el piso nacional de remuneración tenga espacios de mejora a través de la habilitación de rutas de negociación multinivel para establecer patrones de remuneración sectorial superiores a los pisos legales”.
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