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La mina de oro San Ramón prometía darle un impulso a la extracción de este metal en Antioquia y posicionar al municipio de Santa Rosa de Osos, donde está ubicada, como uno de los principales productores del mineral, con unas 50.000 onzas troy anualmente (1,55 toneladas).
Pero la operación comercial del complejo subterráneo perteneciente a la empresa canadiense Red Eagle Mining, que se inició en los primeros meses del año pasado, duró poco y desde hace ocho meses las actividades están suspendidas.
Una fuente consultada por este diario, que pidió reserva de su nombre, explicó que el alto nivel de deuda, unos 60 millones de dólares, provocó que el principal acreedor, Orion Fund JV, tomara como prenda de garantía la mina.
El portal canadiense Insolvency Insider reportó que Red Eagle Mining fue declarada en quiebra el 21 de noviembre del año anterior, a solicitud de Orion Fund JV. En diciembre, la acción de la empresa fue deslistada de la Bolsa de Toronto, Canadá.
En ese contexto, el secretario de Gobierno de Santa Rosa, Diego Alejandro Pérez, manifestó que el tema financiero de la compañía perjudicó las tareas de explotación. “Tuvimos una gran expectativa por la generación de recursos para el municipio, pero esto no trascendió porque las regalías que se iban a generar solo se reflejarían entre 2020 y 2021”.
El funcionario añadió que los efectos negativos de esta parálisis se observan en el empleo, pues la mina iba a ocupar a por lo menos 600 personas, y sobre la actividad comercial, dado que la mina iría a aumentar la demanda por servicios como transporte, alojamiento o alimentación.
“Hace días no tenemos contacto con el encargado de la empresa. Extraoficialmente sabemos que hay conversaciones con algunos inversionistas interesados en comprar la mina”, dijo Pérez.
En la misma línea se expresó Rodrigo Castaño, director de la Fundación Guanacas (que realizó tareas de protección de los recursos naturales en el área de influencia de la mina). “Lo que entendemos es que la situación económica los obligó a frenar sus labores, hasta conseguir un socio estratégico”.
En contraste con las versiones que circulan en esa población del Norte antioqueño, expertos en minería que pidieron reserva de su identidad manifestaron que además de las dificultades financieras, las condiciones geotécnicas (propiedades del suelo) y la mala interpretación de los informes de reservas habrían acelerado la suspensión de la explotación aurífera.
En 2015, cuando se anunciaba el inicio de la explotación, aseguraron que las reservas probadas serían de 405.000 onzas de oro (12,6 toneladas) que se esperaban producir durante 8 años (ver Informe).
Para arrancar actividades el año pasado, Red Eagle Mining ejecutó un plan de trabajo que tardó unos ocho años, pues adquirió en 2011 la licencia de exploración de la mina y en 2014 obtuvo la aprobación del Programa de Trabajo y Obras (PTO).
Un año más tarde le fue aprobada la licencia ambiental. El proceso de construcción y montaje de la mina demoró alrededor de un año, y los recursos para poner en marcha el proyecto aurífero superó los 120 millones de dólares.