Colombia y otras economías emergentes que dependen de las ventas de petróleo de manera importante para su crecimiento económico y recaudo fiscal tienen puestos sus ojos sobre lo que decidan hoy en Viena (Austria) los 12 miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep).
Las mejores noticias para Colombia serán si los responsables de cerca del 30 por ciento de la producción mundial de crudo deciden reducir el bombeo, de manera que se disminuya la sobreoferta actual de crudo que ha deprimido en 32 por ciento los precios internacionales desde junio pasado.
De hecho, ayer el barril de petróleo Texas (WTI), de referencia para Colombia, cayó hasta los 73,69 dólares, mientras el Brent lo hizo hasta los 77,75 dólares, en medio del nerviosismo por la reunión de Opep y el aumento inesperado de reservas por parta de Estados Unidos, explicó Efe.
Entre tanto, los productores de la OPEP del Golfo Pérsico (Arabia Saudita, Kuwait, Qatar y Emiratos Árabes Unidos) acordaron que no plantearán hoy un recorte en sus producciones, por lo que se reduce la probabilidad de una acción conjunta del grupo para apuntalar los precios del petróleo, reveló en la tarde de ayer Reuters, desde Viena.
“Tenemos mucha confianza de que la Opep tendrá una posición unificada”, se limitó a decir a la prensa el ministro de Petróleo saudí, Ali al-Naimi.
Si la Opep decide no reducir y mantener los actuales niveles de producción significaría en la práctica una guerra de precios, que los sauditas y otros productores del Golfo Pérsico podrían tolerar gracias a sus grandes reservas de divisas.
Pero otros miembros de la OPEP, como Venezuela y Nigeria, necesitan que los precios estén más cerca de 100 dólares, agregó AP. En esa circunstancia está Colombia que, por cuenta de la contracción de precios del crudo también limita su inversión pública .