Los estragos del verano derivado del fenómeno climático de El Niño empezaron a notarse en los cafetales colombianos y a generar preocupación en el gremio de los productores del grano.
El gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez Vallejo, se declaró a la expectativa de lo que serán las cosechas que se aprestan a recolectar los cultivadores de Huila, Tolima, Cauca y Nariño, donde la afectación es considerable.
“Estamos viendo que con el verano, la cosecha principal que se recolectará en marzo, abril y mayo en el Sur y la de mitaca en la zona Centro están muy impactadas de varias formas por el clima”, comentó.
Entre los perjuicios figuran: una menor producción, cafetales con las hojas quemadas y las buenas floraciones apreciadas en los últimos meses de 2015 muestran hoy frutos pequeños, es decir que el grano no llenó y esto está produciendo mucha pasilla.
Aunque en enero pasado la producción cafetera alcanzó los 1,13 millones de sacos (4 % más que en enero de 2015), Vélez reconoció que esa cifra estuvo influenciada por las recolecciones de noviembre y diciembre anteriores.
Consultado por EL COLOMBIANO sobre cuál será el volumen de la cosecha este año, respondió: “Trato de no ser pesimista. El presupuesto del Fondo Nacional del Café contempla una reducción de un millón de sacos en comparación con 2015 cuando alcanzó 14,17 millones de sacos”.
La cifra, unos 13 millones de sacos, incorpora los posibles daños causados por El Niño y el hecho de que tras una cosecha tan grande, como la anterior, los cafetales quedan exhaustos y producen menos granos.
Plan de acción
Como una medida para aliviar el impacto económico del fenómeno climático en el bolsillo de los productores, desde hace una semana la Federación reconoce el pago total del contenido de pasilla, que los campesinos llevan a los puntos de venta.
“Antes, lo que pasaba era que se descontaban esos granos y ahora no descontamos nada, y compramos todo a un precio inferior”, explicó el gerente.
Para cumplir con esta idea, la agremiación está publicando diariamente el precio de referencia de la pasilla.
La semana anterior, mientras en el mercado interno el precio del kilo de café pergamino osciló entre 6.144 y 6.400 pesos, el kilo de pasilla se pagó a 3.200 pesos.
Pero, ¿cómo se fija el precio de referencia de ese tipo de granos, de menor calidad? Vélez precisó que se trata de una tarea muy dura y lo cierto es que se está castigando muy fuerte el precio.
La carga de 125 kilos ha llegado a valores de 800.000 pesos (6.400 pesos por kilo) y quien llega con pasilla alcanza solo la mitad de ese precio (3.200 pesos por kilo).
Frente a esta problemática, el llamado a los productores es a seguir esforzándose a la hora de beneficiar el café, porque de no mantenerse esta buena práctica el grano presentará defectos en taza que también serán castigados en el mercado internacional.
Monitoreo constante
Otra de las actividades emprendidas por la Federación, a través de su gerencia Técnica y el Servicio de Extensión, es la realización de un estudio sobre el efecto del verano en cada distrito cafetero del país.
La intención es elaborar una muestra total de más de 7.000 fincas, para determinar en cifras concretas el estado de la caficultura y las zonas más afectadas. Los resultados de este trabajo se darán a conocer pronto.
“Queremos hacer un estimativo del impacto y proyectar cosecha para el primer semestre. Haremos esto cada mes para saber qué pasa con la producción”, enfatizó el gerente de la Federación.
Finalmente, desde hace un mes se inició la entrega de fertilizantes para los productores cafeteros afectados por el verano. Aunque esta iniciativa se anunció desde comienzos de diciembre, tardó en aplicarse más de mes y medio.
¿Llegaron a tiempo esos fertilizantes? Los cafeteros admitieron que lo ideal habría sido tenerlos antes. “Esperemos que las lluvias de los últimos días nos permitan abonar, pues ya con un poco de humedad es posible hacerlo”, agregó Vélez.
Otra de las idea que tiene la Federación es proponerle al ministro de Agricultura, Aurelio Iragorri, destinar unos recursos (20.000 millones de pesos) para desarrollar un programa de competitividad y resembrar las zonas que perdieron los árboles. El gremio aportaría otros 30.000 millones de pesos.