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Llegó la reforma pensional al Congreso. De aquí en adelante el debate, la polémica y los consensos que puedan existir se moverán dentro de las paredes del Legislativo. El presidente, Gustavo Petro, lideró la radicación del proyecto y en su discurso evocó varias veces el concepto de “vejez digna” para “los viejos y las viejas de Colombia”.
En términos generales, el texto no tuvo cambios sustanciales frente al borrador que se divulgó la semana pasada, y se confirmó que el Gobierno quiere un sistema de pilares cuya columna vertebral sea un modelo contributivo en el que todos coticen a Colpensiones sobre un monto de hasta tres salarios mínimos, mientras el excedente de quienes aporten más irá a un fondo privado (AFP).
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Eso sí, varios temas llamaron la atención. Por ejemplo, Colpensiones ya divisa un escenario en el que arriben los aportes de los 18,7 millones de afiliados a las AFP. Jaime Dussán, presidente de la entidad, aseguró que se está trabajando en “una línea de acción enfocada en lograr la efectividad en la prestación del servicio, donde buscaremos pensionar en menos tiempo”.
Sin siquiera haberse surtido el primer debate, Dussán indicó que una vez la reforma sea realidad Colpensiones adelantará campañas pedagógicas que le permitirán informarle a los colombianos su nuevo rol.
Dicho esto, también fue llamativo un apunte del presidente Petro. Ante las críticas y el panorama incierto dibujado por quienes argumentan que esta reforma será insostenible cuando la población colombiana empiece a envejecer, el Jefe de Estado admitió que la iniciativa tiene un condicionante.
“Este sistema funcionará si Colombia avanza a una economía productiva, sino, ningún sistema servirá”, manifestó. Así, insistió, Colombia debe incrementar considerablemente su productividad en los próximos 40 años.
En todo caso, el Gobierno es optimista y cree que podrá tener en orden las cuentas fiscales. A 2052 estima que habrá 4,7 millones de jubilados en el pilar contributivo; 1,4 millones con pensión anticipada; 3,5 millones en el pilar semicontributivo; y 2,8 recibiendo el bono pensional; mientras que, sin reforma, plantea que solo 3,3 millones estarían cobijados sumando todos los mecanismos (ver “Paréntesis”).
Pero para algunos las cifras nada que cuadran. El centro de estudios económicos Anif divulgó ayer una investigación en la que sugiere que si esta reforma se aprueba tal cual está “el alto pasivo pensional, que de por sí hoy alcanza una cifra cercana a 110% del PIB, más que se duplicaría y llegaría a representar hasta 249% del PIB estimado para 2023”.
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En plata blanca serían unos $3.700 billones de hueco pensional para el 2070, en el entendido de que progresivamente el boquete se iría abriendo porque habría menos jóvenes cotizando y más adultos pensionándose, con lo que el Estado tendría que asumir mayores cargas.
“La reforma como la plantea el Gobierno daría un fuerte golpe al ahorro, a la sostenibilidad fiscal y pondría en alto riesgo la posibilidad de pagar las pensiones futuras”, dijo Mauricio Santa María, presidente de Anif, quien añadió que el peso de esta problemática lo pagarían las generaciones futuras.
En los fondos privados ni se diga, la preocupación es mayúscula. Una fuente del sector aseguró que el texto no plantea soluciones de fondo ante el envejecimiento de la población y la informalidad. “Vemos tres segmentos que se verán muy afectados: jóvenes, mujeres y trabajadores que ganan menos de dos salarios mínimos, quienes son el 80% de la fuerza laboral; si estaban en fondos privados, significaría que con la reforma les exigirán tres años más ahorrados”.
Se espera que hoy, Asofondos, gremio que agrupa a Colfondos, Porvenir, Protección y Skandia dé a conocer su posición oficial sobre la reforma, de la cual, ha advertido, disparará los pasivos del sistema y del Estado.
Cabe mencionar que la iniciativa propone que cuando una persona se jubile y cumpla los requisitos, se le entregará una única pensión por parte de Colpensiones, más el componente de la prestación en el fondo privado –si llega a ser el caso–.
Tanto Colpensiones como el fondo deberán reconocer la totalidad de la pensión en un lapso de máximo cuatro meses después de radicada la solicitud. Además, se mantiene la opción de ahorrar más de 1.300 semanas; por cada 50 adicionales, se incrementará 1,5% el ingreso base de liquidación.
Paréntesis: El proyecto propone un sistema basado en pilares, con un frente solidario para los adultos mayores en pobreza extrema a quienes se les dará un bono de $223.000; otro para los que hicieron aportes pero no lograron pensionarse; uno de ahorro individual voluntario; y el mencionado pilar contributivo, con Colpensiones como base.
Otros puntos interesantes tienen que ver con la opción de hacer aportes por semanas, a quienes no tienen un trabajo fijo y no alcanzan a laborar todo el mes. Además, las mujeres tendrán una reducción de 50 semanas en sus aportes por cada hijo que tengan (con un límite de 3), mientras que las personas no binarias –aquellas no se sienten identificadas con el género masculino o femenino– podrán pensionarse a los 57 años.
En mis bolsillos hay una grabadora y unos audífonos; en mi mente, amor por el periodismo.