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La Junta Directiva del Banco de la República mantuvo este lunes las tasas de interés en 1,75 % y, de esta manera, optó por sostener la postura expansiva iniciada desde marzo del año pasado.
El encargado de comunicar la determinación fue el gerente del emisor, Leonardo Villar, quien estuvo acompañado por el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, en la que fue su primera participación en una reunión de la Junta con miras a tomar decisiones de política monetaria.
De acuerdo con lo informado por el gerente, la decisión se tomó luego de revisar diversas variables. Entre ellas, proyecciones de crecimiento económico, tasas de desempleo, déficit de cuenta corriente y determinaciones recientemente adoptadas por la Reserva Federal (Fed), de Estados Unidos.
Cabe mencionar que los tipos de interés son uno de los instrumentos en la baraja del banco central para estimular la economía a través del aumento en el apetito por los créditos.
Así las cosas, el gerente comenzó por esbozar que, aunque en el primer trimestre de 2021 la economía de Colombia tuvo un crecimiento mayor al esperado (1,1 %), “la tercera ola de contagios con covid-19 –y en mayor medida los bloqueos a las vías y problemas de orden público– se reflejarán en una menor actividad económica durante el segundo trimestre”.
En línea con lo anterior, a pesar de que el buen desempeño hasta abril elevó la proyección de crecimiento para 2021, de 6 % a 6,5 %, en el escenario central, tal como lo remarcó, esta expansión seguirá siendo inferior frente a 2019, lo que permite inferir la pertinencia de mantener las tasas en su mínimo histórico.
De igual manera, el gerente del banco central indicó que la tasa de desempleo “se mantiene en niveles particularmente altos” (para abril pasado, según el Dane, estuvo en el 15,1 por ciento). Dijo que, por eso, se necesita estimular la actividad productiva y nuevas contrataciones.
La inflación arrojada en mayo (3,3 %), de acuerdo con lo mencionado por Villar, superó los pronósticos y la presión alcista provino del grupo de alimentos (9,5 %).
Aún así, explicó que este indicador sin alimentos ni regulados se mantuvo en 1,56 %, lo que indica que estuvo “por debajo de la meta y fue similar a lo proyectado”, afirmó el gerente al dilucidar que “parte del incremento en inflación podría tener una persistencia y afectar las expectativas, las cuales permanecen ancladas”.
Luis Fernando Mejía, director del centro de pensamiento Fedesarrollo, ejemplificó que los tipos de interés son un instrumento para contrarrestar la inflación, también entendida como un aumento de los precios y pérdida de capacidad adquisitiva, teniendo en cuenta que pueden desacelerar el consumo.
Para ello citó lo que actualmente ocurre con Estados Unidos, país que aprobó estímulos económicos en pandemia y, tal como lo referenció el director, “su recuperación va a velocidad de crucero”. Tanto así que el aparato productivo no ha podido tomar el mismo vigor que la demanda por productos, bienes y servicios.
“Eso implica que si hay más demanda que oferta, pues suben los precios. La tasas sirven como mecanismo para mitigar impactos porque, cuando se incrementan, aumenta el costo del endeudamiento. Los hogares que están acudiendo a créditos de consumo –o hipotecarios– empiezan a ver que sus tasas son más altas y eso disminuye el consumo”, enfatizó el experto.
Para mantener el costo de los préstamos invariables, la Junta Directiva de la autoridad monetaria también hizo hincapié en que se proyecta un mayor déficit de cuenta corriente, consistente con un mejor dinamismo de la demanda interna.
De otro lado, los codirectores no perdieron de vista que la inflación en EE. UU. sorprendió al alza y su valor esperado se mantiene por encima de la meta fijada por la Fed del 2 %.
“Esto –según el gerente Villar– ha generado expectativas sobre la posibilidad de que se adelante el inicio de la normalización de la política monetaria en ese país”.
En consecuencia, conforme a sus palabras, las condiciones financieras internacionales se tornarían menos favorables y afectaría el apetito de los inversionistas por colocar su dinero en países emergentes, como en Colombia.
De acuerdo con José Ignacio López, director de investigaciones económicas de Corficolombiana, la Fed conserva tasas de interés muy bajas, pero a causa del repunte en su actividad económica, puede proyectarse que el costo de los préstamos comenzará a subir para evitar la inflación descontrolada.
“Eso hace que nuevamente sea más atractivo invertir en EE. UU., y no en nuestros países. Por tanto, esto puede ejercer una presión sobre los flujos de capital que llegan a las economías emergentes y los inversionistas, que en cualquier momento podrían ir a buscar esos rendimientos mayores en Estados Unidos”, señaló el especialista.
Con ese escenario de por medio –según añadió–, el espacio de cara a sostener o aumentar los recortes en las tasas comienza a reducirse.
“Eventualmente el emisor tiene que buscar unos niveles de interés un poco más atractivos para prevenir que haya esa salida de capitales, que puede generar una devaluación del peso colombiano y también podrían traducirse en inflación, siendo esta la variable que finalmente se quiere mantener controlada”, complementó.
Finalmente, la Junta Directiva tuvo en consideración que, de no lograrse el ajuste fiscal necesario en las finanzas públicas (ver antecedente), “se comprometería el acceso al financiamiento y aumentaría su costo, lo que eventualmente reduciría el espacio de la política monetaria para seguir apoyando la recuperación de la actividad económica y el empleo”, tal como lo apostilló el gerente del BanRepública.
Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research para Colombia, anotó tras analizar las variables que “los riesgos se inclinan más hacia la presión al alza de tasas”.
A su juicio, será importante mantener un cercano monitoreo sobre la dinámica de precios y actividad local.
Resaltó que, si bien es temprano para que se materialicen los riesgos sobre la postura de política, considera que se empieza a preparar el terreno para el inicio del ajuste de los tipos. “Aun así, seguimos esperando estabilidad en los próximos meses. Pero reconocemos que existe un riesgo a que se pueda anticipar el momento de inicio del ciclo de normalización”, apuntó