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Los que llegaron prometiendo un cambio terminaron reproduciendo las mismas conductas de las que antes eran víctimas. Solo querían el poder para repetir los abusos que otros habían perpetrado.
Por Daniel Duque Velásquez - @danielduquev
El próximo fin de semana se llevará a cabo el segundo Congreso de ProCentrismo, una organización que reúne gente de diferentes orígenes y posiciones ideológicas, unidos por la búsqueda de soluciones prácticas a los problemas del país. El encuentro no debería resultar una amenaza para nadie, pues lo que se busca es incentivar un debate donde primen los argumentos y la evidencia disponible, con respeto a las opiniones diferentes, como en cualquier democracia. Sin embargo, parece que a algunos altos funcionarios del gobierno nacional les molestó este encuentro.
Daniel Rojas, presidente de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), se fue lanza en ristre contra el evento: “Le llaman centro a una convención puramente neoliberal, convergen los aduladores de Carrasquilla y el verde claudicante, la extrema derecha que disparó a los jóvenes en el gobierno de Duque. El Pinochetismo criollo se autodenomina “Centro” ¡qué miedo!”, fueron las palabras del funcionario. El señor Rojas se ha caracterizado por ser uno de los principales escuderos del presidente Petro en las redes sociales, y ha estado antes en el ojo del huracán por su defensa a Stalin, el dictador soviético que relevó a Lenin en el mando de la URSS y al cual se le achacan cerca de 20 millones de muertos.
El objetivo es atacar a todo el que se atreva a cuestionar al gobierno nacional, sin argumentos de por medio. El ataque es tan bajo como mentiroso. Decir que quienes estaremos en este evento somos “el pinochetismo criollo”, es sencillamente una deslealtad en el debate político que lo único que busca es estigmatizar a quienes piensan diferente al petrismo. No fue un comentario al aire, hace parte de una sofisticada estrategia que incluye al Sistema de Medios Públicos-que ha perdido su carácter público para volverse una máquina de propaganda oficialista-, invención de golpes blandos inexistentes, propagación de noticias falsas, y mucho más. Todo esto con el objetivo de construir una narrativa mentirosa que lo único que busca es esconder la improvisación, la corrupción y los pésimos resultados de la administración Petro.
En medio de la constante confrontación en la que pretenden meternos todos los días los extremos polarizados, estamos millones de colombianos que lo único que queremos es que el país avance, que haya más descentralización, que las regiones progresen, que la economía crezca, que se defiendan la Constitución del 91, las libertades individuales, etc.
No es la primera vez que un gobierno intenta desacreditar a sus contradictores políticos. Infortunadamente nuestra historia está llena de episodios de violencia que fueron antecedidos por la estigmatización de quienes han ostentado las más altas dignidades del Estado. Los que llegaron prometiendo un cambio terminaron reproduciendo las mismas conductas de las que antes eran víctimas. Solo querían el poder para repetir los abusos que otros habían perpetrado.
Al señor Rojas y a todos los demás áulicos del gobierno, corresponde contrarrestarlos con la fuerza de la razón y con el rechazo frontal a su extremismo fundamentalista. A los lectores de esta columna les invito al congreso de ProCentrismo, el cual ya levantó los primeros callos sin haber empezado.