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Es paradójico ese abierto desprecio de tanto autor de cine por “la gente” y por los éxitos de taquilla, como si el fervor popular llevara atado el desprestigio. Y es paradójico porque esos mismos “creadores incomprendidos” suelen recitar su admiración por Hitchcock, por Wilder o por Fellini, olvidando convenientemente que tanto ellos como otros muchos, pensaban que la conexión con las audiencias era un mérito y no una tara.
Hay que celebrar entonces que podamos ver en nuestras salas una de esas películas que demuestra que el éxito popular no tiene que reñir con la imaginación, con la audacia formal o incluso con los grandes temas de la actualidad. La cinta se llama “Siempre nos quedará mañana” (que suena más bonito en su original italiano, “C’è ancora domani”) y se convirtió el año pasado en la novena película más taquillera en toda la historia de Italia, superando a éxitos de 2023 como “Barbie” u “Oppenheimer” y convirtiendo a su directora, coguionista y actriz principal, Paola Cortellesi, en la figura más destacada de la actualidad cinematográfica en su país.
Cortellesi, que firma el divertido e ingenioso guion junto con Furio Andreotti y Giulia Calenda, construye una historia que se desarrolla en 1946 y que parece beber de la energía del neorrealismo que tuvo su cenit en esa década (la fotografía en blanco y negro de Davide Leone imita abiertamente a “Roma, ciudad abierta”) combinándolo con otros elementos característicos del cine italiano de siempre como la figura de la “madre coraje” que es el sostén espiritual y económico de su familia, o el humor corrosivo que se burla de todo y de todos: de las vecinas de Delia, incapaces de hacer un halago que no encierre en sí mismo una ofensa; de su marido violento e infame, que justifica su brutalidad con la disculpa tonta de haber sufrido dos guerras; de la familia del novio de su hija, que tendrá que escuchar en una cena donde nada sale bien, cómo le sacan en cara el acomodarse siempre con el bando ganador.
La mayor virtud de la película se encuentra en su tono, esa combinación de crítica social y comedia que le permite convertir las tundas que le da Ivano a Delia en una secuencia de baile y usar las canciones que incorpora sin que importe su concordancia temporal (suenan desde baladas de los años ochenta hasta “Bombs over Baghdad”, de Outkast) Entre todos los temas que aborda en su crítica, el más importante es el del machismo, visto a veces en la sociedad italiana como parte de su cultura, “Siempre nos quedará mañana” aborda todas sus expresiones, desde las menos violentas, tipo “calladita te ves más bonita”, hasta las más crueles, como impedir el acceso a la educación a las niñas de la familia o pagar menos sueldo a una mujer por el mismo trabajo. Hasta cuestiona nuestro propio machismo cuando llegamos a creer que la felicidad de alguien depende del hombre con el que termine. Cortellesi tiene claro que el machismo es una elección y que son las elecciones de los pueblos las que en verdad importan.