La líder opositora venezolana María Corina Machado, a quien no solo le quitan ilegalmente su credencial de diputada y la agreden física y verbalmente los esbirros del régimen bolivariano, va camino a la cárcel, de forma totalmente arbitraria, en medio del silencio cómplice de casi todos los gobiernos latinoamericanos.
María Corina deberá acudir como imputada a la Fiscalía la semana entrante, acusada, nada más ni nada menos, de urdir un plan para asesinar a Nicolás Maduro, el gran paranoico. El asilo político es la opción más razonable para cesar esta despiadada persecución.