En las cárceles del país hay 3.048 detenidas por narcotráfico. Ello revela un comportamiento social, y no solo individual, en el que muchas mujeres cabeza de familia, en su necesidad de subsistir, son utilizadas como “mulas” por carteles de las drogas ilegales.
Según investigaciones y encuestas entre las presidiarias, el embarazo adolescente y la pobreza son factores que las llevan a tomar el riesgo de traficar drogas, muchas de ellas de estratos 0, 1 y 2 y que no tuvieron oportunidad de educación superior. Terrible fenómeno.