Compleja y difícil misión la que tienen los fiscales anticorrupción en Colombia. Con escasos instrumentos de trabajo, sometidos a amenazas y presiones, intentan desentrañar los tejemanejes de la gran lacra colombiana: la corrupción en sus múltiples formas.
Pero uno de ellos prefirió no ceñirse ni a la ley ni a la ética ni a los principios de la justicia. Rodrigo Aldana aceptó en audiencia judicial, el pasado domingo, haber recibido dádivas del exsenador Otto Bula para favorecerlo con decisiones judiciales. Aldana tuvo mucha influencia en la anterior Fiscalía. Ojalá ahora cuente todo.