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Los dispositivos tecnológicos vestibles o wearables ya aparecen para ayudar a guardar el distanciamiento físico o evitar tocarse la cara. A comienzos de julio, por ejemplo, La Nasa presentó Pulse, un collar que vibra cada vez que detecta el movimiento de manos cerca de la cara del usuario. La promesa del dispositivo es eliminar ese hábito tan repetitivo y del que es difícil darse cuenta y así reforzar las medidas para prevenir un contagio de covid-19.
De acuerdo con la información disponible en los sitios web del Centro de Prevención y Control de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos (CDC) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay cuatro medidas recomendadas para disminuir la propagación del virus en espacios públicos: el uso correcto de la mascarilla, hacer un lavado constante y eficiente de manos, evitar tocarse la cara y mantenerse a dos metros de otras personas (evitar aglomeraciones).
Los dos últimos objetivos son los más difíciles de cumplir porque involucran acciones inconscientes o que son difíciles de calcular en la cotidianidad. ¿O usted sabe cuántas veces se ha tocado la cara mientras lee esta nota? Ahí es donde la tecnología quiere ayudar a empresas, colegios y todos los que dependan de la convivencia con otros para continuar con sus actividades con prevención. Estos son algunos ejemplos de códigos abiertos y gratuitos y otros pagos pero que tienen el mismo objetivo.
Pulse, el collar de La Nasa, es un proyecto del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la institución, que está buscando cómo ayudar a mitigar la pandemia con investigación e ingeniería, y el objetivo no es venderlo sino que cualquiera con una impresora 3D y conocimientos en electrónica lo pueda diseñar. El código para imprimir las piezas y las instrucciones de montaje son gratuitas y abiertas, y están en el repositorio GitHub.
El dispositivo tiene una forma de gota y dentro lleva un motor que funciona con tecnología háptica, según se lee en la web del proyecto. Valentín Restrepo, ingeniero electrónico y docente de microelectrónica de la Universidad Pontificia Bolivariana, explica que esa tecnología pretende simular las sensaciones humanas con vibraciones. Se usa en los controles de algunas consolas de videojuegos, por ejemplo, los cuales vibran cuando en un juego de conducción se pasa por un terreno montañoso.
El motor tiene un sensor que detecta cuando usted quiere rascarse los ojos, morderse las uñas o tocarse la nariz. Como se trata de un modelo sencillo, Valentín señala que puede vibrar al rastrear cualquier objeto cerca, no solo las manos. Desde el punto de vista del investigador, las tecnologías hápticas llevan cerca de dos décadas desarrollándose y ya no se consideran disruptivas, eso hace que no sean tan costosas de implementar.
En el otro objetivo, el de mantenerse a dos metros de los demás, hay soluciones de hardware y software. Varias empresas ya comercializan en Estados Unidos bandas y collares para que empleados que no pueden trabajar a distancia usen en la oficina y sean alertados con una vibración (ver Para saber más).
Otra propuesta abierta y gratuita la presentó Amazon el pasado 23 de junio. Se llama “Distance Assistant” y es un programa con inteligencia artificial aplicado a las cámaras de vigilancia. Cuando la gente pasa por delante de la cámara, un monitor muestra video en vivo con superposiciones visuales para mostrar si las personas están a la distancia recomendada. Los que permanecen a 1,8 metros son resaltados con círculos verdes, mientras que los que están más cerca son resaltados con círculos rojos.
Funciona con “realidad aumentada para crear una herramienta parecida a un espejo mágico que ayude a las personas a ver su distanciamiento físico de los demás. Trabaja a partir de un concepto de retroalimentación visual inmediata”, se lee en el sitio del proyecto.
Sobre la iniciativa, Jeisson Vergara, profesor del departamento de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Nacional de Colombia, señala que “el costo de estas soluciones depende de las necesidades, que por ejemplo, una empresa tenga. Sin embargo hay factores fundamentales como la calidad de las cámaras usadas para capturar las imágenes, así como el software en el cual se integran este tipo de librerías, el cual es el que permite realizar el control de cercanía dependiendo de las configuraciones dadas”.