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Hay una escena que se repite en las entradas de urbanizaciones y edificios de Medellín. Basta con observar 10 minutos para ver cómo, en un acto reiterativo, la gente ingresa, se para en una caja que tiene una mezcla con amonio cuaternario y después pisa un tapete para secar la suela de sus zapatos (para desinfectarlos). Algunos, no todos, se limpian las manos con gel, que también está en la entrada, reciben correspondencia y se van para su casa.
Hasta ahí todo lo que se puede ver públicamente, pero de puertas para adentro siguen otras rutinas. Ángela María Díaz, por ejemplo, cuenta que al entrar a su casa se desinfecta la ropa con un líquido “especial” y además limpia el bolso y las llaves, objetos que luego cuelga en un perchero. Los zapatos los deja a un lado, se pone unas chanclas y de ahí se va a lavar las manos.
Hasta mediados del año llegó a bañarse siempre al llegar de la calle, luego dejó de hacerlo “cuando alguien que sabe me explicó que no tenía necesidad”.
Muy pocas personas tenían esas rutinas como costumbre antes de la pandemia. “Del año pasado a hoy, si se hace un comparativo de todo esto, han cambiado muchas cosas”, dice María Angélica Maya, epidemióloga y asesora de la Seccional de Salud de Antioquia.
¿Y cuáles sí funcionan?
Tanto para Maya como para Diana Marcela Restrepo Marín, epidemióloga y docente del CES, la costumbre de lavarse las manos con esmero y meticulosidad varias veces al día es de exaltar porque es notorio que “está y estará presente por mucho tiempo”, dice Restrepo, quien agrega que el énfasis para la gente es que asimile que para evitar el contagio esa higiene es esencial. “El virus entra al organismo a través de la boca, la nariz y de los ojos, es decir, las mucosas. Antes de tocarnos cualquiera de estas tres puertas de entrada uno debe desinfectarse las manos, bien sea con agua o jabón o con estos geles y productos a base de alcohol”.
Ahí hay otro factor que juega un papel significativo para la doctora Restrepo y es la consciencia: “Hay gente que sale del mercado y se higieniza las manos, va al cajero, saca plata y vuelve y se las limpia y luego toca la puerta del cajero, agarra el recibo, se toca el tapabocas y mientras sigue su camino se rasca los ojos. Acaba de perder la higienizada que se hizo unos segundos atrás”.
Y ahí es vital añadir que por eso es tan delicado manipular el tapabocas con las manos, bajarlo al cuello para hablar y luego subirlo de nuevo o agarrarlo del paño cuando se le está cayendo.
Para la Organización Mundial de la Salud son prácticas inadecuadas, porque sí como las manos siempre deben lavarse, solo debe tocar el tapabocas para quitarlo (y de las tiras) cuando estas estén limpias y solo si es necesario (ya llegó a casa, por ejemplo). Es una combinación de acciones que ayuda a prevenir el contagio.
Carlos Andrés Agudelo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana y del hospital San Vicente Fundación de Rionegro, considera que además de esa higiene en las manos hay dos medidas más que se deben conservar: el tapabocas y el distanciamiento, “y siempre se sobreactúan otras de puro susto y la gente después se relaja, entonces hay que definir cuáles tenemos que mantener y cuáles no valen la pena. Esperemos que esta situación nos deje una cultura del autocuidado y limpieza importante pero asertiva, no en los extremos pero sí en la justa medida”.
La doctora Ramírez detalla que hay acciones que generan una falsa sensación de seguridad y hacen que se olvide lo vital que son las manos. Gabriel Leonardo Ramírez Nieto, coordinador médico de Urgencias de la Clínica CES, añade que hay maniobras como bañarse al llegar a casa, limpiar las suelas de los zapatos o lavar la ropa que no se justifican (ver recuadros).
Para aclarar, luego de nueve meses de vivir con el virus en Colombia, que es lo que se debe lavar y que no, que es exageración y que no, los epidemiólogos e infectólogos consultados entregaron sus conceptos, sumados al de la baterióloga Liliana Saldarriaga y a los datos de la Organización Mundial de la Salud y el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. Tome nota y lávese las manos (otra vez).
Especialistas consultados concluyen que la medida de higiene más importante y que debe permanecer en el tiempo es lavarse las manos. El resto es más higiene que ayuda ante la COVID-19.