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Dos nuevas variantes que aumentan el riesgo de poliautoinmunidad (LRP1 y STAT6) fueron identificadas por el Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes de la Universidad del Rosario.
Así, son varias las variantes genéticas que contribuyen a que una persona que desarrolla una enfermedad autoinmune desarrolle otras a lo largo de su vida, la poliautoinmunidad.
Ese hallazgo es un paso adelante para encontrar una aproximación terapéutica. Juan Manuel Anaya, director del Centro y uno de los autores del artículo en Journal of Translational Medicine, habló de este avance.
¿Se han hallado muchas variantes de poliautoinmunidad?
“Hay varias que se han confirmado, como aquellas en los genes HLA-DRB1, HLA-DQB1, CD226, TNFAIP3 y PTPN22”.
“Sí. No obstante, el camino es largo porque si bien se conocen genes que están influyendo, los mecanismos a través de los cuales ejercen el riesgo apenas se comienzan a conocer”.
¿Las variantes que se encuentran en una persona con una sola enfermedad autoinmune, son iguales a las halladas en casos de poliautoinmunidad?
“Algunas sí pero otras no. Sin embargo, la respuesta está en proceso porque solo hasta hace poco los investigadores se han interesado en este tema. Solo algunos grupos trabajan en poliautoinmunidad y genética, como CREA, Universidad de París, el centro de investigaciones médicas de Oklahoma, y la Universidad de Cincinnati”.
¿Qué tipo de enfermedades son más comunes en caso de poliautoinmunidad?
“El agrupamiento o conglomerado de poliautoinmunidad más frecuente en adultos corresponde a la coexistencia de artritis reumatoide e hipotiroidismo autoinmune, seguido de lupus y síndrome antifosfolipídico. La poliautoinmunidad varía del 10 al 40% dependiendo de la enfermedad que se evalué y la población del estudio”.