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7 y 9
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Desde esa calle, de las más empinadas de Manrique, se ve toda la ciudad: las casas desordenadas de los barrios del frente, del noroccidente, y el Parque Explora y el Metro, la realidad de otros. Parados en la mitad, esquivando las motos y algunos carros osados que se atreven a subirla o bajarla, jóvenes, niños y niñas posan apretando las piernas, mostrando su mejor figura acrobática.
Suena la música. Se oye un tango. Sale desde un gran parlante negro conectado con una extensión. La escucha toda la cuadra y algunos salen a mirar, otros la ignoran, ya acostumbrados al espectáculo. Los niños comienzan su baile. Una coreografía estudiada, precisa, que son capaces de bailar en un pequeño cuarto o en esa empinada loma, sin tambalear.
– Bailen con ganas, de verdad– les grita, entre la música, Katy Restrepo, su coreógrafa y profesora de baile y los bailarines sonríen más y estiran sus brazos. Los protagonistas tienen apenas tres y cinco años.
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Katy va vestida de flores, de colores, con cabellera larga castaña y maquillaje a juego con su ropa. Es una mujer trans acostumbrada a trabajar por la gente, que fue estilista hasta que la “picó un bicho” y quiso ayudar a su comunidad. Comenzó bailando con otras parejas que ella misma convocó, hacían presentaciones y aprendían de diferentes géneros, hasta que quiso tener su propia academia.
Fue el 16 de marzo, hace 18 años, cuando fundó Country Show, su propio espacio que hoy tiene cuatro grupos de entre 30 y 35 niños, niñas y jóvenes de diferentes barrios de la comuna 3, Manrique. Practican todas las noches, de 7:00 a 9:00, porque en esas horas los bailarines no están el colegio y eso los aleja de las calles. Bailan tango, bachata, salsa, porro y otros géneros y ensayan en la sala de la casa de Katy, en la calle empinada, en la cancha, en la plazoleta, o en donde encuentren espacio.
Es una mujer polifacética, encargada de todo el detrás de escena de cada show: elige la música, se idea las coreografías, diseña y confecciona el vestuario, maquilla y peina a los bailarines. Fue estilista, sabe de cabello y maquillaje, pero también estudió diseño y se asegura de que, para cada presentación, tengan un vestuario nuevo. El dinero para las telas y los materiales lo consigue vendiendo dulces y galletas, haciendo presentaciones o con las mensualidades.
Dana Muñoz Arenas, de 16 años, lleva nueve bailando en Country Show, cuenta que además Katy les está enseñando técnicas de maquillaje para que ellas mismas sepan arreglarse, y que cree en Country Show porque son “una familia. Una familia muy unida”.
La academia es reconocida, por su talento y disciplina, en todo el país. Llevan cinco años participando del Carnaval de Barranquilla. También hacen presentaciones en lugares más cercanos, como Sopetrán, el Parque de las Aguas o el Pueblito Paisa.
Es la fundadora del Desfile de Mitos y Leyendas de Manrique, que comenzó hace tres años con siete grupos y que ahora cuenta con 17, entre artistas, bailarines y bandas de diferentes barrios y de otras comunas vecinas y que cada diciembre convierte las calles en el escenario. También ha llevado Country Show a algunas cárceles para acercar la cultura a las personas privadas de la libertad.
Su trabajo no se limita al baile. Creó un grupo de ayuda para mujeres trans mayores de edad, con el que les ayuda a gestionar y conseguir alimentos, implementos de aseo y otros materiales que requieran, sobre todo durante la pandemia.
Estos esfuerzos cotidianos, de los que ella habla sin magnificar, la hicieron merecedora el pasado diciembre de un reconocimiento oficial por parte de la Alcaldía de Medellín y el Consejo Comunal de Planeación de la Comuna 3, que exaltó su compromiso, labor y trayectoria en la construcción de tejido social.
Mientras tanto, Katy continúa con Country Show, quieren recorrer el mundo y seguir creando espacios, tiempos, para que las niñas, niños y jóvenes de Manrique se motiven a bailar, a crear, y se alejen de la realidad de un barrio vulnerable y afectado, por décadas, por la violencia.