La noticia de que se acababa uno de los bares más tradicionales y queridos de salsa en el Valle de Aburrá, El son de la loma, rápidamente se propagó por las redes sociales, al igual que los mensajes de apoyo y tristeza.
La información tomó por sorpresa a Sergio Rendón, propietario del lugar, que le manifestó directamente a EL COLOMBIANO que “ni la salsa ni el bar se acaban, simplemente estamos esperando a que se normalice la situación y nos autoricen a abrir nuevamente”.
El malentendido se dio porque Sergio entregó el local en el que desde hace 28 años funciona El Son, en el barrio Mesa, en Envigado, “lo que no significa que se acabe, cuando pase la crisis buscaremos un nuevo local o a lo mejor volvamos al de siempre”, comenta Sergio, que conduce un programa salsero en la emisora Latina Estéreo.
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Con más de 38 años de funcionamiento, primero bajo el nombre de La cueva alegre, en el barrio La Inmaculada, también en Envigado, El Son de la Loma es visitado frecuentemente por grandes interpretes como Henry Fiol, Adalberto Santiago, Roberto Roena o Meñique (Miguel Ángel Barcasnegras).
“El Son no se ha acabado, mi vida es la salsa y este bar”, ratifica Rendón, al explicar que entrega el local donde actualmente funciona (con la promesa de volver allí mismo o a otro sitio) simplemente porque es imposible asumir los gastos de arriendo y servicios públicos con el negocio cerrado.
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Una noticia que alegra a los salseros, que respiran porque los timbales seguirán sonando en El Son.