viernes
7 y 9
7 y 9
El proyecto para construir una pequeña central hidroeléctrica en el río Churimo, en San Rafael, obtuvo luz verde por parte de Cornare. Tras varios desacuerdos entre Clear Waters SAS —empresa promotora del proyecto— y algunos habitantes del lugar, la entidad aprobó el trámite de licenciamiento ambiental, confirmó Oladier Ramírez, su secretario general.
Aunque la iniciativa generaría energía mediante la fuerza del caudal del río, sin superar los 10 MW, la decisión de Cornare ha sido cuestionada por algunos líderes ambientales. Esto ocurrió después de que se conociera una carta emitida por Cornare a Libardo de Jesús Ciro Morales, alcalde de San Rafael, notificándole sobre la aprobación de la licencia.
En la misiva —compartida públicamente por Cornare— se señala que la entidad le concede a Luis Fernando Hoyos, representante de Clear Waters SAS, la licencia ambiental para el proyecto hidroeléctrico Churimo, “a desarrollarse en jurisdicción del municipio de San Rafael”.
Dicha información también reposa en la resolución que concede la licencia de manera formal, con radicado RE-06495-2021, donde Cornare expone sus razones para licenciar un proyecto que inició trámite el 4 de marzo de 2020, mediante el radicado 112-0316.
Sobre la decisión, Miguel Gutiérrez Ceballos, quien se ha mostrado crítico frente al proyecto, aseveró: “¡No vamos a perder el Río Churimo! Cornare informó el otorgamiento de la licencia ambiental a la empresa Clear Waters SAS (...) para construir una pequeña central hidroeléctrica en el río Churimo de San Rafael. Negocio redondo”.
Antecedentes
La inconformidad de Gutiérrez también es compartida por el alcalde de San Rafael y por políticos como el diputado Camilo Calle, de la Alianza Verde. Estas personas se han mostrado incrédulas del proyecto, pues varias falencias se presentaron en el camino previo al licenciamiento.
Carlos Giraldo, líder social e integrante del colectivo Somos del Río en San Rafael, ha conversado con este diario en diferentes oportunidades. En sus palabras, el trámite de licencia de una pequeña hidroeléctrica en el río Churimo ha levantado polvo.
Las posibles afectaciones a especies endémicas de Falditas y Quebradona, donde se haría el proyecto, se cuentan entre las inconformidades. A esto se suma la participación comunitaria, la cual, según este, se vio afectada por la pandemia y no todos en el pueblo lograron acceder a información clara sobre este proceso.
Al respecto, Ramírez, de Cornare, afirmó en su momento: “Abrimos el espacio para una audiencia pública y recogimos información de parte de la comunidad. Ello servirá como insumo para la toma de decisiones”.
Además de las afectaciones al ambiente, Gutiérrez y Giraldo, de la mano del alcalde, han puesto sobre la mesa una problemática extra de este tipo de modelos. Estos consisten en producir energía mediante la fuerza del caudal del agua, sin que su potencia supere los 10 megavatios, cuestión que también exime a sus promotores de girar transferencias a los municipios.
Ello, en una subregión con tantos procesos de generación hidroeléctrica es insostenible, según los anteriores. En la última década, Cornare ha aprobado 30 licencias en esa zona (de estos todavía no operan 23, según información entregada por Cornare).
Más posiciones encontradas
En marzo de este año, EL COLOMBIANO conversó con Gustavo Londoño, entonces vocero oficial de Clear Waters SAS. Ante las preocupaciones comunitarias, este aseguró que el impacto de la pequeña hidroeléctrica sería mínimo: “Se va tomar una parte del río, pero luego se devuelve al mismo río, sin afectar todo lo que va por su caudal. Y, por el contrario, con los árboles que se van a sembrar, el paisajismo, todas las obras que se van a hacer, el lugar se va a mejorar y convertir en un sitio turístico”.
El alcalde Ciro Morales dijo entonces que, por requerimientos de la obra, es claro lo expresado por Londoño, en cuanto a generación de empleos y mejoras viales para el ingreso de equipos. “Pero una vez todo eso esté instalado, uno sí quisiera ver cuánto es lo que le va a representar eso económica y socialmente a la región”, interrogó.
Londoño, por su parte, contrapunteó: “No podemos anticiparnos diciendo que la compañía no va a participar de un desarrollo o incumplirá con sus promesas. Sin tener todavía licencia, nos ha tocado mejorar vías. Estamos vinculados a la región por nacimiento y procedencia. El espíritu que nos anima es de comunidad”.
Ahora, con licencia en mano, quienes piden la libertad del río Churimo en redes sociales y espacios como la Asamblea de Antioquia —hasta donde llegó este debate— esperan que las afectaciones a su territorio, después de entrado en operación el proyecto hidroeléctrico, sean menores.