Pachelly se pegó a la ‘paz total’, ¿qué busca?

Este grupo delincuencial, con 40 años en la criminalidad en Bello, atendió el llamado del Gobierno. Desde antes se querían vincular a un proceso de negociación.

Varios miembros de la banda han caído tras las rejas en diferentes operativos hechos durante los últimos años FOTO Archivo.
La carta de Pachelly enviada al Gobierno Nacional.

Ante el llamado para la “paz total” que propone el presidente Gustavo Petro, el grupo delincuencial Pachelly levantó la mano y por medio de un comunicado dijo que se unía a la negociación. De llegar este proceso a buen puerto, sería la vinculación a la legalidad de una estructura que lleva delinquiendo cuatro décadas en Bello.

El proceso de negociación con el gobierno sería hecho por intermedio de un movimiento llamado Sinergia, conformado por abogados y especialistas en negociaciones del conflicto armado creado en 2016.

Alex Alberto Morales, abogado y uno de los integrantes de este movimiento, señaló que la participación de Pachelly en la denominada “paz total” tiene como propósito “que se dignifiquen la sociedad civil, las víctimas y las personas que se encuentran en el conflicto”.

Leyenda criminal en Bello

Pachelly es un referente criminal en el norte del Valle de Aburrá. Nació como banda a principio de los años 80 en Bello, en un barrio del mismo nombre. Desde entonces se convirtió en una ala del cartel de Medellín, luego tuvieron vínculos con las autodefensas e incluso participaron en procesos de desmovilización en el 2005 (ver cronología).

En el comunicado enviado luego de que el alto Comisionado para la Paz, Danilo Rueda Rodríguez, los llamara al diálogo junto con Los Caparros, los integrantes de esta organización criminal recordaron que “desde 1997 participamos activamente en el proceso mediante el cual se han establecido pactos de convivencia y respeto a la vida entre grupos en conflicto, contribuyendo a la disminución de la violencia en Bello”.

Entre los procesos de pacificación, Pachelly formó parte de una ONG que se dedicaba a la limpieza de quebradas y al cuidado del cerro Quitasol, labores que duraron hasta el 2011 cuando se realizó la operación TNT (Toma del Norte), en la cual se capturaron a 60 integrantes de esta organización, además de señalar a sus principales cabecillas. Este golpe mandó a prisión a toda una generación de miembros de esta organización, que aprovechándose de un proceso usó la legalidad para fortalecerse en la ilegalidad.

Actualidad

Los cabecillas más reconocidos de esta estructura son Albert Antonio Henao Acevedo, alias “Alber”, capturado el 9 de agosto de 2020; Francisco Emilio Mazo Pulgarín, alias “Pocho”, detenido el 28 de septiembre de 2020, Jairo Andrés Ardila Murillo, alias “Guayabo”, capturado el 6 de diciembre del año pasado.

También fueron judicializados por ser cabecillas de esta organización Luis Fernando Mejía Saldarriaga, alias “Nando”, y José Domiciano Carrillo Montoya, alias “Sólido”, quienes ya se encuentran en libertad.

Según la Fiscalía, la banda Pachelly cuenta con 220 hombres, quienes estarían a cargo de las rentas criminales, recaudadas por medio de extorsiones, narcotráfico, homicidios selectivos, entre otros.

Si bien su principal radio delincuencial está enfocado en las comunas de Niquía y Altos de Niquía, además del barrio que le da el nombre, Pachelly habría extendido sus tentáculos a las subregiones antioqueñas del Oriente, Norte, Nordeste y Bajo Cauca, vinculándose con otras organizaciones, para la comisión de sus delitos.

Incluso se les relacionó con el ataque a dos policías el pasado 17 de julio en el corregimiento San Félix, de Bello, el cual se habría perpetrado en conjunto con el Clan del Golfo.

En medio de su intención por negar su responsabilidad en este hecho, los integrantes de esta organización manifestaron, el pasado 4 de agosto, su iniciativa de crear una mesa de paz. En ese momento, la Alcaldía de Bello les dijo que no tenía herramientas legales para abanderar un proceso de este tipo.

En caso de iniciarse la negociación con el gobierno Petro, esto sería catalogado como una negociación sin precedentes, porque sería con una organización criminal vinculada al conflicto urbano, algo que no había pasado antes, según lo dijo el abogado Morales