Desde que fue alcalde de Medellín, Fajardo hizo de la educación una bandera política

De su paso por la Alcaldía de Medellín, primer cargo de elección popular que tuvo, también se le reconocen logros en urbanismo social y seguridad.

Sergio Fajardo ha tenido entre sus cargos más importantes el de alcalde de Medellín (2004-2007) y gobernador de Antioquia (2012-2015). FOTO Julio César Herrera

Fajardo hizo de la educación una bandera política

En su afán por reducir la ventaja que le llevan Gustavo Petro y Federico Gutiérrez, y a solo 42 días de las elecciones presidenciales, el candidato Sergio Fajardo Valderrama está enfocado en la que denominó la “remontada” de su campaña. La contratación de una firma internacional de consultoría política para asesorar su candidatura y la intención de ofrecer una imagen activa y contundente se conjugan con la puesta en escena de sus propuestas, entre las que se sigue destacando la que ha sido su bandera política: la educación.

La “remontada” no es una tarea menor. De las tres consultas interpartidistas del pasado 13 de marzo, Fajardo fue el precandidato elegido menos votado, con 723.475 votos, muy por debajo de Gutiérrez (2'161.686) y Petro (4'495.831). Las cifras tampoco fueron más favorables en su tierra natal, Antioquia, donde también obtuvo la menor votación de los tres: 118.010 sufragios, mucho menos que los 950.000 con los que ganó la Gobernación de Antioquia en 2011 y los 210.000 que lo llevaron a ser alcalde de Medellín en 2003.

Su paso por la Alcaldía constituye tal vez uno de los logros más importante de su carrera política, pues posicionó una marca, forjó su identidad y afincó banderas que aún hoy son recordadas. Con el lema de “Medellín la más educada”, Fajardo puso la educación en la agenda pública como un asunto prioritario durante su periodo 2004-2007. Este profesor universitario llegó al mandato local tras un intento fallido en 2000, logró el triunfo con buena acogida de los jóvenes y la promesa de una política renovada y fresca bajo el movimiento Compromiso Ciudadano, que fundó en 1999.

EL COLOMBIANO, como parte de su cubrimiento de las elecciones presidenciales, les hizo un corte de cuentas a las alcaldías de quienes hoy son candidatos con opción de llegar a la Casa de Nariño. Esta es la primera entrega.

Parte de su gestión

Para Adolfo Eslava, entonces director de Medellín Cómo Vamos cuando Fajardo fue alcalde, la educación fue el principal eje y acierto de esa administración, seguida de la seguridad y el desempeño económico de la ciudad. Respecto al primer punto, el experto reconoció que el hoy candidato presidencial puso sobre la mesa la educación como una herramienta de transformación social que permitió aumentar la cobertura, si bien, el reto continuó para las siguientes administraciones.

Según Eslava, más importante aún fue la coherencia entre ese discurso y la inversión en infraestructura educativa, reflejada en otro de los emblemas de Fajardo: la idea de parques biblioteca y megacolegios que llegaron a comunas marcadas tradicionalmente por violencia, pobreza y problemáticas sociales.

El análisis nacional de la Red Medellín Cómo Vamos para el periodo 2004-2007 da cuenta de que la educación fue un ítem que se llevó buena parte de la ejecución financiera del Plan de Desarrollo de la época. Por ejemplo, se construyeron 10 nuevos colegios, se mejoraron 132 existentes y se crearon 31.761 cupos para estudiantes, lo que aumentó la tasa de cobertura total neta en todos los niveles: pasó del 75,7% en 2004 al 77,4% en 2007.

A esto se suma que hubo disminución de repitencia y deserción, aun cuando uno de los desafíos que no se cumplieron a cabalidad en el cuatrienio fue aumentar la calidad y el desempeño educativo de los alumnos.

Alta favorabilidad

Esto se complementó con la idea del urbanismo social que permitió, en consideración de Eslava, que la infraestructura fuera más que cemento y conversara con oportunidades y participación para las comunidades, a partir de sus demandas y necesidades, con acciones de educación, salud, deporte, espacio público o cultura.

Un segundo frente fundamental fue la seguridad. Cuando Fajardo recibió la ciudad quedaban importantes marcas de la violencia de los 80 y los 90, tasas de homicidios muy altas, el dolor reciente de la Operación Orión en la comuna 13 y un proceso de desmovilización de paramilitares que, en el caso de Medellín, acogió al Bloque Cacique Nutibara.

Para entonces no existía Secretaría de Seguridad como ahora, sino de Gobierno bajo el liderazgo de Alonso Salazar, el sucesor de Fajardo. Desde allí se coordinaron acciones en este sentido y hubo logros como reducción de delitos. El informe de Medellín Cómo Vamos del cuatrienio muestra que la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó del 57,3% en 2004 al 28,7% en 2007, lo que representa una reducción del 50,1% al finalizar ese gobierno.

Estas cifras, en opinión de John Fernando Mesa, coordinador de Redepaz Antioquia, guardan una alta correlación con la fuerte inversión que se hizo en el programa de reinserción de los desmovilizados en la ciudad. Para el defensor de derechos humanos, persistió el temor en muchas personas e, incluso, algunas organizaciones sociales bajaron el perfil, sin contar que el tema se concentró en los exparamilitares, pero no tanto en las víctimas, si bien, esta era una tendencia nacional en ese momento.

Mesa destaca que pese a los esfuerzos, no fue en esa administración donde se pueda decir que se fortaleció el trabajo con las organizaciones sociales de carácter más comunitario, pues se habría quedado concentrado en unas pocas entidades no gubernamentales que llevaban un trabajo de más trayectoria. Una de las acciones que resalta el líder social es que Fajardo fue el que impulsó el registro técnico y estadístico de los asesinatos, con datos como lugar y modo, lo que hoy persiste en el informe diario de seguridad que entrega la administración.

Este panorama de ciudad también está marcado por una administración que aprovechó el capital social para sacar adelante procesos de desarrollo, que incluían el trabajo con actores de distintos sectores, entre ellos los gremios y empresarios.

“Fajardo como alcalde logró juntar a las diferentes fuerzas de la sociedad civil de Medellín y, en ese sentido, se logró una acción colectiva alrededor de los asuntos de gobierno locales”, anotó Eslava.

Y aunque quedaron retos pendientes, esto le permitió culminar su periodo con índices de favorabilidad sin precedentes, incluso por encima del 85%, y ser elegido como el mejor alcalde de Colombia en el periodo 2004-2007.

Algunos puntos que resaltaron en su gestión

Biblioteca España: paradójico fracaso de una idea exitosa

La iniciativa de los parques biblioteca que hoy persisten en las distintas comunas de la ciudad es obra de la Alcaldía de Sergio Fajardo, si bien, muchos fueron entregados en administraciones posteriores y fueron espacios pensados para el encuentro y el diálogo ciudadano, en especial para los niños y jóvenes.

Sin embargo, la Biblioteca España, entregada por Fajardo ante los reyes de España, presentó fallas estructurales que la llevaron a cerrar por años y que generaron sobrecostos para su reconstrucción, que avanza en este momento.

Se apoyó reincorporación de los desmovilizados

Aunque la desmovilización del Bloque Cacique Nutibara, de las AUC, estuvo a cargo del Gobierno Nacional, la Alcaldía de Medellín de Fajardo se encargó en buena medida de la reinserción de los exparamilitares.

La Fundación Indas para la Paz (FIP) resalta que el gobierno Fajardo creara el programa Paz y Reconciliación, que ayudó a la reincorporación a la sociedad civil de 4.200 hombres. De ellos, según la FIP, solo el 20% reincidió o fue asesinado. Incluso, la fundación se atreve a decir que los logros alcanzados en paz son “irreversibles”.

Urbanismo social, herramienta de desarrollo en comunas más pobres

A Fajardo también se le recuerda por los Proyectos Urbanos Integrales (PUI), que buscaron una intervención en los lugares con más necesidades y falta de oportunidades. El primero de estos proyectos se hizo en la zona nororiental, en las comunas Popular y Santa Cruz, con el metrocable como eje de colegios, centros de salud, parques, jardines y corredores viales, entre otros espacios que concentraban oferta en distintos frentes.

Situación similar ocurrió en Moravia, antiguo basurero a donde se llevó infraestructura con distintos espacios, como el centro cultural o proyectos de vivienda, aunado a su integración con la zona norte de la ciudad, que concentraba la Universidad de Antioquia, el Parque Norte, el Explora y el Jardín Botánico, a través del corredor de Carabobo. La idea se continuó en San Javier y es lo que hoy se conoce como el “milagro de la comuna 13”. Las obras en este último lugar fueron impulsadas con fuerza en la administración posterior de Alonso Salazar.

Pirámides de la Oriental, la obra fallida que se tumbó para volver a sembrar árboles

Uno de los desaciertos que muchos consideran de esta administración son las polémicas pirámides que construyó en el intermedio de la avenida Oriental, con el argumento de que impedirían que los peatones no cruzaran la calle por lugares diferentes a las cebras peatonales.

Desde el comienzo estuvieron llenas de críticas porque los árboles de la zona se reemplazaron por cemento y porque se obstaculizaba el libre tránsito en la zona. En efecto, estas se tumbaron en la administración de Federico Gutiérrez y se cambiaron de nuevo por árboles.