Luego de dos años de lucha jurídica ante el gobierno de EE. UU. la contadora antioqueña Adriana María Ruiz Madrid fue excluida de la Lista Clinton, el instrumento mediante el cual esa nación aplica sanciones financieras a las personas sospechosas de participar en redes delincuenciales.
El anuncio lo realizó ayer el Departamento del Tesoro, a través de su Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac). El reporte excluye de la Lista a Ruiz Madrid, y una empresa que ella poseía, el centro de estética Carytes Encanto y Belleza, ubicado en el centro comercial Oviedo de Medellín.
Ruiz fue designada en la Lista Clinton en noviembre de 2014, junto a nueve personas y 14 compañías, señaladas por la Ofac de participar en una trama de lavado de activos para la organización criminal “la Oficina”. Entre los reseñados en ese organigrama están, entre otros, el empresario deportivo Juan Pablo Upegui Gallego y su equipo Envigado Fútbol Club; el entonces jefe de guardias de Tránsito de la Secretaría de Movilidad de Envigado, Nelson Darío Isaza Sánchez (apodado “Nene”); y el excapitán de la Policía, Edward García Arboleda (“Orión”).
Fuentes cercanas a la situación le contaron a EL COLOMBIANO que uno de los argumentos para incluir a esta mujer en la lista fue que a principios del siglo XXI tramitó varias declaraciones de renta de Daniel Mejía Ángel, alias “Danielito”, quien posteriormente llegó a ser uno de los máximos jefes de “la Oficina”.
El caso fue asumido por el abogado estadounidense Luis Guerra y el investigador colombiano Wilton Hernández, quienes demostraron tanto al Tesoro como a la DEA que en aquel entonces, cuando su clienta elaboró las declaraciones de renta, “Danielito” no tenía requerimientos judiciales e incluso rendía cuentas tributarias al Estado. Ruiz accedió a hacerle los trámites porque lo conocía, como vecinos en Envigado.
Durante los cerca de dos años que duró la sanción se congelaron las cuentas bancarias y transacciones comerciales de la contadora, lo que significó su muerte laboral, pues no podía contratar con ninguna empresa. También le tocó ceder su parte del centro de estética.