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Cuatro años por encima de los 500 homicidios

Desde 2015, único año del siglo en que hubo menos de 500 asesinatos en Medellín, el indicador ha subido.

  • Imagen referencia. FOTO EDWIN BUSTAMANTE
    Imagen referencia. FOTO EDWIN BUSTAMANTE
24 de octubre de 2019
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Tras diez meses al alza, el indicador de homicidios en Medellín marcó una cifra inferior respecto al mismo periodo de 2018 el lunes de esta semana. Paradójicamente, ese mismo día llegó, por cuarto año consecutivo, a las 500 muertes violentas.

Según lo registró el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc) de Medellín, el asesinato de Sandri Liseth Guerrero, de 20 años de edad y que ocurrió el lunes en Villa Hermosa, fue el que llevó a las cinco centenas el número de personas muertas en hechos violentos este año en Medellín.

Al respecto, el secretario de Seguridad, Andrés Tobón, anotó: “Tenemos una reducción del número de homicidios en Medellín frente al año anterior. Son dos menos, hablando de homicidios y casos de fuerza pública, sin contar las acciones que ejecutan las autoridades”, y dijo que es necesario seguir fortaleciendo los operativos en contra de los grupos delincuenciales, que son el factor que aporta en mayor medida a engrosar la cifra.

Con dos homicidios más que ocurrieron el martes, al 22 de octubre de 2019 la ciudad registró 502 muertes violentas. A esa fecha del año anterior la cuenta estaba en 504.

Bandas, principal factor

De acuerdo con el reporte del Sisc, 272 de las muertes violentas que se han presentado en lo corrido del año corresponden a conflictos entre grupos delincuenciales organizados (GDO). Sin contar los casos cuya causa aún no se determina (124), el segundo motivo que ha conducido a más homicidios son los problemas de convivencia, que suman 58.

De acuerdo con la directora de la Corporación Región, Marta Villa, la situación a la que se ha enfrentado la administración municipal para frenar el actuar de los GDO es una dicotomía, pues los golpes que les han asestado las autoridades con la captura de sus líderes han derivado en reestructuraciones de los grupos delincuenciales que, en ocasiones, han avivado sus disputas e incrementado las muertes.

“La política se centró en la captura de cabecillas y la desarticulación de bandas criminales, que es una forma válida de que el Estado aplique su fuerza y labores de inteligencia para someter a quienes están en la ilegalidad, pero ello no puede ser a costa de la población civil”, dijo Villa.

Según lo reportó la segunda semana de octubre el secretario Tobón, desde el 24 de abril “se logró identificar a todos los cabecillas y coordinadores que son dinamizadores del conflicto en Medellín”, y se le dio captura a 26 de ellos.

Frente a esto, el director del Centro de Estudios Económicos y Financieros de la universidad Eafit, Santiago Tobón, expuso que en un contexto violento como el de Medellín, en el que el grueso de las muertes se dan por acciones de grupos delictivos, “no se tiene una fórmula clara para saber cómo reducir los homicidios, y las bajas o alzas en el indicador de muertes violentas suele obedecer más a la voluntad de las mismas estructuras criminales que de las acciones de las autoridades”, concluyó .

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