viernes
7 y 9
7 y 9
Con partidos de fútbol al 100%, bares y discotecas a reventar, es fácil pensar que la pandemia se acabó. Atrás quedaron los tapetes antisépticos y la toma de temperatura en la entrada de lugares públicos. Por eso, a estas alturas llama la atención que instituciones educativas como la Universidad de Antioquia, que está de nuevo en presencialidad, siga consultando a su comunidad si ha tenido síntomas en los últimos días.
Más que el fondo, lo que ha molestado a algunos estudiantes es la forma. La universidad, para el ingreso de la comunidad, pide que cada quien se inscriba en la aplicación U. de A. Biosegura. En ella deben crear un perfil y llenar información general. Cada día, antes de entrar al campus, tienen que responder si han tenido síntomas en los últimos días.
Luego de responder el cuestionario se genera un código QR que debe ser presentado al ingreso. El trámite ha sido cuestionado.
El fin de semana pasado hubo críticas por la lentitud de la aplicación. Usuarios subieron fotos a redes sociales en las que se veían largas colas para entrar a la universidad. En las leyendas cuestionaban, a estas alturas de la pandemia, la efectividad del aplicativo.
EL COLOMBIANO consultó a la U. de A. sobre el particular. Desde allí dijeron que el sábado, efectivamente, hubo un fallo en la aplicación, lo que desencadenó la demora para entrar al campus. Sin embargo, dijeron que la aplicación funciona con eficiencia y que hacer el trámite para entrar no tarda más de 30 segundos.
Pero el interrogante de fondo a la universidad es por qué se sigue preguntando por síntomas y si es necesario hacerlo ahora, cuando todas las actividades, incluidas las relacionadas con el ocio, han vuelto a la presencialidad.
La justificación es que el Gobierno Nacional ha mantenido vigente la declaratoria de emergencia sanitaria, que se vence el 28 de febrero. “La Universidad, por tener una población permanente —no flotante como sucede con otros espacios abiertos al público— debe mantener una vigilancia epidemiológica. En caso de que haya un foco de contagio, deberá tomar, junto con organismos de salud, medidas restrictivas para evitar que ese contagio sea mayor”, dijo la institución.
Los estudiantes también pusieron en tela de juicio la efectividad de la medida. En una de las porterías, Stephany Herrera, de Ingeniería Sanitaria, explicó: “Uno debe informar si ha tenido síntomas, pero es evidente que mucha gente no responde con honestidad. Si uno escribe qué tiene, no lo dejan pasar y nadie quiere arriesgarse a eso”.
Michelle Álvarez, estudiante de Ingeniería Ambiental, comentó que la plataforma, a su juicio, ha sido eficiente, pero que a veces se ha “caído” y ha tenido que esperar hasta 10 minutos para entrar.
Opinan los expertos
Para la epidemióloga Silvana Zapata, pedir los datos solo tiene sentido si se tiene un objetivo claro: “Tiene que haber una justificación. Hoy la gente ya no registra si tiene síntomas o no. Me parece que no es justo impedir la entrada de un estudiante por no responder el formulario”.
En el mismo sentido opinó el epidemiólogo Carlos Agudelo: “Estamos en una transición en cuanto a la medida. Ahora se cuestiona el uso de la mascarilla. Saber si la gente tiene síntomas no es provechoso. La gente está cansada de contestar formularios y los síntomas por los que se preguntan son generales y pueden obedecer casi a cualquier infección