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Se cumplieron dos meses y la familia sigue esperando noticias sobre paradero de Alejandro Ramírez Acosta, ingeniero de 37 años, desaparecido el pasado dos de marzo en el municipio de Gir ardota. Su madre Piedad Acosta recuerda con dolor esa última llamada de Alejo, para decirle que lo habían contactado para un proyecto de una finca en El Hatillo, municipio de Barbosa.
“Él había salido de una terapia en Sura en Industriales y fue a encontrarse con unas personas en Girardota que le hablaron de un proyecto. A las 9:15 de la noche me llamó Natalia, mi nuera, para preguntarme qué sabía de Alejandro. Yo le dije que lo había llamado a las 8:00 p.m. pero que no me había contestado y me imaginaba que era porque estaba en clase. Ella me dijo no suegra, Alejandro no fue a clase, no ha aparecido”, indicó la mamá de Alejandro, sobre el día que comenzó su calvario.
Alejandro tenía esa noche clase de su especialización en Construcción Sostenible en el Colegio Mayor. Sus compañeros tampoco lograban ubicarlo. “Hablando con compañeros nos dijeron que no había ido a clase. Ya no le entraban los mensajes por WhatsApp, no contestaba, el teléfono estaba apagado. Ahí comenzó todo el calvario”, indicó Piedad Acosta.
La familia llegó a las 11:00 de la noche a Girardota preguntando por Alejandro pero nadie sabía de su paradero. “En la estación de Girardota nos tomaron los datos, pero no fue mayor cosa lo que se hizo allá. A las 11:00 de la noche nos fuimos para el Gaula de la Cuarta Brigada, y allá nos dijeron que había que esperar, porque muchas veces las personas se iban de fiesta. Pero él estaba en una cita de trabajo, un lunes y salía para la universidad. Les dijimos que no era una explicación lógica”, afirmó su madre.
El 3 de marzo Piedad Acosta puso la denuncia de la desaparición de su hijo y hasta el día de hoy, dos meses después, la investigación sigue en curso, con resultados próximos según la Fiscalía y la Policía.
“Nosotros nunca escuchamos que los estuvieran extorsionando. No sabemos que hay detrás de todo esto ni quién está en medio de todo esto. No nos han pedido dinero, no nos han enviado pruebas de supervivencia”, afirmó la madre del desaparecido.
Y es que la progenitora de Alejandro ha probado todos los métodos para dar con su paradero, ha hecho dos marchas: una en el parque de El Poblado y otra en el de Banderas. Hace poco en el sector del norte del Valle de Aburrá arrojó desde un helicóptero más de 150.000 volantes, pero nadie dio razón sobre su paradero. “Los amigos de Alejandro nos han colaborado con el dinero de los volantes, hasta para la recompensa de 50 millones porque la policía puso solo 10 millones y con todo esto nadie ha dado razón de Alejandro”, indicó Piedad.
Solo una persona que supuestamente lo vio en La Ceja, hizo que su familia tuviera una ilusión pasajera. “Eso fue un descaro. Con el dolor de uno no pueden jugar de esta forma. Nos fuimos todos a buscarlo, pensábamos que le habían dado escopolamina y que estaba perdido. Revisamos las cámaras de seguridad y por ninguna parte. Lo que esa señora dijo nunca se verificó”, relató Piedad.
Natalia Bolívar, la esposa de Alejandro, indicó que las autoridades todavía no les han comunicado nada sobre la investigación. Así mismo, anunció que este viernes a las 6:30 de la tarde se realizará una cadena de oración en el segundo parque de Laureles, para clamar por su aparición.