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Desgaste en el Concejo: 5 veces se ha caído la venta de UNE

Con arengas y recusaciones se negó la apelación que presentó la Alcaldía. Ahora, Quintero pide al Gobierno Petro estudiar la “nacionalización” de Tigo.

  • En la tribuna, se mezclaron ciudadanos opositores y contratistas que arengaron todo el tiempo, con una voz mayoritaria entre quienes gritaban “Fuera Quintero”. FOTO JAIME PÉREZ
    En la tribuna, se mezclaron ciudadanos opositores y contratistas que arengaron todo el tiempo, con una voz mayoritaria entre quienes gritaban “Fuera Quintero”. FOTO JAIME PÉREZ
07 de octubre de 2022
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Un Concejo profundamente dividido hundió ayer por quinta vez consecutiva el proyecto de acuerdo con el que la Alcaldía de Medellín buscaba vender las acciones de EPM en UNE.

Con 10 votos negativos contra 9 positivos, la plenaria le negó a la administración distrital una apelación radicada el pasado lunes que pretendía revivir la iniciativa.

Minutos después de conocerse la decisión, el alcalde Medellín, Daniel Quintero, arremetió de nuevo contra el Concejo e insistió en la calificarla como un robo; cosa que había hecho durante la tarde de ayer, pues era evidente que la iniciativa no tenía futuro.

“EPM acaba de perder 3 billones de pesos. Como lo anticipamos, al uribismo y sus aliados no les bastó con privatizarla en 2014, esta vez fueron por sus restos”, publicó Quintero en Twitter.

En una muestra del cada vez más polarizado ambiente político de la ciudad, la discusión volvió a convertirse en un escenario para fuertes choques entre los concejales y un abultado público lleno de detractores y defensores del gobierno local.

Mientras cabildantes de la coalición de gobierno aprovecharon la discusión para insistir en que la enajenación debía ser aprobada, varios de los corporados que se han opuesto a la misma calificaron el debate como un desgaste innecesario, teniendo en cuenta que ya había sido negado en cuatro ocasiones principalmente por las dudas sobre la destinación de los recursos producto de la venta.

Así fue la sesión

Aunque el debate estaba citado para las 4:00 p.m., el pulso arrancó un par de horas antes, cuando las gradas del recinto comenzaron a llenarse de detractores y defensores del gobierno local.

Desde sindicatos y trabajadores de Tigo-UNE que portaban pancartas rechazando la enajenación, hasta militantes del movimiento Independientes portando banderas de ese grupo político llenaron las sillas del lugar.

Entre esa multitud, según denunciaron concejales del bloque opositor, también habrían estado contratistas activos de la Alcaldía.

“A esta hora fila de contratistas de la Alcaldía de Medellín para entrar al Concejo. La ciudadanía que quiera entrar seguramente no podrá hacerlo”, denunció el concejal Daniel Duque, del Partido Alianza Verde.

A raíz de los choques que se presentaron durante la sesión del pasado miércoles, que tuvo que ser levantada por una crispación de los ánimos entre los asistentes, la Personería de Medellín hizo presencia con al menos una decena de funcionarios, que se situaron entre ambos bandos para calmar los ánimos.

Aunque a diferencia del pasado miércoles no hubo confrontaciones, el agitado ambiente obligó a suspender la sesión varias veces, incluida una en la que un grupo de socorristas tuvo que atender a una mujer que sufrió una descompensación médica.

Durante las dos primeras horas de sesión, la discusión estuvo marcada por una recusación que horas atrás fue radicada en contra del presidente del Concejo, Lucas Cañas, por estar presuntamente impedido (Ver nota anexa).

Quizás la recusación que se veía venir contra Cañas y la proyección de la votación que parecía virtualmente empatada hicieron que el alcalde trinara hacia el mediodía, que el debate estaba perdido.

Pasadas las 7 de la noche de ayer y luego de tres horas, el debate se encausó en la venta de UNE, en la que los concejales opositores volvieron a plantear sus posiciones y los amigos de la iniciativa se abstuvieron de participar en su mayoría, salvo Babinton Flórez y Carlos Romero, quien apeló varias veces al uso de la réplica para defender la iniciativa. Quizás como lo anticipó Fabio Rivera una hora antes de la votación: “Ya sabemos que se va a hundir”. A esa hora, la barra que respaldaba al gobierno de Quintero se había diluido.

Las fuerzas se mantuvieron

El concejal Simón Pérez, del movimiento Todos Juntos, volvió a insistir en que el proyecto constituiría un detrimento para el patrimonio público, dado que el conglomerado público de Medellín perdería un activo que le permitiría fortalecer su conectividad y llevar el internet a las zonas más vulnerables.

En igual sentido se pronunció el concejal Luis Bernardo Vélez, quien renunció al Movimiento Independientes, calificando además la discusión como un desgaste innecesario, dado que el proyecto ya había sido hundido por la plenaria y por la Comisión Primera otras tres veces.

“Nosotros no deberíamos estar aquí”, dijo Vélez, insistiendo en que, en caso de que la Alcaldía estuviera tan segura de que la ciudadanía apoyaba la venta la sometiera a consulta popular.

Por su parte, el concejal Daniel Duque, de la Alianza Verde, enumeró los múltiples escándalos en los que se ha visto envuelta la administración municipal y reiteró que no había confianza en el uso que se le daría a los recursos.

Sobre este último punto insistió también la bancada del Centro Democrático, recordando los desencuentros que llevaron al piso la negociación que había iniciado en septiembre cuando ese partido se mostró dispuesto a aprobar la venta en caso de que se garantizara que los recursos fueran invertidos en un activo estratégico.

Finalmente, tras cinco horas y media de discusión se procedió a la votación de la apelación y allí se hundió.

Además de una sensación de desgaste, compartida por varios concejales, el debate también dio cuenta de la fractura cada vez más pronunciada en esa corporación alrededor de la administración distrital.

A largo plazo, varias voces calificaron el panorama como incierto y no descartaron que la Venta de UNE pudiera seguir minando el ya apretado margen de maniobra de la administración Quintero en el Concejo.

En el horizonte ya aparece para muchos incluso la elección de la próxima mesa directiva, que se realizará en noviembre y en la que la coalición de gobierno ya no tiene tan claro que tan sólido es su bloque.

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