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La ladera noroccidental de Medellín ha visto como en su vecina del frente, la comuna nororiental, suben y bajan las góndolas del metrocable de Santo Domingo Savio desde hace 15 años (el sistema acabó de completar 100.000 horas de operación).
Por eso los 14 meses que lleva la construcción del metrocable de Picacho han parecido eternos para los habitantes de las futuras estaciones Sena-Pedregal, Doce de Octubre y El Progreso No. 2, que serán quienes principalmente disfrutarán de los beneficios de este metrocable que impactará a 420.000 personas de esta zona de Medellín.
El mayor perjuicio durante la construcción del sexto metrocable que tendrá el sistema masivo del Valle de Aburrá ha sido la restricción de ingresos en la estación Acevedo, punto de partida del futuro sistema, donde solo se puede acceder a tres vagones de los trenes de la Línea A, lo que genera congestión.
La incomodidad que viven los usuarios al ingresar al tren es temporal, mientras avanza la ampliación de esta estación que, además, también es punto de integración con el metrocable de Santo Domingo.
Para algunos usuarios son más importantes los beneficios que traerá a futuro. Es el caso de Valentina López Osorio, quien todos los días tiene que llegar a Acevedo para desplazarse hasta la Fundación Universitaria Bellas Artes.
Ella solo puede ingresar por el norte de la estación y eso le genera incomodidades porque debe caminar más. Sin embargo, sabe que cuando termine la obra podrá ahorrar dinero en transporte público.
Jaime Andrés Ortiz, coordinador de Procesos de la Gerencia Social y de Servicio al Cliente del Metro de Medellín, dijo que con el cierre del costado sur de la estación Acevedo, la cantidad de usuarios en el acceso norte ha aumentado significativamente. Para ello se han tomado medidas de control de flujo, igual a los modelos que se aplican en las estaciones Industriales y Poblado.
Añadió que al momento de finalizar el proyecto, se aumentará el flujo de usuarios, por lo que se han realizado pruebas para comenzar rutas desde la estación Acevedo y se pueda contar con la capacidad suficiente para atender el incremento de viajeros.
Para algunos la construcción del metrocable Picacho ha traído problemas más significativos. Es el caso del supermercado La Familia Superoferta, ubicado en la calle 104 con carrera 65, cerca al Sena de Pedregal. Al frente de este negocio se construye una de las columnas por las que circularán las cabinas del sistema.
Adolfo Enrique Foliaco, uno de los trabajadores del supermercado, contó que la obra le ha generado pérdidas al negocio porque pierde visibilidad y han estado expuestos a la inseguridad. Aunque para este negocio los perjuicios han sido más que los beneficios, Foliaco consideró que en un futuro se beneficiará con el proyecto debido a la posibilidad de que hayan más transeúntes por estar cerca de una estación.
Este será el sexto metrocable que tendrá Medellín. Transportará diariamente a 72.000 usuarios. Además, el Metro de Medellín informó que el tiempo límite que tardará un usuario desde la estación Acevedo hasta el final de la línea, será solo de 11 minutos.
Otro de los beneficios de los que habla el Metro es la reducción de accidentes de tránsito, la generación de espacio público y la integración tarifaria con las demás líneas.
En cuanto al impacto ambiental, habrá una disminución de dióxido de carbono (CO2) gracias a que el metrocable Picacho operará con energía eléctrica. Según la alcaldía, se evitará la emisión de 979 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.
La Secretaría de Infraestructura reportó, a finales de marzo, que el avance de ejecución era del 18 % en la construcción de las estaciones y del 60 % en la implementación de las 29 pilonas que sostendrán el cable. El acumulado de avance era de 45 %.
La fecha de finalización, según el último cronograma de obra aprobado, es septiembre de 2019. Luego empezarán las pruebas técnicas y la operación instructiva en el último trimestre del año .