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Los drones creados en Medellín para medir contaminación del agua

Fueron creados en un laboratorio del Pascual Bravo y son una especie de minisubmarinos.

  • El profesor Carlos Alberto Valencia (derecha) y el auxiliar de laboratorio Luis Felipe Arias prueban los minisubmarinos que crearon en una de las piscinas del Pascual Bravo. FOTO MANUEL SALDARRIAGA
    El profesor Carlos Alberto Valencia (derecha) y el auxiliar de laboratorio Luis Felipe Arias prueban los minisubmarinos que crearon en una de las piscinas del Pascual Bravo. FOTO MANUEL SALDARRIAGA

No son estos submarinos de guerra, como los cuatro que tiene la Armada Nacional Colombiana. En absoluto. Son un ingenioso desarrollo sumergible del Semillero de Automatización y Robótica (Sauro) de la Institución Bravo Pascual Bravo de Medellín, que sirve para medir tres variables de contaminación del agua.

Se trata de minisubmarinos, que no son otra cosa que drones acuáticos desarrollados durante tres años y presentados este 2019 por Carlos Alberto Valencia, coordinador del grupo de investigación, y su auxiliar en el laboratorio, Luis Felipe Arias, quienes también recibieron apoyo de estudiantes para su ingenio.

El primer prototipo fue nombrado EcoRover 1.0, con un exterior de Policloruro de vinilo (PVC) y tiene dos sensores que le permiten medir el pH (acidez), la temperatura y la turbidez de un río o lago.

Con uno de sus tres motores se sumerge hasta casi un metro de profundidad y con los otros dos se desplaza hacia adelante y a los lados, mientras recolecta información que trasmite remotamente a un computador.

¿Cómo surgió la idea?

Fue hace seis años, cuando Arias veía una serie en Youtube relacionada con Veinte mil leguas de viaje submarino y, como en el Pascual venían trabajando con drones para temas ambientales (en 2016 presentaron uno para medir la contaminación del aire), le propuso la idea al profesor Valencia y en 2016 comenzaron a trabajar en ella (ver Gráfico).

“En Colombia somos privilegiados en la parte hídrica, pero también la castigamos. Con esta herramienta podemos hacer seguimiento de las cuencas y lagos, podemos ir, por ejemplo, a embalses como Hidroituango y ver su estado, o evaluar nuestras ciénagas”, explicó Valencia.

Para desarrollar el minisubmarino invirtieron alrededor de ocho millones de pesos y, aclaró, que todo fue creado con software libre, por lo cual ni pretenden patentar la creación ni aprovecharla comercialmente, su fin es ponerla al servicio de la institución y la ciudadanía.

“Los análisis se hacen con tomas manuales de muestras, y no encontramos en el estudio un desarrollo similar en Colombia o el mundo. El EcoRover puede llegar a la mitad del río y hacer trazabilidad en un cauce, no solo en puntos específicos”, anotó Valencia.

Arias, a quien le llegó la idea, fue enfático en expresar que ojalá el dron sirva para demostrar que desde cualquier laboratorio se puede innovar y contribuir a la sociedad.

Preparan versión mejorada

El EcoRover 2.0 se podrá sumergir hasta 4 metros y por medio de un cable trasmitirá datos a un computador en tierra. En el laboratorio ya tienen un cuerpo construido en nylon y acrílico que ensayan para ponerlo en funcionamiento.

Por lo pronto, el profesor Valencia dice que ya han trabajado con empresas que contratan sus servicios (guardan confidencialidad) y están abiertos a requerimientos de autoridades ambientales.

“Esto va muy de la mano con la movida de la Cuarta Revolución Industrial, que llegó con un centro a Medellín. Sirve para contarle al país, a la ciudad, que está haciendo la institución en temas de apropiación tecnológica”, expresó Juan Pablo Arboleda, rector del Pascual Bravo.

Infográfico
Diego Zambrano Benavides

Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.

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