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Hasta sus propios organizadores se mostraron sorprendidos con la nutrida asistencia que tuvo la marcha en Medellín contra del gobierno de Gustavo Petro –y las reformas que propone– y de paso contra el alcalde Daniel Quintero. La manifestación que comenzó cerca de las 10:00 a.m., con cerca de 50 personas en el Teatro Pablo Tobón Uribe terminó en un río de gente que agolpaba casi todo el carril norte de la calle San Juan a la altura de La Alpujarra.
De acuerdo con la Corporación Medellín Cuenta Conmigo –que fue una de las convocantes a la marcha a la que ayer se sumaron empresarios, miembros del sector salud, reservistas del Ejército, entre otros sectores– más de 200.000 personas caminaron 1,7 kilómetros para mostrar su descontento ante las propuestas de reformas tributaria, política, pensional y de salud; así como por el alza que tendrá la gasolina a partir del próximo mes.
Los asistentes, que según las cifras de la alcaldía rondaron los 35.000, alternaban gritos de “¡Fuera Petro!” y “¡Fuera Quintero!”, aunque no faltó el desubicado que también gritó “¡Uribe guerrillero, el pueblo está verraco!”.
Aunque las caras más visibles durante el recorrido fueron las de adultos mayores –varios de ellos aseguraron manifestarse por primera vez– en el recorrido también se veían jóvenes e incluso niños pertenecientes a una banda marcial que lanzaban arengas contra el gobierno.
“La marcha no pertenece a ningún partido ni a ninguna clase política. Es de toda la ciudadanía. Es una movilización pacífica, no como las marchas que ellos (los afines al gobierno) impulsaban y que terminaban en daños. Esta es una marcha con respeto a las instituciones”, expresó Juliana Cano, una de las asistentes.
“Nosotros somos los que sabemos, la juventud no sabe nada”, le expresaba uno de los canosos marchantes a otro de sus contertulios.
Pese al paso del tiempo y de los fuertes rayos del sol más personas se iban integrando al paso de la manifestación sobre la Avenida Oriental. “Acá no hay vándalos, no hay bandidos. Aquí hay gente de bien, gente decente”, señalaba uno de los animadores desde uno de los vehículos que amenizaba la concentración.
Uno de los que se unió fue el empresario Willam Calderón, quien estuvo acompañado de un grupo de sus trabajadores. Calderón indicó que su motivación para marchar es que, según él, en 50 días de gobierno Petro solo ha causado estragos.
“He resultado muy afectado, a los empleados se les redujo la jornada porque no tengo cómo pagar horas extras y a fuerza de lidias estamos sosteniendo la nómina. Además, la materia prima escasea y todo está muy caro. ¡Y lo que se avecina va a ser peor!. Tanto que criticaron la reforma tributaria y ya es el emblema de este gobierno”, apuntó.
Durante el transcurso de la marcha sobre la Oriental hubo algunas provocaciones y altercados por parte de personas que se mostraban a favor del gobierno de Gustavo Petro. En por lo menos cuatro ocasiones, este diario pudo ver encontrones entre manifestantes y ciudadanos que expresaron su apoyo al presidente.
“¡Ahí van marchando los salchichoneros!”, gritó un hombre con sorna. “¡Si queremos comer salchichón con Coca cola es problema de nosotros!”, replicó otro de los asistentes.
En algunos puntos se dieron unas explosiones de pólvora, lo que fue interpretado por los organizadores como intentos de saboteo de los que ellos calificaron de “petristas”. De hecho, también algunos indicaron que había el rumor de que la primera línea se había infiltrado en el recorrido. En todo caso, las autoridades no reportaron capturados por estos hechos.
Símbolos a la calle
La marcha también contó con bastante simbolismo. Banderas y escudos de la vieja República de Antioquia así como pancartas haciendo alusión al federalismo estuvieron presentes. Hasta pendones religiosos y una especie de procesión en la que llevaban una imagen de la Virgen María apareció en el recorrido.
Incluso se vieron las banderas amarillas con una serpiente cascabel del movimiento libertario que –según explicó uno de sus jóvenes portadores– defiende la vida, la propiedad privada y también el derecho al porte de armas por parte de civiles.
“Me parece muy bueno que la gente empiece a pensar. Yo no estoy de acuerdo con el comunismo porque no hay como la libertad por la que tanto hemos luchado por tantos años. ¿Cuántos muertos ha habido por defender la libertad para que ahora venga un guerrillero a posesionarse de todo esto?”, expresó doña Regina, una jubilada del magisterio de 76 años.
A medida que la marcha llegaba a su final en la Plaza de las Luces, las arengas, ya no contra el gobierno Petro, sino contra el alcalde se hicieron más fuertes. El grito de “¡Fuera Quintero!” ensordecía la calle San Juan. Allí algunos de los asistentes buscaron ingresar a la Plazoleta del centro administrativo sin embargo los organizadores lo impidieron.
En medio de la calle otro grupo de marchantes comenzó a lanzar insultos y diatribas en contra del mandatario local y sus secretarios, a los que llamaron “la banda de Los Alpujarros”, mientras cuestionaban su gestión.
“Estamos convencidos de que todas las reformas que está proponiendo el gobierno son lesivas tanto para las empresas como para nuestros empleados y obviamente para sus grupos familiares. Es el motivo por el que el sindicato Sinpro está acá”, explicó su presidenta Olga Arango, por la presencia de la organización sindical que agremia a los trabajadores y profesionales de EPM.
Cerca de la 1:40 p.m., la movilización se disolvió. De la misma forma pacífica en que llegaron, los marchantes se retiraron. Manifestantes como Diego Henao esperan que con la primera movilización en contra que el gobierno Petro enfrentó en tierras antioqueñas se cambie el rumbo de decisiones trascendentales que en últimas nos afectarán a todos, independiente de nuestro estrato.
“Yo le diría al gobierno que todavía hay tiempo de arreglar esto. Que esas reformas no se pueden hacer. ¿Cómo así que le va a dar un millón de pesos a los ‘malandros’ de la calle? No, como me enseñaron chiquito: a la juventud no se le da el pescado, se le enseña a pescar”, apuntó.