Pico y Placa Medellín

viernes

0 y 6 

0 y 6

Pico y Placa Medellín

jueves

1 y 7 

1 y 7

Pico y Placa Medellín

miercoles

5 y 9 

5 y 9

Pico y Placa Medellín

martes

2 y 8  

2 y 8

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

lunes

3 y 4  

3 y 4

language COL arrow_drop_down

Más de 100 indígenas mendigan en las calles de Medellín para sobrevivir

  • La población indígena que llega a Medellín se ubica principalmente en las comunas La Candelaria, Guayabal y Laureles.foto julio césar herrera y Manuel Saldarriaga.
    La población indígena que llega a Medellín se ubica principalmente en las comunas La Candelaria, Guayabal y Laureles. foto julio césar herrera y Manuel Saldarriaga.
22 de noviembre de 2021
bookmark

En las calles de Medellín, al sol y al agua, hay unos 100 indígenas viviendo en la mendicidad. La mayoría de ellos viene del Chocó o de Risaralda, de donde fueron expulsados por amenazas, hambre o necesidades económicas. Muchos no hablan español y, para dormir bajo techo, se arruman en inquilinatos precariamente acondicionados. Su paso por la ciudad, casi siempre, es traumático, marcado por la exclusión y la vida ruda de la calle.

Lo anterior es un diagnóstico hecho por la Personería de Medellín. Según esa entidad del Ministerio Público, la época de fin de año es la más crítica en cuanto a la llegada de población indígena a la ciudad. Además de las amenazas de grupos armados, vienen con la intención de mejorar su economía. A veces permanecen uno o dos meses en la ciudad, pero también hay casos en los que superan el año.

El problema son las condiciones en las que viven y que, por lo general, llegan con niños de brazos que tienen que aguantar largas jornadas en las calles.

Sonia Inés Peña, coordinadora del Grupo Especial de Asuntos Étnicos y Migrantes, explicó que este año se han presentado varias oleadas de población indígena hacia Medellín. Por ejemplo, en septiembre llegó un grupo importante de emberas katío proveniente de El Carmen de Atrato, Chocó.

Llegaron a la ciudad por amenazas en su contra. Pero, gracias a una coordinación institucional, 177 de ellos se acogieron a un regreso voluntario hacia sus territorios. Sin embargo, algunos decidieron quedarse.

“El asunto más complejo es que casi siempre son mujeres las que están en la mendicidad. Ellas, para generar un efecto en las personas, salen con niños, que a su vez se enferman, están desnutridos, tienen fiebre o enfermedades respiratorias”, explicó Peña.

Según el diagnóstico de la Personería, la mendicidad en los indígenas se presenta en puntos estratégicos y ha ido mutando con el tiempo. En general, se asientan en las comunas 10 (Candelaria), Guayabal (15) y Laureles (11).

“Antes se asentaban en las estaciones del metro, pero, como allá hay más control, se han ido mudando a puntos diferentes, pero siempre en esas tres comunas”, puntualizó la funcionaria.

EL COLOMBIANO hizo un recorrido por esos sectores para conocer la dimensión de lo que pasa. El Centro es donde más población indígena en situación de mendicidad se ve. En Junín, muy cerca al Parque Bolívar, una mujer joven, tendida en la acera, esperaba la caridad de los transeúntes. Tenía en sus brazos a un bebé de no más de seis meses. La escena se repite en varias esquinas. Peña, desde la Personería, aconsejó no darles plata a estas personas. Lo más recomendable, precisó, es ofrecerles alimentos no perecederos, pañales o medicinas.

“No todos son mendigos”

La Gerencia Étnica de la Alcaldía de Medellín, junto con la Personería, es la entidad encargada de coordinar y ayudar a la población indígena que llega.

En Medellín, según el censo de la Gerencia, hay 6.118 indígenas asentados. Estos hacen parte de los cabildos Chicariguá, Nutabe, Inga, Embera, entre otros. Los que llegan del Chocó o Risaralda, como los mencionados antes, no están dentro del censo, pues su paso es solo momentáneo.

Farlin Perea, la gerente étnica, precisó que no todos los indígenas que llegan de paso ejercen la mendicidad. “Es un estigma decir que todos llegan a pedir plata. Muchos de ellos traen sus artesanías para venderlas en la ciudad. También bailan, algo que es normal en su cultura. Eso no puede entenderse como mendicidad. Por ejemplo, en los semáforos hay población venezolana que baila para conseguir un sustento. Lo mismo hacen muchos indígenas”, comentó la funcionaria.

Es el caso de Baniama Queragama, una embera de Pueblo Rico, Risaralda, que llegó a Medellín hace unos días con dos nietos. Nació en 1955 y apenas habla español. Sin embargo, tuvo que venir a la ciudad para conseguir algunos pesos.

En La Playa con Junín vende collares, aretes y artesanías hechas con sus propias manos. Pese a que no está en mendicidad, su situación no es fácil. La comunicación se le dificulta y uno de sus nietos tiene fiebre. “Vamos a estar un mes en Medellín. Los niños no tienen mamá, porque murió. Vinimos porque allá no había comida”, relató.

La población indígena que llega a la ciudad puede presentarse en la Personería y declararse como víctima. La Gerencia Étnica acompaña a esta población con traductores y tiene a su disposición la Móvil Indígena, un vehículo que va por las calles de la capital antioqueña, para prestar servicios médicos y asesoría jurídica a los recién llegados.

En Niquitao, además, está a su disposición William Tequia, un líder embera proveniente del Chocó que lleva tres años en la ciudad y tiene la convicción de brindar ayuda a las comunidades indígenas que recién llegan.

“Acá, en ciudad, hay mucha población indígena. Estamos dispuestos a ayudar a los que lleguen y trabajar de la mano de la Personería”, manifestó este líder.

Sobre la problemática de la indigencia, la gerente étnica hizo un llamado desde su dependencia para acoger a la población indígena: “No los podemos estigmatizar. Están pasando momentos muy duros. Llamamos a la gente a que los mire desde la empatía”.

El empleo que buscas
está a un clic

Nuestros portales

Club intelecto

Club intelecto
Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD