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Mientras a muchos los deja el bus o son estrujados en el Metro, otros viajan con el viento en la cara y ejercitando las piernas en bicicleta. Esta semana la Twittercrónica hizo un recorrido a pedal en el sistema de bicicletas públicas del Área Metropolitana, aunque 8 de las 50 estaciones que componen Encicla no están funcionando, debido a los inconvenientes que ha generado el cambio de operador.
Este servicio tiene 35 mil usuarios, que en promedio hacen un préstamo de bicicleta cada 5 segundos y han logrado sumar más 6 millones 500 mil kilómetros en sus recorridos desde 2012, año en que se inauguró el sistema.
Nuestro recorrido comienza en la estación automática de Ruta N, compuesta por un panel electrónico que libera las bicicletas luego de pasar la tarjeta por el lector y digitar una clave de 4 dígitos.
Las tarjetas de Encicla también pueden funcionar con la Cívica del Metro y se hace diligenciando un formulario en la página web encicla.gov y activarla en la estación Belén. Una vez seleccionada su bicicleta, puede retirarla del capturador y comenzar su trayecto. La campana, la canasta para el morral, los guardabarros y el marco que permite el fácil acceso, son algunas de las ventajas que tienen la “ciclas” azules que ruedan por las comunas 4, 7, 10, 11, 14,15 y 16 de la ciudad.
Sebastián Franco, usuario de Encicla, dice que utiliza el sistema desde que se lanzó: “Yo me muevo para todos lados en Encicla y no he tenido problema. Lo único que no me gusta es pasar por el sector de Los Puentes, cerca de SIU de la Universidad de Antioquia, porque los talleres de motos parquean sobre la ciclorruta y no se puede pasar”, comenta Sebastián, quien nos acompaña en el recorrido en una de las 1.500 bicicletas de Encicla.
La percepción de Sebastián es compartida por Daniel Suárez (@Danielsuarezvoz): “La zona de Carabobo hasta el Museo de Antioquia es complejo, invasión total”.
Algunas pedaleadas después, bajo el puente de Punto Cero, se encuentra otra estación, pero está actualmente fuera de funcionamiento. En este tramo del recorrido se termina la ciclorruta y es necesario transitar por la Autopista hasta la estación Universidad Nacional, en donde un anfitrión recibe la bicicleta, y la cambia por otra.
El cambio puede hacerse en cualquiera de las estaciones, siempre y cuando no supere una hora de préstamo, en este caso el usuario tendría una sanción de 5 días de inactividad. La falta de interconexión entre las ciclorrutas, que muchas veces genera retrasos y sanciones, es señalada por @mauromesa en el recorrido, quien además denuncia “Un peligroso desagüe en la estación Suramericana del Metro, en la calle frente a Corantioquia por toda la 65, no hay ni andén”.
Luego de rodar por las estaciones Otrabanda en Carlos E, La 65 en Suramericana y Pies Descalzos 1 y 2, llegamos al Parque de las luces, en dónde Jhon Jairo Cortés es abordado por dos transeúntes curiosas que no conocían el funcionamiento del sistema: “Señor, ¿uno cuánto paga por montar en esas bicicletas?”, a lo que Cortés responde aclarando el carácter gratuito de Encicla y agrega, “yo me monto mucho porque no está uno preocupado porque le vayan a robar la bicicleta cuando venga al centro”, les explica mostrando cómo se sacan las bicicletas.
Para muchos usuarios el sistema podría mejorar. Así lo señala Camilo Vásquez en la última parada de la Twittercrónica, la estación Plaza de la Libertad: “Me gusta mucho la cicla, es muy cómoda, lo único que pido es que expandan las rutas, por ejemplo hasta la Placita de Flores y lugares que no son tan empinados, sería muy bueno poder cruzar el centro en cicla”.
La Twittercrónica inserta nuevamente la bicicleta en el capturador para que sea registrada, esperando que las futuras 530 estaciones de bicicletas en el Aburrá, y los 400 kilómetros de ciclorrutas que están planeadas en el POT, se hagan realidad.