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Nadie le cobra el pasaje en el bus de la confianza
En la ruta del Circular Sur se está aplicando un ejercicio de cultura ciudadana. Hasta ahora, los 400 usuarios han pagado.
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La tarifa del Circular es $2.200 pero la Alcaldía lo redujo a $2.000 para simplificar a los usuarios la devolución adecuada del dinero. FOTOS Manuel Saldarriaga -
09 de abril de 2019
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“Esto está vacío porque ahora es la gente la que paga el pasaje y se devuelve”, expresó mirando la caja donde suele guardar el dinero Edward Cano, operario de la ruta Circular Sur 303 que recorre todos los días San Juan, la Oriental, Las Vegas y la 80.
Desde el pasado jueves, Cano se convirtió en el conductor del Bus de la Confianza, un experimento social de la Alcaldía de Medellín en el que se quiere evidenciar qué pasa cuando un medio de transporte se mueve sin que nadie revise el pago de los pasajes.
“¡Qué maravilla!”, comentó Ana Ortega, una usuaria de la ruta luego de recibir los buenas días y la explicación por parte de Cano del vehículo-laboratorio sobre la conducta social en Medellín. “Es un voto de confianza que la ciudad nos da a nosotros, me parece excelente porque los buenos somos más y debemos confiar en los demás”, afirmó Ortega.
En menos de una semana por el bus han pasado más de 400 pasajeros que suben y bajan de la ruta del Circular que recorre 21 kilómetros por las calles de la ciudad.
Para ello la Alcaldía de Medellín contrató el automotor con una empresa de transporte y se hizo responsable de los pagos que pudieran faltar con el fin de hacer una apuesta por “reconocer, visibilizar, inspirar y contagiar comportamientos positivos asociados a la cultura ciudadana”, puntualizó Santiago Silva, subsecretario de Ciudadanía Cultural.
¿Y el resultado?
Según Silva, el nivel de pago del bus está por encima de cualquier expectativa: 102%. Es decir, la gente se devuelve menos o paga más de lo que debería, por lo que el costo de pérdidas es nulo.
Esa cifra quiere decir que hay un capital social fuerte, comentó María Rocío Arango docente de la Universidad Eafit, argumentando que cuando el mensaje es positivo las personas responden positivamente. “Esto nos permite hacer campañas de comportamiento comunitario y cívico más centradas en nuestras capacidades comunitarias y sociales”, añadió.
La docente añadió que aunque normalmente se reconozca la función regulatoria o sancionadora del Estado, “es cierto que le compete hacer que las personas regulen por sí mismas los comportamientos y se den cuenta de que son sujetos sociales que pueden tenerse confianza unos a otros”, agregó.
Mientras el bus rodaba por Las Vegas, los pasajeros presenciaron cómo un motociclista discutía fuertemente con otro por una imprudencia en la vía. “¡Tolerancia por favor!” gritaban desde los autos algunas personas. Hecho que, para algunos, es muestra de que fomentar este tipo de valores a veces es difícil.
“No es fácil en una ciudad como Medellín en la que afuera estamos catalogados como lo peor, pero es bonito ver que depositen la confianza en uno”, indicó Cecilia Garzón, una pasajera que no dejaba de sorprenderse por el comportamiento positivo de los demás.
El bus estaba planeado para rodar solo una semana, pero con el éxito que ha tenido entre los usuarios, la Alcaldía planea extender el tiempo para que lleve la confianza más días por las calles de Medellín.
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