Se armó polémica en Twitter sobre las humanidades de Eafit, ¿qué pasó?

Tras las declaraciones de un economista sobre las llamadas ciencias humanas se generó todo un debate en Twitter.

La polémica en Twitter volvió a traer la reflexión sobre la importancia de las Humanidades.

El economista Luis Guillermo Vélez comentó en su cuenta de Twitter que la Escuela de Humanidades le había hecho gran daño a la Universidad Eafit y a la sociedad. “Los rellenos solo han servido para llenar la cabeza de las generaciones de egresados de sentimientos anticapitalistas y antiliberales. Inaceptable en una institución fundada por empresarios capitalistas”.

Tras su publicación fueron llegando comentarios desde diversos sectores cuestionando su afirmación: docentes de la universidad, graduados y especialistas en humanidades.

“Imagínense uno llegar a escribir semejante trino tan desacertado y tan antiliberal”, dijo uno de los tuiteros. El concejal de Medellín Daniel Duque, del partido Verde, comentó que hace una semana un demagogo quinterista estaba atacando a la U, y esta vez lo hacía un fundamentalista de ultraderecha. “Algo bien está haciendo mi alma máter. Me siento orgulloso de ser egresado de pregrado y maestría, y de ser hoy profe del relleno democracia y ciudanía”, sostuvo Duque.

La discusión llegó a un punto tal que la palabra Eafit estuvo en tendencia en la red social por un tiempo considerable y hasta Adolfo Eslava Gómez, decano de Artes y Humanidades de la Universidad, comentó lo que pensaba sobre la apreciación de Vélez: “Nuestra Escuela de Artes y Humanidades le ha hecho mucho bien a @EAFIT y a la sociedad. Inaceptable que un académico lo desconozca. Lo invito a un café y le cuento qué es en realidad nuestro proyecto humanista; también le sugiero leer nuestro libro reciente al respecto”.

Por el momento el trino cuenta con más de 1.800 me gustas, 300 comentarios y ha sido compartido 968 veces en la red social.

El debate sobre la importancia de las humanidades se abre cada tanto. En julio se dio porque un estudiante que sacó el puntaje casi perfecto en un examen que se hace en España para entrar a la universidad contó que quería estudiar Filología Clásica. Gabriel Plazas, como es su nombre, se volvió tendencia, con personas diciéndole que esa carrera no le servía para nada. Lo cuestionaron en redes casi por 48 horas.

En ese momento hasta la escritora Irene Vallejo, autora de El Infinito en un junco escribió sobre el tema: “Fuera de las redes sucede lo mismo. Cuando un estudiante, sobre todo con expediente brillante, dice que desea estudiar letras, sufre presión y críticas, se le acusa de falta de ambición y se le augura la precariedad laboral. El de Gabriel no es un caso aislado ni excepcional”. Para la escritora es un dilema cotidiano, y es problemático porque a esa edad, escribe ella, no todo el mundo es fuerte ni carismático. Además, las carreras en letras sí deberían reclamar respeto.

Las humanidades sí son fundamentales, y en el mundo educativo y laboral sí que más. Tres de sus funciones, las explicó la doctora en Humanidades Sonia López en un artículo publicado por EL COLOMBIANO en su momento, son: uno, criticar, reflexionar para tomar decisiones y que las personas se hagan cargo de ellas. Dos, provocar la comprensión del mundo y sus transformaciones, y de esa manera incluir al otro, al que es distinto. Tres, proponer salidas y renovar el saber.

Si está interesado en ahondar en el tema de por qué las humanidades sí son importantes, lea el artículo Papá, mamá, quiero estudiar filología clásica, ¿y qué?