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Por estas razones se iría la Policía del Comando de la Av. Oriental

El edificio patrimonial del Centro no puede modernizarse, lo que ha generado problemas en

la logística.

  • En el edificio patrimonial que ocupa la Policía en el Centro, no hay ni siquiera un parqueadero. En su nueva sede, la institución quedaría junto a la Secretaría de Seguridad y el 123. FOTO Jaime Pérez
    En el edificio patrimonial que ocupa la Policía en el Centro, no hay ni siquiera un parqueadero. En su nueva sede, la institución quedaría junto a la Secretaría de Seguridad y el 123. FOTO Jaime Pérez
Por estas razones se iría la Policía del Comando de la Av. Oriental
10 de noviembre de 2020
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La antigua idea de reubicar el comando de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá (Meval) revivió ante la opinión pública tras un anuncio del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quien lo declaró como “proyecto estratégico” de la administración.

El plan fue conocido el pasado 5 de noviembre, durante el acto de celebración de los 129 años de la Policía Nacional. En ese escenario fue presentado el video con el boceto del proyecto, que reubicaría el comando de la avenida Oriental con la calle 48 (barrio Bomboná), en la avenida Regional con calle 48, al costado del río Medellín (ver mapa), donde funciona actualmente la estación de bomberos Libertador.

Según la presentación de Quintero, la obra no solo incluiría el nuevo comando central, de 16.936,88 metros cuadrados, sino que a su lado estarían el Complejo de Seguridad Metropolitano, de 9.981,082 m2, con la sede de la Secretaría de Seguridad y el Sistema Integrado de Emergencias y Seguridad Metropolitano – Siesm (incluye la central de despachos de la Línea 123); y una nueva estación de bomberos, además de 2.630 m2 de espacio público.

El macroproyecto está en etapa de boceto, por eso su lanzamiento causó sorpresa en algunas dependencias oficiales, que apenas se enteraron del avance en el acto público.

En el sitio de la obra hay cuatro grandes predios, según las proyecciones iniciales: 1). El identificado como “La 300” + la Agencia Logística del Ejército, de 3.829,67 m2; 2). Bodegas de EPM, de 3.295,51 m2; 3). La sede de la Fuerza de Control Territorial y Apoyo Operativo (Fucot) de la Policía, con 2.740 m2; 4). Uno ocupado por cinco privados, con 1.421,66 m2.

A esto habría que sumarle el predio de la estación de bomberos Libertador, cuya readecuación, demolición o repotenciación la vienen discutiendo los políticos de la ciudad hace más de una década. Uno de los últimos debates se dio en abril de 2015, según el Acta 637 del Concejo. Ahí se habló sobre deficiencias en sismorresistencia e impermeabilización de la estructura, así como de invertir $429’676.465 para reubicarla en Parques del Río, lo que no resultó. Ahora, el plan es demolerla y hacer otra al lado.

Santiago Bedoya, gerente de Proyectos Estratégicos de la Alcaldía, contó que se pretende entregar la obra en 2023, pero que no hay cronograma definitivo porque faltan los estudios y permisos que debe realizar la Dirección Nacional de la Policía, un trámite que no depende del Municipio.

El valor total del proyecto estratégico es cercano a los $200.000 millones, ejecutables en varias etapas, según Bedoya, aunque la cifra exacta está por definirse. Sin embargo, ya hay estimaciones: para adquirir el predio ocupado por los cinco privados, se destinarían recursos del Fondo de Seguridad Territorial (Fonset) por $8.600 millones; los otros tres predios pertenecen a la Alcaldía y la Policía (ver el recuadro) .

Motivos para el traslado

El cambio de sede del comando de la Meval se viene pensando desde finales de los años 80, cuando el cartel de Medellín acostumbraba detonar carrobombas junto a las instalaciones policiales.

Pero el temor a un atentado no es la única circunstancia. Varios comandantes de la institución en la última década, se han quejado por falta de espacio para reunir todas las dependencias, por lo que grupos especiales como la Sijín, el Gaula, Sipol y Goes están repartidos en otros edificios.

Tampoco es posible hacerle modificaciones, pues la actual sede, que en el siglo 20 fue un colegio, es considerada patrimonio arquitectónico. El general Luis Eduardo Martínez, quien comandó la Meval entre 2009 y 2011, solía quejarse porque tampoco había lugar para parqueaderos, por lo que los vehículos oficiales y patrullas ocupaban las vías públicas de los alrededores.

El gerente Bedoya coincidió con esos motivos para el traslado, añadiendo que “estratégicamente no está bien ubicada, y en los últimos meses hemos visto cómo ha sido el blanco de algunos protestantes durante las movilizaciones ciudadanas”.

Frente a la reubicación de la Secretaría de Seguridad y el Siesm, precisó que están en un edificio que no es de la administración y su arriendo es oneroso, por lo que habría un ahorro del gasto. “La ciudad ha ido ampliando sus capacidades tecnológicas y el número de cámaras, por lo que se requiere un espacio mejor adaptado y con mayor capacidad logística”, relató.

Una de las posibles afectaciones derivadas del traslado, es que ahora los ciudadanos no tendrán un acceso tan cercano, pues al comando se puede llegar en metro (est. San Antonio), tranvía (est. San José), metroplús y las decenas de rutas de buses que transitan por la Oriental y el Palo.

Su ubicación futura está en una zona industrial, aunque Bedoya aseguró que al sector están llegando nuevos desarrollos con el metroplús, “por lo que no creo que haya mayores complicaciones de acceso”.

Una oportunidad

Sofía Posada, gestora cultural y líder del programa Cultura Centro de la U. de A., estimó que el cambio de uso del edificio patrimonial “representa una gran oportunidad para nuevos desarrollos en el Centro, en especial si dialoga con proyectos educativos y culturales como el Distrito San Ignacio, que es su vecino”.

El Distrito San Ignacio es un proyecto impulsado por Comfama, Proantioquia, el Grupo Argos y la U. de A., que “busca la revitalización integral de este territorio, que es la cuna de los proyectos educativos, artísticos y culturales de la ciudad”, según la descripción que hace Comfama.

Para Posada, el edificio patrimonial que hoy ocupa la Policía merece un debate sobre qué debería funcionar allí, “ojalá que sea algo que lo integre a la zona y se lo devuelva a los ciudadanos”.

Frente al vacío de vigilancia que podría crearse en las inmediaciones, la gestora resaltó que, a pesar de la presencia policial, en sitios cercanos como San Antonio o El Huevo siempre ha habido inseguridad, y que podría intentarse “otra construcción de la seguridad, que no solo dependa de la Policía, sino también de los ciudadanos desde el habitar, como una propuesta pedagógica en la cual la gente se apropie de ese espacio”.

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