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¿Por qué están haciendo batidas a los rappitenderos en Medellín?

Las plataformas han detectado que falsos domiciliarios utilizan cuentas e identidades de otras personas para cometer delitos o quedarse con la comida y el dinero. Los que pierden son los restaurantes y usuarios.

  • A las afueras de un almacén de cadena de El Poblado se encontraban patrullas de Migración Colombia y la Policía. En el parqueadero del almacén estaban funcionarios de estas instituciones acompañados de dos empleados de Rappi. En la versión web se puede ver el video completo. FOTO Nestor eSPIINOSA
    A las afueras de un almacén de cadena de El Poblado se encontraban patrullas de Migración Colombia y la Policía. En el parqueadero del almacén estaban funcionarios de estas instituciones acompañados de dos empleados de Rappi. En la versión web se puede ver el video completo. F OTO Nestor eSPIINOSA
24 de octubre de 2022
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Hay una queja cada vez más habitual entre los usuarios de las plataformas de domicilios, sobre todo en quienes usan Rappi, que tiene más del 85 por ciento del mercado: algunos pedidos llegan trocados o incompletos y –a la hora de reclamar con el repartidor– se dan cuenta de que quien lleva el domicilio no es el mismo que se reporta en la aplicación del celular. La conclusión es obvia: o entre colegas se prestan la cuenta o hay una suplantación, lo que significa un riesgo para los usuarios.

A un usuario que vive en la comuna 12 y que prefirió no decir su nombre le pasó dos veces en una semana: “Hice un pedido de cerca de 90.000 pesos y me llegó una orden que no era la mía y por un valor muy inferior. El repartidor huyó. Días antes me había sucedido algo parecido, pero el repartidor permaneció ahí; sin embargo, me dijo que no mencionara su nombre, porque la cuenta de Rappi no era suya, era de un amigo”.

Los clientes pasan por una rabia momentánea, pero la plata se recupera después de poner la queja por las rutas que da la misma aplicación. Aunque no se obtiene la comida de vuelta, Rappi otorga lo que se conoce como créditos: el dinero se devuelve para gastar en la misma plataforma en el momento y con el producto que se quiera. Pero, ¿quién paga esa pérdida?

Sin hacer una investigación a profundidad, pues es muy difícil rastrear a los repartidores que no contestan su celular, Rappi decide que una entrega de un producto en malas condiciones, o el pedido que nunca llegó, se le debe cargar al restaurante.

Así las cosas, los restaurantes terminan asumiendo una pérdida de la que no tienen el control. Según Juan Carlos Jaramillo, quien hasta hace una semana fue el director del Tour Gastronómico de Medellín, esos “rappicréditos” están representando pérdidas que están entre el 3 y el 5 por ciento para los restaurantes, esto sin contar con todos los gastos que ya le tienen que pagar a Rappi, que tiene un imperio que es casi un monopolio.

En la ciudad, un restaurante de hamburguesas con varias sedes y que tenga buena reputación puede vender por Rappi unos 500 millones de pesos al mes, así que los créditos que le hace pagar la aplicación le pueden significar pérdidas entre los 15 y los 25 millones de pesos. Lo mismo sucede con las pizzerías, que venden unos 200 millones de pesos, y los restaurantes de pollo frito o asado que, cuando son bien reconocidos, pueden tener ventas por la aplicación que alcanzan los 700 millones de pesos. Algunos creen que por eso Frisby se convirtió en el restaurante con más ventas de 2021.

Ahora bien, ¿qué están haciendo las autoridades para solucionar un problema que podría rayar con la ilegalidad? Y es que los pedidos que no llegan o que no los entrega a la persona que aparece como responsable en la aplicación, además de ser una responsabilidad de la plataforma correspondiente (Rappi, Ifood, DidiFood, Jker), también lo es de la Policía.

Ejecutan batidas

Justo a las 5 de la tarde del pasado martes 11 de octubre en un centro comercial de Envigado comenzaba la hora pico para los domiciliarios. Jeison* –vestido de impermeable y corroborando el clima en la aplicación del Siata– esperaba sentado en el primer nivel del sótano del centro comercial. Contó que dos semanas atrás, a eso de las 6 de la tarde, llegó la Policía, Migración Colombia y Rappi al lugar, asegurando que no los iban a dejar salir.

“La Policía entró hace como dos semanas, se pusieron todos ahí”, expresó señalando la entrada. “Trancaron con migración y comenzaron a pedir papeles a todo el mundo y a cerrar o suspender cuentas de Rappi. Éramos unas 30 personas, porque a esa hora es que hay más encargos. Ellos llegan con un computador y desde ahí nos pueden cerrar o suspender las cuentas”, agregó Jeison.

Otro compañero que lo escuchaba aseguró que esa visita estaba acompañada por el soporte técnico de Rappi “para revisar si estábamos trabajando con la cuenta personal o que no fueran cuentas duplicadas. Revisaron los teléfonos con el ID (número de identificación dentro de la aplicación). Estaban buscando algo más, pero no decían qué era ”, narró.

Otro domiciliario aseguró que “llegaron como dos camionetas de Migración a pedir documentos”.

Ese mismo operativo se repitió, con los mismos actores, el pasado 19 de octubre de 2022 en un almacén de cadena de El Poblado. En este punto hay que aclarar que los centros comerciales y los almacenes de cadena, si bien son entidades privadas, también son negocios abiertos al público, por lo que las autoridades pueden hacer requisas y pedir documentos allí, sin necesidad de la orden de un juez, pues no se trata de un allanamiento.

El COLOMBIANO estuvo en dicho operativo, durante el cual funcionarios de Migración explicaron: “Estamos haciendo es un operativo entre varias instituciones, verificamos la documentación de migración por parte de cualquier extranjero que esté trabajando con aplicaciones”.

En el lugar también estaba una mujer que dijo trabajar para Rappi (la empresa explicó que hacía parte de una firma contratista que administra la seguridad de la plataforma), aunque no tenía ningún carné o prenda que la identificara. Dijo: “Verificamos que las cuentas de Rappi que tienen los ciudadanos extranjeros hayan ingresado bien en la plataforma. ¿Por qué? Porque se han presentado suplantaciones en la misma. ¿En qué sentido? En que los rappitenderos consiguen cédulas colombianas, ingresan, y con esas cédulas hacen fraude y cometen hurto. Las cédulas colombianas son las que quedan con los problemas”.

Según explicó la mujer, no “accedían” a los celulares ni a los archivos de los mismos, solamente verificaban que los datos que tenían en su ID de Rappi (cédula, foto, número de teléfono, correo electrónico y otros filtros de seguridad) correspondieran con información real del portador. En ese momento, la Policía también verifica los antecedentes judiciales. Para muchos domiciliarios, y para los sindicatos, este tipo de procedimientos son irregulares y vulneran sus derechos.

Según la abogada Sandra Muñoz, integrante del sindicato Unión de Trabajadores de Plataformas (UNIDAPP), este tipo de operativos se vienen presentando hace unos años, “pasa durante las marchas, plantones o manifestaciones públicas, impidiendo el derecho a la protesta”. Sin embargo, no se refirió a la suplantación de cuentas ni a los problemas que tienen los clientes muy a menudo con los domiciliarios.

El representante del sindicato en Medellín, Luis Rangel, contó que la suspensión de las cuentas se da por diferentes motivos, pero que “la empresa nunca es clara, pues a más de un rappitendero le llega la notificación de que su cuenta ha sido bloqueada por infringir los términos y condiciones, sin saber cuáles específicamente”.

Rangel dijo que las cuentas pueden quedar inhabilitadas hasta por 6 meses, siendo sus dueños muchas veces ciudadanos venezolanos. Población migrante que, al no contar con mayor entrada económica o auxilio, optan por buscar algún familiar o amigo que dé sus datos para la continuidad de su trabajo.

Al parecer esto ocurre, según Rangel, porque Rappi no es claro con sus empleadores y colaboradores con los mecanismos y procesos para la recuperación de su cuenta. Igualmente, les queda la figura del derecho de petición, la única que ha servido para restablecer las cuentas.

Según Migración Colombia, la institución acompañará los procedimientos para garantizar el cumplimiento y protección de los derechos de los migrantes, sin importar su nacionalidad o procedencia.

Rappi le contestó a EL COLOMBIANO sobre estos operativos y señaló que la empresa no los planea, ni los solicita a las autoridades.

“Siempre colaboramos con las denuncias que nos llegan y son transmitidas a la autoridad competente. Somos conscientes de que estas acciones que realiza la Policía Nacional, en acompañamiento coordinado con otras entidades como Migración Colombia, se hacen para proteger a la ciudadanía en general y con el fin de evitar que personas inescrupulosas se disfracen de domiciliarios para cometer delitos”, expresó la empresa en su pronunciamiento.

No cabe duda de que las aplicaciones de domicilios han cambiado los hábitos de consumo de los ciudadanos, pues ahora es mucho más fácil comer del restaurante favorito en la comodidad de la casa; sin embargo, en los últimos meses los usuarios presentan más quejas.

Adriana*, por ejemplo, asegura que hace un par de semanas usó el servicio de Rappifavor, pero nunca fue atendida. Pese a que pagó, tuvo la misma experiencia el mismo día y, aunque le devolvieron sus “créditos”, desde soporte le informaron que era imposible cobrar ese dinero a los domiciliarios.

Parece que las autoridades, ni el mismo Rappi, saben cómo controlar el fraude dentro de la aplicación

*Nombre cambiado para reservar la identidad de la fuente.

$3
millones, según el sindicato, puede ganar mensualmente un rappitendero.

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