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Después de 20 años, científicos de la U. de A. redescubrieron especie de murciélago única en Antioquia

Habita en una zona del oriente del departamento y su conservación es crucial ya que es una de las ocho especies de murciélagos endémicas de Colombia. Su protección impulsa el primer Banco de Hábitat para murciélagos en Latinoamérica.

  • El murciélago de sacos alares antioqueño se alimenta de insectos y tiene un pelaje denso y lanoso color pardo oscuro. A diferencia de otras especies de su género, carece de dos líneas claras en el lomo. FOTO La Ruta de las Alas.
    El murciélago de sacos alares antioqueño se alimenta de insectos y tiene un pelaje denso y lanoso color pardo oscuro. A diferencia de otras especies de su género, carece de dos líneas claras en el lomo. FOTO La Ruta de las Alas.
09 de noviembre de 2025
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Investigadores del Grupo de Mastozoología de la Universidad de Antioquia (U. de A.) han logrado confirmar el redescubrimiento del murciélago de sacos alares antioqueño (Saccopteryx antioquensis), una especie endémica de la región que se creyó desaparecida durante casi dos décadas.

Este hito científico no solo reafirma la riqueza biológica de Antioquia, sino que también subraya la urgencia de proteger los ecosistemas cársticos del oriente del departamento, una zona vital pero amenazada.

El Saccopteryx antioquensis fue registrado por primera vez en 1996 en los municipios de Sonsón y San Luis, en el oriente de Antioquia. Sin embargo, la especie permaneció ausente de registros durante casi veinte años. El redescubrimiento inicial ocurrió en diciembre de 2020, cuando investigadores de la U. de A. lograron capturar un ejemplar y obtener sus registros acústicos. Este hallazgo fue debidamente documentado, destacando que el individuo capturado carecía de las dos líneas blancas onduladas en la espalda que caracterizan a otras especies del género Saccopteryx.

Posteriormente, en 2025, y en el marco del proyecto “La ruta de las alas“, se obtuvo evidencia tanto visual como acústica de su presencia en el municipio de Maceo.

Esta confirmación definitiva verificó que el murciélago, de pelaje denso y lanoso color pardo oscuro, sigue habitando los cielos del corredor cárstico. Para lograr la identificación, los científicos combinaron las redes de niebla tradicionales con un innovador sistema de registros bioacústicos, que permite grabar y analizar los pulsos de alta frecuencia (ultrasonido) que el oído humano no puede percibir, lo cual es vital para identificar a las especies por sus sonidos de ecolocalización.

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“La bioacústica nos permite grabar esos pulsos de alta frecuencia que nosotros no podemos escuchar y a partir de estos sonidos, de cómo se ven, nosotros podemos identificar las especies”, explica Leidy Laura López, una de las investigadoras del proyecto.

El Corredor cárstico es una franja de tierra rica en formaciones rocosas y cuevas en la zona oriental de Antioquia que sirve como santuario para la biodiversidad, especialmente para los murciélagos, incluyendo especies en peligro de extinción.

El redescubrimiento de esta especie es crucial porque proporciona valiosa información y refuerza hipótesis previas sobre el murciélago. Además, su conservación representa la protección de un patrimonio natural único, ya que es una de las ocho especies de murciélagos endémicas de Colombia.

A nivel ecológico, su supervivencia tiene implicaciones directas para la salud pública y ambiental. El Saccopteryx antioquensis es un pequeño murciélago insectívoro, y los murciélagos en general son criaturas esenciales para el equilibrio de los ecosistemas. Si la cantidad de murciélagos insectívoros disminuye, podría aumentar la cantidad de mosquitos en una zona, lo que potencialmente trae consigo problemas de salud pública, como fiebres tropicales.

Un hábitat en riesgo

Actualmente, el murciélago de sacos alares antioqueño está catalogado como una especie En Peligro (EN) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Esta situación es crítica y exige medidas urgentes.

El área de distribución de la especie se limita a un bosque húmedo de tierras bajas asociado a la región cárstica de la zona oriental antioqueña. Esta zona abarca 133.000 hectáreas e incluye municipios como Yolombó, Maceo, Puerto Berrío, Caracolí, San Carlos, Puerto Nare, San Luis, Puerto Triunfo, San Francisco y Sonsón.

Este paisaje, ubicado en la vertiente oriental de la cordillera Central de Colombia resguarda hábitats de más de 40 especies. Sus formaciones geológicas, incluyendo al menos 66 cuevas, dolinas, grutas y abrigos rocosos, son sitios de descanso vitales para muchas especies de murciélagos.

Sin embargo, el hábitat está bajo una presión considerable. Se sabe que los registros de esta especie provienen de una zona sujeta a una fuerte explotación minera, principalmente de caliza, utilizada para cemento y vajillas. Las amenazas son graves y continuas: la explotación a gran escala de calizas y mármoles, la fragmentación de hábitat, la ganadería extensiva y el turismo no controlado. Se han identificado al menos 95 títulos mineros para la extracción en todo el corredor.

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La ruta de las alas

Ante la situación crítica de la especie y la amenaza de su hábitat, la estrategia “La ruta de las alas” emerge como una posible solución. Esta iniciativa, liderada por los científicos de la Universidad de Antioquia Leidy Laura López Sepúlveda y Jefferson Sánchez Castrillón, tiene como objetivo principal asegurar la conservación de estos hábitats por un tiempo mínimo de 30 años.

El corazón del proyecto es el Refugio IKA, ubicado en Maceo, el cual se está diseñando como el primer banco de hábitat dedicado exclusivamente a murciélagos en América Latina. Precisamente allí fue donde encontraron a los nuevos individuos.

El concepto de Banco de Hábitat es un mecanismo que permite a las empresas privadas compensar sus impactos ambientales o cumplir con obligaciones legales mediante la adquisición de créditos en áreas estratégicas de conservación. Estos créditos (cada uno representando una hectárea en conservación) generan beneficios monetarios que aseguran la preservación, la mejora del ecosistema, y la sostenibilidad a largo plazo.

El proyecto “La ruta de las alas,“ financiado y apoyado estratégicamente por Bat Conservation International, se ha convertido en un referente regional en conservación basado en la ciencia. Su éxito no solo garantizará la supervivencia del Saccopteryx antioquensis y otras especies que comparten su hogar, sino que también allanará el camino para establecer otros Bancos de Hábitat en la región para proteger la diversidad y las especies en peligro de extinción.

Colombia alberga unas 217 especies de murciélagos murciélagos, ocho de ellas endémicas. Esta riqueza representa cerca del 15% de las especies conocidas en el mundo, lo que posiciona al país como el más diverso de América y el segundo a nivel global.

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