Dos tragedias golpearon a los habitantes del municipio de Copacabana, en el norte del Valle de Aburrá, donde en 24 horas se registraron tres asesinatos al parecer relacionados con violencia intrafamiliar.
El primer caso ocurrió a las 11:30 de la mañana de este jueves 9 de diciembre, en la calle 47A con la carrera 48 del barrio Miraflores.
A esa hora fueron encontrados los cadáveres de María Angélica Ramírez Lora, de 30 años y administradora de un almacén de ropa; y de su hijo Jerónimo López Ramírez, de 14 y estudiante de bachillerato.
Según el informe preliminar de la Policía, las dos víctimas tenían “múltiples laceraciones abiertas y de grandes dimensiones en la cabeza y fracturas de cráneo”, al parecer producidas con un martillo.
Los familiares le explicaron a los investigadores que la última vez que hablaron con la mujer fue a las 9:00 de la noche del día anterior al hallazgo. Sobre las posibles causas del doble homicidio, indicaron que el compañero sentimental de María Angélica y padre del menor de edad, la maltrataba constantemente.
Luego de una relación afectiva de 15 años, según esta versión inicial, el sospechoso al parecer la había amenazado de muerte si ella terminaba la relación. Este hombre, de 53 años y dedicado a oficios varios, fue visto por los vecinos a las 8:00 a.m. del jueves, saliendo de la casa en la cual fueron encontrados los cadáveres de su familia tres horas y media más tarde. Actualmente es buscado por la Policía.
El siguiente crimen sucedió en la madrugada de este viernes 10 de diciembre, en una casa de la calle 49A con la carrera 58, en el barrio Asunción parte baja, también en el casco urbano de Copacabana.
Una llamada a la línea de emergencia alertó a la Policía sobre un ataque perpetrado en ese lugar. Al llegar los uniformados, a las 00:20 de la madrugada, encontraron sin vida a Yurany Atehortúa Luján, de 21 años. El informe inicial señaló que murió por 64 heridas de arma blanca en diferentes partes del cuerpo.
Con indicaciones de la comunidad, los uniformados capturaron a un sospechoso de 22 años, a unas seis cuadras de distancia.