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El balance del general Gómez Heredia en la Policía Metropolitana

El comandante de la Policía Metropolitana dijo que se demostró que el crimen no es intocable.

  • Gómez dice que hay alta efectividad cuando se denuncia la extorsión. FOTO edwin bustamante
    Gómez dice que hay alta efectividad cuando se denuncia la extorsión. FOTO edwin bustamante
“Trazamos el camino de ir por los cabecillas”: Gómez
16 de enero de 2019
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El próximo viernes llegará a su fin un ciclo de mando en la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.

Después de 25 meses, el general Óscar Gómez Heredia será relevado por su homólogo Eliécer Camacho y tomará las riendas de la Regional 6, que incluye los departamentos de Antioquia, Chocó y Córdoba.

Al cierre de su gestión, el oficial Gómez hizo un balance para EL COLOMBIANO y reconoció que aunque celebra la captura de 17 cabecillas de las grandes bandas criminales, se va sin lograr que Medellín baje la cifra de homicidios a niveles históricos.

¿Cuáles son sus principales logros como comandante de la Policía Metropolitana?

“Con la voluntad que hay en la ciudad de enfrentar a las estructuras criminales, nos trazamos una meta de capturar a los principales cabecillas de las organizaciones alineadas al narcotráfico (Odines).

Encontramos que había algunos de ellos que se consideraban intocables, porque este no es un fenómeno nuevo, sino una cultura de la ilegalidad de décadas.

Fue así como iniciamos un trabajo articulado y quedó demostrado que desde el nivel local sí podíamos llegar a estos criminales.

El principal mito que derribamos fue el de ‘Tom’ porque este sujeto era prácticamente un símbolo del crimen. Considero que esa fue la principal captura.

Luego cayó su relevo, alias ‘Pichi’, quien escasamente duró seis meses en esa estructura como cabecilla. Antes de eso capturamos a ‘Camilo el grande’ que era el cabecilla de (la Odín) ‘Robledo’, alias ‘Soto’ que era de ‘Picacho’, ‘Abelito’ de ‘la Sierra’, ‘Queso’ de ‘Caicedo’ y ‘Elkin Triana’ de ‘los Triana’, que también era un símbolo del terror y al que, inclusive, algunos lo llamaban ‘el alcalde del oriente de la ciudad’. ¡Mire hasta dónde llegaron estas estructuras!

Hoy tenemos 124 cabecillas capturados y más de 2.700 integrantes de estas estructuras a buen recaudo de la justicia.

Vienen otros como alias ‘Clemente’, los hermanos Osorio, ‘Barbosa’, que son algunos de los que identificamos que manejan rentas criminales, dinero, y tendrán que ir a buen recaudo de la justicia”.

¿Cómo era el panorama criminal cuando llegó y cómo lo deja?

“Hay una frase que le escuché a alguien sabio, representativo del medio educativo: ‘Es que la gente pensó que la violencia de Medellín se había ido y estaba regresando, pero la gente desconoce la historia de la ciudad porque la violencia nunca se fue. Las bandas siempre han estado ahí’.

Ahora que hay una voluntad del Estado para enfrentar las bandas con toda contundencia, pasa lo que dice el alcalde Federico: ‘cuando uno mueve el palo se caen las naranjas’ y aquí movimos el palo y empezaron a aparecer (los delincuentes). No es que se hubieran ido los bandidos, es que estaban camuflados y cuando los visibilizamos hay una reacción de ellos, un reacomodo. Cada vez que se capturan buscan reorganizarse y ahí vienen las luchas de poder para quedar de cabecilla o con algún mando.

Ojalá hubiéramos podido erradicar la violencia de Medellín, pero tampoco es que se haya incrementado porque, como muestran las cifras, la ciudad lleva tres años por fuera de las 50 más violentas del mundo.

Considero que estamos haciendo lo correcto: los mostramos, trazamos el camino de ir por los cabecillas, lo logramos y capturamos también a los coordinadores, y toda la base”.

¿Cómo está la Metropolitana del Valle de Aburrá frente a otros comandos de Policía en materia de seguridad?

“Medellín es una ciudad atípica, totalmente diferente a las demás y no tenemos otra ciudad con la que nos podamos medir en materia de criminalidad. Nos medimos frente a delitos: homicidios, hurtos...

Pero hay una diferencia porque el 43 % del crimen organizado que existe en el país está aquí. Eso es un porcentaje muy alto.

En homicidio, cuando medimos las cifras, vemos un incremento del 7 %; es una realidad y no la vamos a ocultar. Pero vea: en 2018, a mitad de año teníamos, un incremento de más del 30 % de homicidios por 15 confrontaciones armadas. El primer semestre de 2018 fue muy violento en nuestra ciudad.

Y gracias a las investigaciones, procedimientos y estrategias, el homicidio empezó a caer y pasamos de tener un incremento de más del 40 % a solo 7 %, que no es justificable. Falta mucho y ojalá en 2019 se puedan consolidar esas cifras”.

¿Cómo ve la dinámica criminal en hurtos? ¿Quiénes y cómo roban?

“El mayor porcentaje de denuncias de hurto corresponde al robo de celulares: más del 60 %. Ahí hay varios factores a analizar porque hay muchas personas que denuncian el robo del celular para cobrar el seguro del teléfono y lo hemos evidenciado con soportes; y a otros les roban en otras ciudades y vienen y lo denuncian acá.

Otro factor de atención es el Centro de la ciudad por el volumen de personas que se movilizan en parques y otros sectores. El año pasado capturamos a la estructura de ‘los Cocuelos’ que fueron más de 40 personas traídas de Urabá.

También capturamos a ‘los Intocables’ que también se dedicaban al hurto en el Centro, especialmente en la avenida Oriental, diagonal al parque de San Antonio.

Se hizo otra operación contra los hurtos en el metro. Se ha hecho un trabajo importante contra este flagelo”.

¿Cómo está la ciudad en materia de drogas?

“Nosotros hicimos un conteo de cuántos expendios de estupefacientes podían haber. No es exacto, pero sí nos da un aproximado de lo que se logra evidenciar. Nos dimos cuenta de que los delincuentes, debido a la efectividad en identificar los expendios, ya no usan casas o sitios fijos para la venta de drogas sino que usan expendedores móviles: la llevan a domicilio, o van por la calle. Estamos haciendo un trabajo con Fiscalía para erradicarlos.

Según el conteo, en el Valle de Aburrá tenemos 371 expendios, de los cuales 86 son fijos (23 %) y 285 son móviles (77 %). En Medellín tenemos 247 sitios de venta, de los cuales 53 son fijos (19 %) y 194 móviles (81 %).

El año pasado logramos el derribamiento, en Medellín, de 12 inmuebles, el proceso de extinción de dominio a 71 e impactamos 81 de esos expendios”.

¿Por qué no se ha frenado la extorsión?

“Es un fenómeno que en Medellín se tiene que trabajar muchísimo y, para lograr erradicarlo, se requiere denuncia.

El 97 % de las denuncias que recibe el Gaula por extorsión se esclarece. Eso quiere decir que hay una alta efectividad cuando hay un doliente. Pero en la ciudad nos encontramos con que la extorsión se volvió paisaje: las personas se acostumbraron a pagar y ya tienen un presupuesto destinado para eso. Es una acción común.

Nos falta mucho por hacer para que la gente se acerque a las instituciones. La extorsión se podría acabar si las personas tomaran la decisión de denunciar a estos delincuentes”.

¿Y si eso no pasa?

“Igual los combatimos. ¿Cómo? Mediante la flagrancia”.

¿Qué tan importante ha sido el helicóptero?

“Es una de las herramientas más importantes con las que cuenta la Policía. Yo todavía no entiendo por qué hubo polémica cuando se anunció, porque las principales ciudades del mundo tienen ese servicio y en Colombia no solo Medellín lo tiene, también Cali, Bogotá y Barranquilla.

Pienso que no se transmitió bien la compra de la herramienta: la Policía fue la que lo entregó, pero la gente consideró que era la alcaldía la que lo había comprado. Ellos hicieron inversiones para dotarlo con aparatos que mejoran la operatividad como cámaras, megáfonos, sensores de calor.

Es una herramienta fundamental pero no le podría decir cuántos delincuentes han capturado los pilotos porque es una herramienta articulada con patrullas en tierra.

En seguridad ciudadana, el helicóptero ha participado en 377 capturas, especialmente en hurtos; en la recuperación de 18 vehículos, se han hecho 3.852 patrullajes”.

¿En 25 meses logró extinguir alguna banda?

“Sí. En Castilla el año pasado hubo enfrentamientos de estructuras que antes eran una sola: ‘la 260’, ‘el Diamante’ y ‘la Imperial’. Capturamos a sus cabecillas e integrantes y hoy sus cabecillas, desde la cárcel, han intentado, pero no han logrado reacomodarse” .

10.300
hombres tiene la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
Infográfico

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