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Nueve personas fueron sorprendidas con las manos en la masa, mientras trabajaban en un laboratorio para el procesamiento de cocaína localizado en un paraje rural de Sopetrán, en el Occidente antioqueño.
Fuentes cercanas al caso le contaron a EL COLOMBIANO que este viernes 15 de enero ingresó una llamada a la línea 167 Antidrogas, en la que un ciudadano advirtió a la Policía sobre movimientos sospechosos en la vereda San José.
La Dirección Antinarcóticos envió un grupo de Comandos Jungla, en una operación de reconocimiento y asalto terrestre denominada Despertar I. Los uniformados se camuflaron entre la maleza, y avanzaron por el monte sin ser detectados, hasta llegar a un complejo rústico escondido en un bosque.
La construcción en madera no solo tenía espacios para el laboratorio, sino también una cocina, camarotes, tanques de almacenamiento de líquidos y senderos de tabla. Pero lo que más llamó la atención de los comandos, fue una caleta bajo tierra, con un acceso de entrada al estilo de un socavón, en el que los encargados del complejo guardaban los insumos químicos.
Los policías incursionaron de sorpresa, capturando a las nueve personas, entre las cuales había una mujer. En el procedimiento no hubo resistencia armada.
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Investigadores de la Dirección Antinarcóticos registraron el lugar, encontrando 55 kilos de clorhidrato de cocaína sólida, 385 galones de cocaína líquida (que equivalen a 364 kilos) y 148 galones de base de coca líquida (equivalentes a 80 kilos). Además de esto, incautaron 1.5 toneladas de insumos sólidos y 4.6 kilos de químicos en estado líquido, incluyendo los elementos técnicos, como hornos microondas, tanques de destilación y mangueras, que arrojaban desperdicios contaminantes a la naturaleza.
Según Antinarcóticos, el laboratorio y la droga pertenecían al frente Edwin Román u Occidente, del cartel narcotraficante clan del Golfo. Se presume que la mercancía procesada en el sitio iba a ser exportada.
Esta subestructura del clan delinque en la subregión del Occidente antioqueño y en el municipio de Ituango, y además del tráfico de drogas se dedica a las extorsiones, sicariato, amenazas y desplazamiento forzado.
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