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Basta con arañar las paredes del edificio para quitarles un pedazo de concreto. Esa ha sido la constante de los empleados en los tres meses de labores para el desmonte del edificio Babilonia, ubicado en la carrera 41 # 39-33 de Itagüí, cerca del almacén Éxito y el cementerio municipal, que hoy lucen desiertos.
De acuerdo con el ingeniero Luis Norberto Suaza, gerente de la empresa encargada de desarmar el edificio (Jola S.A.S.) y quien dirige esa labor, cada día se encuentran con las “irresponsabilidades” del constructor, como las califica.
“Desde el piso 13 hasta el piso 6, que es donde tenemos toda la evidencia, hemos encontrado que no se usó tratamiento de juntas, y lo que es más grave, que en algunos puntos suplementaron el concreto con pedazos de adobe”, expuso el ingeniero Suaza.
A la fecha, el desmonte se adentra en los pisos 6 y 5 de la estructura fallada, con el objetivo de disminuir de medio a bajo el nivel de riesgo para la comunidad vecina ante un posible colapso. EL COLOMBIANO visitó el inmueble y esto fue lo que halló en Babilonia.
En el segundo nivel de la torre comercial del edificio se inicia el recorrido. Suaza llama la atención sobre el uso de cantidades de concreto menores a las necesarias y de la mala aplicación en el llenado de las estructuras que sostenían los techos, evidente por la porosidad.
“En los pisos inferiores se presentan múltiples grietas que dan cuenta de la baja resistencia de la estructura. Aún hoy no nos explicamos cómo no se desplomó el edificio con el peso de las personas y los muebles, en el tiempo que estuvo ocupado”, dijo Suaza.
Hasta el momento, se han retirado 5.000 toneladas de materiales que correspondían a los siete niveles más altos del edificio, y aunque para la comunidad circundante el riesgo de colapso está cerca de reducirse al mínimo nivel, las labores que realizan los 40 hombres que trabajan en la obra son de un peligro alto.
“Cuando desmontemos el piso sexto en su totalidad podremos asegurar que el edificio, en caso de desplomarse, lo hará hacia su centro, por lo que no afectaría a los vecinos del sector, pero sí sería fatal para los que estamos en la obra”, concluyó el ingeniero.
Precisamente en el sexto piso está el apartamento 604, al que se accede por unas escaleras que no superan el metro y medio de ancho, y que se encuentran invadidas por restos de piedras, adobes y una oscuridad que las hace intransitables sin una linterna, incluso en el día.
La estancia del 604 hoy se ve amplia porque uno de los muros de la que fuera una sala-comedor ya fue removido. Su cocina y habitación permanecen intactos, pero uno de sus muros, al que se le retiró su capa superficial da cuenta de una práctica que empleó la constructora en el edificio.
“Lo que nosotros nos encontramos fue una construcción con unos acabados de muy buena calidad. Entonces, al ver unos pisos y paredes buenos y unos techos falsos correctamente instalados, a nadie se le ocurriría que los materiales que había debajo de ellos fueran de tan baja calidad”, explicó el ingeniero Suaza, al mismo tiempo que con sus dedos arrancaba un pedazo de muro que se deshizo en sus manos como arena.
Dudas de los exresidentes
Aunque el desmonte del edificio avanza hoy según lo previó la Alcaldía de Itagüí, para quienes habitaron Babilonia desde 2015 hasta su evacuación el 29 de julio del año pasado aún hay dudas para plantearle a la administración municipal.
Así lo expuso Ángela Ramírez, quien era propietaria de un apartamento y oficiaba como administradora de la edificación. “Desde el momento en que inició el desmonte del edificio, empezaron a sacar elementos que hacían parte de los apartamentos, y que nosotros habíamos comprado con nuestro dinero. Aún no sabemos si nos van a devolver estos elementos”, dijo.
Por su parte, la administración informó que la recuperación de elementos de apartamentos no se tuvo en cuenta en el desmonte por el alto riesgo que conllevaba.
“Nosotros recuperamos los motores del ascensor y el tanque de agua, que estaban en la parte superior, y hoy están en un lugar de almacenamiento de la administración. Como finalmente el cobro se le va a hacer al constructor, habrá que determinar si entran a hacer parte de ese pago”, dijo Óscar Muñoz, secretario Jurídico de la alcaldía, al añadir que esperan que en la primera semana de septiembre haya culminado el desmonte .