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La llamada “nueva normalidad” en la que se convive con el coronavirus desde el 1 de septiembre pasado, cuando se dio pie a lo que el presidente Iván Duque llamó “aislamiento selectivo” sigue siendo un desafío de país.
No solo por mantener las capacidades para garantizar la atención médica, sino por la adherencia ciudadana a las medidas de bioseguridad.
Así lo comprende Carlos Agudelo, epidemiólogo e infectólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana y del San Vicente Fundación, quien destaca que la prueba está en que, desde el 1 de octubre, la tendencia al alza en el número de casos es evidente. “En Medellín ya lo estamos viviendo y seguramente así se irá dando en otras ciudades”. En esta ciudad, por ejemplo, el 15 de septiembre había 55.886 casos confirmados, y el 14 de octubre ese reporte se trepó a 77.664, es decir, 21.778 positivos más en solo un mes.
Agudelo lo plantea porque algo similar sucedió con el primer pico, cuando los primeros casos se detectaron en Bogotá, pero que fueron llegando a otras ciudades, al punto de que cuando llegó a Amazonas, tuvo al borde del colapso el sistema hospitalario.
Esta fue la primera región que sintió el rigor del virus y en la que quedaron expuestas las dificultades del sistema hospitalario, como lo reportó EL COLOMBIANO el 3 de mayo, cuando reveló que el hospital no tenían camas, insumos ni personal de salud suficiente.
En este punto, es necesario recordar que, como lo han dicho los especialistas y la Organización Mundial de la Salud (OMS), nadie es inmune, ni los jóvenes, como quedó en evidencia en el especial Huellas de vida y muerte en una UCI covid, que puede leer en www.elcolombiano.com, la muerte de personas jóvenes y sin ningún tipo de enfermedad, es lo que más ha marcado al personal de salud.
Carlos Trillos, máster en epidemiología y docente de la Escuela de Medicina de la Universidad del Rosario, explica que el aumento se está dando porque hay más circulación de personas porque ya no hay restricción, y muchas personas han dejado a un lado las medidas de autocuidado.
Por ejemplo, cuando el país entró en cuarentena el 25 de marzo solo se tenían 470 casos y cuatro muertes, según el Ministerio de Salud. En ese momento, el ministro, Fernando Ruiz Gómez, dijo que la medida de restricción buscaba reducir la velocidad del virus y darle tiempo al país para mejorar su sistema hospitalario.
La meta inicial era duplicar las 5.346 camas de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), tarea que se logró el pasado 2 de octubre, al llegar a 10.693.
En ciudades como Medellín, Bogotá o Barranquilla, las clínicas y hospitales ya empezaron a suspender servicios ambulatorios, en aras de mantener el personal para atender a los pacientes covid
En Antioquia, Sura le envío un oficio a la red de prestadores e IPS, el 13 de octubre pasado, para suspender la “gestión de la demanda” de estos procedimientos.
Hoy el mundo ve que países como España, Francia a Inglaterra están cerrando, de nuevo, algunas ciudades, con el objetivo de evitar que el aumento de casos lleve a un colapso de sus sistemas de salud, como sucedió en Italia en marzo, por ejemplo.
Ante este escenario, Trillos destaca que se deben tener en cuenta las situaciones que suponen un riesgo. Por ejemplo, la reactivación económica, necesaria y sustentada por el gobierno, aumentó la movilidad social, la cual estuvo acompañada de más casos.
Para ver el reflejo de cómo se ha comportado el virus, basta con revisar la cifra de contagios y decesos de los últimos cuatro meses. El 15 de julio se reportaron 5.271 casos y en el total se contabilizaban 165.169 casos y 5.814 fallecidos; el 15 de agosto fueron 11.578 casos y 318 muertes; el mismo día, pero de septiembre, el reporte mostró que fueron 6.698 casos y 165 muertes. Finalmente, el pasado miércoles, 14 de octubre, el Ministerio reportó 6.061 casos nuevos y 165 muertes.
Al revisar los datos del Instituto Nacional de Salud (INS), el 14 de octubre pasado, se puede ver la dimensión de cómo ha ido avanzando el virus. La cifra se trepó a 930.159 contagios y 28.306 muertes.
Trillos destaca que hay que analizar factores o situaciones de riesgo. “Acabamos de pasar la semana de receso, mucha gente salió de paseo o de viaje y ese es un factor que genera riesgo”, agrega el especialista, quien destaca que hubo personas que, aunque no salieron de paseo, sí se quedaron en sus casas “haciendo eventos, fiestas, reuniones...”.
Otro factor es el 31 de octubre, pues hay un aumento en la circulación de personas. Lo mejor es hacerse a la idea de que el tapabocas acompañará los disfraces, tanto de niños como de adultos.
Al respecto, Luis Carlos Fang, especialista en epidemiología, con maestría en inmunología y docente de la Fundación Universitaria San Martín, destaca que “como sociedad tenemos que acostumbrarnos a una nueva realidad y seguir cumpliendo con las medidas de bioseguridad. No es un tema de política, porque no puedo esperar a que el gobierno, sea nacional o local, me diga que me tengo que cuidar, sabiendo que esa opción la tengo en mis manos”.
El infectólogo Carlos Álvarez, designado por la OMS para los estudios clínicos en Colombia, acude al sentido común: “Si queremos tener movilidad, tenemos que comportarnos; que nos estemos moviendo no significa que no debamos cumplir con el autocuidado”.
En cuanto a la capacidad hospitalaria, hay que decir que, con haber duplicado las camas UCI, se logró una meta trazada. Pero en Medellín hay dudas. Según la Alcaldía, hay 580 camas UCI disponibles, 220 por activar y otras 200 por aprobar por el Invima, es decir, la capital antioqueña solo tenía hasta la semana pasada 580 camas UCI disponibles de cara a una segunda ola de casos de coronavirus.