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Las infecciones diarias por coronavirus en Colombia se han mantenido más altas que nunca durante este último pico de la pandemia. El 4 de junio se situaron en un máximo sin precedentes de 30.000. El día con más casos en el primer pico durante 2020 fue el 19 de agosto, con 13.054 y en el segundo pico fue el pasado 15 de enero, cuando se registraron 21.082 infecciones.
Pero estos no son los únicos indicadores que generan preocupación en medio de la emergencia sanitaria en la que se encuentra el país.
También produce inquietud que la positividad promedio (el porcentaje de pruebas que dan un resultado positivo) en Colombia es la tercera más alta en un conteo que incluye a 128 países de la base de datos Our World in Data, de la Universidad de Oxford, pues se ubicaba en un 32,8 % hasta el pasado 15 de junio. Esto quiere decir que de cada 100 pruebas para covid-19, 32 personas resultan infectadas con el coronavirus, lo cual muestra por qué el número de casos activos llegó a ser de 168.222 (una cifra inédita registrada el pasado 13 de junio).
El ministro de Salud Fernando Ruiz dijo a través de un boletín de prensa que la alta positividad daba cuenta de que en el país “hay una circulación muy amplia del virus”.
Pero no todas las personas se someten a un test, bien sea porque no presentaron síntomas o porque no se les hizo un rastreo suficiente. “Aquí tenemos también la falta de seguimiento de las EPS a las personas enfermas y a aquellas que han tenido contacto con los contagiados”, señaló Germán Fernández, médico de la Universidad del Rosario y expresidente del Colegio Médico de Bogotá y Cundinamarca.
Aunque los dos picos pasados de la pandemia golpearon con fuerza a la ciudadanía y al sistema de salud, los expertos coinciden en que este último lo hizo con más fuerza. Entre otras cosas porque antes no habían fallecido tantas personas en el país debido al coronavirus. Las muertes diarias superaron el máximo registrado en toda la crisis sanitaria en cuatro ocasiones distintas durante los últimos siete días y llegaron a un promedio de 590,1.
“Los picos anteriores cayeron, pero este se ha convertido en una meseta e incluso se habla de que han sido dos picos juntos”, dijo el epidemiólogo de la Clínica Universitaria Bolivariana, Carlos Agudelo. Mientras tanto, el doctor Fernández sostuvo que la gravedad de este tercer pico también se pudo palpar en “el colapso del sistema de salud, algo que no se había producido antes”.
La ocupación de Unidades de Cuidado Intensivo (UCI) nunca se había incrementado tanto. Según el Sistema Integrado de Información de la Protección Social, el pasado 17 de junio este indicador llegó a 87,26 % (el más alto registrado hasta ahora). De las 13.089 camas que hay en el territorio nacional, 3.247 estaban ocupadas por pacientes no covid, 897 por casos sospechosos y 7.277 por contagiados confirmados. Es decir que solo quedaban 1.668 camas disponibles.
Olga Lucía Zuluaga, directora ejecutiva de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y hospitales públicos (Acesi), dijo que las altas cifras de ocupación evidencian “una situación que genera demoras e incluso la imposibilidad de atención a los pacientes debido a la falta de talento humano y recursos importantes como oxígeno y ventiladores”.
Además observó que “este pico que se está viendo en departamentos como Valle, Boyacá, Risaralda y la ciudad de Bogotá se parece al primero que se generó en Barranquilla, y en general en Atlántico, con gran número de casos y una mortalidad importante”, agregó Zuluaga y subrayó que la afectación en esta oportunidad fue más fuerte que antes en los grupos de edad que aún no han sido cubiertos por el Plan Nacional de Vacunación, en el cual ya se han aplicado más de 13,7 millones de dosis, de las cuales 4,1 millones corresponden a segundas dosis.
El Ministerio de Salud explicó en un comunicado que la distribución de la mortalidad en este último pico tuvo incidencia en todos los grupos etarios, aunque en distinta medida.
“(El virus) está afectando a personas mayores que hoy no han recibido su vacuna o no tienen el esquema completo, pero también afecta a otros grupos de edad, personas con comorbilidades que tienen hoy disponible la vacuna, pero no se la han aplicado”, señaló el viceministro de Salud Pública y Prestación de Servicios, Luis Alexander Moscoso.
El epidemiólogo Carlos Agudelo apuntó que “en términos absolutos las cifras de muertes siguen siendo muy altas”.
De hecho, la proporción de fallecimientos en este punto de la pandemia es más alta en comparación a períodos anteriores. De acuerdo con la información de Our World in Data, para el 16 de enero Colombia alcanzaba las 6,94 muertes diarias por millón de habitantes, mientras que el pasado 16 de junio esa cifra llegó a 11,70 decesos diarios por millón de habitantes. De todas formas, Agudelo sostuvo que la tasa de letalidad no ha aumentado en mayor medida porque ya hay una parte de la población protegida con la vacunación.
Y recalcó la importancia de que la gente sea cuidadosa frente a esta crisis sanitaria. “Hay que apelar a la responsabilidad individual”, dijo. “Hay que dejar de echarle la culpa al otro”, enfatizó y añadió que vale la pena que la ciudadanía evalué qué tanta responsabilidad individual tiene frente al virus. Para él, seguir las pautas básicas de autoprotección desde el comienzo de la crisis pandémica hubiera podido cambiar el rumbo de la situación sanitaria. “El uso de mascarillas de forma adecuada, el lavado de manos y el distanciamiento (social) hubiera sido y es suficiente para controlar la pandemia”, aseguró.
En ese mismo sentido se expresó el doctor Germán Fernández, quien hizo hincapié en que “la sociedad tiene que protegerse. Hay que mantener las distancias (de más de dos metros) y la ventilación (en los espacios cerrados)”.
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