El avance en los diálogos de paz entre el Gobierno y las Farc y la posibilidad de un Acuerdo Final para el primer semestre de 2016, podría cambiar el panorama del desminado humanitario en el país.
En diálogo con EL COLOMBIANO, el general (r) Rafael Colón, director del programa Acción Contra Minas Antipersonal, explica los cambios que se podrían aplicar, los nuevos municipios susceptibles de un desminado humanitario y cómo se estudia la posibilidad de ampliar las tareas que se adelantan en la vereda Orejón del municipio de Briceño, norte de Antioquia, donde ya se han despejado 14.564 metros cuadrados de terreno y destruido 33 minas antipersonal.
Ya están terminando labores en Orejón. ¿Ese plan piloto de desminado con las Farc va a continuar teniendo en cuenta que cada vez está más cercano un acuerdo final con esa guerrilla?
“La oportunidad que nos han dado los acuerdos logrados en La Habana frente a la descontaminación y limpieza a través de los proyectos pilotos, nos ha dado la suficiente madurez para que usemos esos aprendizajes en todos los municipios a los que lleguemos. Lo que sigue ahora son operaciones regulares de desminado en todo el país con un enfoque diferencial, atendiendo consejos comunitarios, cabildos indígenas, parques nacionales y territorios donde los alcaldes, gobernadores, jueces y fiscales de restitución de tierras nos exigen operaciones de desminado humanitario. Entonces aquí habría que hacer una conjugación de tres políticas fundamentales que tiene el Gobierno: la de acción contra minas, sustitución de cultivos ilícitos y la aplicación de la ley de restitución de tierras. Esos tres programas tienen que ir de la mano para penetrar los territorios donde hubo conflicto, de tal forma que se pueda hacer una reforma rural integral con una amplia participación de la ciudadanía que se encuentra en las zonas rurales del país”.
¿La agenda oficial del plan piloto entonces continuará como estaba planeado? ¿Guerrilleros y militares seguirán desminando juntos con el plan piloto?
“Tenemos la tarea, que es un requisito que viene desde la mesa de diálogos, y es terminar los dos proyectos piloto. En Orejón, que es el primero, debemos estar terminando a mediados de diciembre, sin embargo estamos considerando una segunda fase en el área periférica de esa vereda porque también hay sospecha de presencia de minas, pero posiblemente en ese caso ya se realizaría en el marco de una operación normal de desminado. Para el otro proyecto piloto, que se tiene programado en el departamento de Meta, están a punto de comenzar con los estudios técnicos. Esa segunda intervención debe terminarse, lo que ocurre es que una vez se lleguen a concretar acuerdos definitivos con la guerrilla, hay que pensar también en los demás municipios donde se encuentran las Farc y duplicar nuestra presencia y capacidad para evitar que los habitantes de esos sitios se vean afectados por presencia de minas”.
¿Sobre la posibilidad intervenir otras zonas aledañas a la vereda Orejón, tiene que ver eso con lo anunciado por el frente 36 de las Farc sobre la instalación de nuevas minas en esa área?
“Cerca a Orejón, hay unas veredas (Guinea y La Mina) en donde tenemos información gracias a la comunidad sobre la sospecha de explosivos, entonces es necesario que en el marco, ya de una operación regular de desminado no del plan piloto, se realice una segunda fase, la cual creemos que puede iniciar en enero. Lo que viene ahora es una gran campaña de educación para las comunidades que están presentes en esos territorios contaminados para que reciban capacitación y adquieran comportamientos seguros. También viene otra campaña a nivel nacional de señalización, para que los territorios donde sabemos que hay minas queden señalizados, y allí la comunidad sea advertida, evite transitar por esos lugares y así minimizar el riesgo. La idea es aplicar todo esto primero en la zona de influencia de la vereda Orejón”.
¿El panorama del desminado humanitario se ampliará en los próximos días, qué municipios son susceptibles de esa intervención?
“Sí, realmente esos 13 municipios (ver recuadro) que están señalados, son próximos a asignar a organizaciones civiles, operadores de desminado humanitario. La fuerza pública en Colombia lleva el mayor peso y la responsabilidad para hacer operaciones de desminado humanitario y también hay que decir que las fuerzas militares, por orden presidencial, se están alistando con toda la capacidad de los grupos Exde y Marte que se encuentran en lo ancho del país, para lograr que estas personas, esos soldados que los integran, pues tengan toda la capacidad y reúnan los altos estándares de calidad nacional, para que pasen a integrar contingentes como el actual Batallón de Desminado Humanitario (Bides), que es el batallón certificado, preparado, entrenado y dotado para realizar operaciones seguras”.
