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Emprendimientos que nacen en el aula

Las investigaciones académicas no solo terminan en grandes libros de tesis, también generan negocios.

  • Bioingred estudia los activos naturales en la industria farmacéutica.
    Bioingred estudia los activos naturales en la industria farmacéutica.
  • Diferentes especies vegetales han sido analizadas.
    Diferentes especies vegetales han sido analizadas.
  • El madroño tiene propiedades medicinales. FOTOS CORTESÍA

    El madroño tiene propiedades medicinales. FOTOS

    CORTESÍA

04 de octubre de 2019
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Aunque los posgrados se asumen como la piedra angular de la investigación puramente académica que empieza y termina en un salón de clases para luego publicar un artículo en revistas indexadas, muchos estudiantes logran trascender las paredes de las universidades con investigaciones que terminan en emprendimientos que irrumpen en el mercado con éxito y con el apoyo de entidades como Colciencias.

Uno de esos casos es el de Luis Carlos Carrillo, estudiante del doctorado en Ciencias Farmacéuticas y alimentarias de la Universidad de Antioquia, quien a sus 29 años ya puede decir que ha desarrollado dos proyectos de emprendimiento. El primero de ellos fue Artys Cosméticos, un proyecto que fue acompañado por el Parque del Emprendimiento hace varios años. Sin embargo, su mayor concentración ahora está en su nuevo emprendimiento: la compañía Bioingred que, con extractos naturales, busca dar soluciones en el mundo cosmético y farmacológico.

Activos con poder

La historia de Carrillo empieza cuando ingresa a un grupo de investigación en sustancias bioactivas que hace parte de la facultad de Ciencias Farmacéuticas y Alimentarias de la Universidad de Antioquia que buscaba evaluar la funcionalidad de las especies vegetales colombianas en el campo farmacéutico y alimentario, pues pese a la gran biodiversidad del país, la mayoría de medicamentos que se distribuyen en el país se importan.

“Me volví un apasionado del tema de los activos naturales para la industria alimentaria y cosmética. En la maestría arranqué a trabajar con una especie muy local que se llama el madroño y que tiene quince años de investigación en la universidad: mis dos tesis (una de maestría y otra de doctorado) y otras cuatro. Antes de que yo entrara a la investigación se habían realizado muchos avances sobre los componentes de la especie y se dieron cuenta que tenía atributos para prevención de enfermedades cardiovascular y neurodegenerativas como el Alzhéimer”, dijo Carrillo.

Su pasión por los extractos de especies colombianas encontró un fetiche en el madroño, que no tenía ningún producto ligado a sus compuestos, por lo que decidió estudiarlo de manera profunda en su tesis de maestría generando un ingrediente activo para ser incorporado en suplementos dietarios o cápsulas, para de esta manera prevenir enfermedades cardiacas y neuronales, sin embargo este ha sido un proceso largo que necesita aportes a la ciencia, así como publicaciones en revistas prestigiosas.

“Termino mi maestría y con esos resultados nacen unas convocatorias en Colciencias para apoyar prototipos de investigación que buscan prevenir algunas enfermedades, nos presentamos intentando escalar nuestro prototipo de laboratorio y ganamos, ahí empezó la historia empresarial, pues nos ganamos un dinero para comprar unos equipos que creíamos que cabían en un laboratorio de la Universidad pero eran equipos para meter en una planta. Buscamos entonces un socio externo y creamos esta spin-off que se llama Bioingred, con la que movemos otros productos hechos de extractos y buscamos comercializar los que vengan del madroño”.

Hacia el mundo

Ahora mismo la empresa está consolidando alianzas en Europa y Estados Unidos para comercializar productos que nacen de las especies de flora que tiene Colombia, pero que ya son comercializados por otras empresas, este es todo un emprendimiento que nace en la identidad biológica del país y que trascendió las aulas de un posgrado.

Mientras tanto, Bioingred trata de surtir todos los proceso políticos y científicos para revolucionar el mundo de los suplementos dietarios con un productor bien criollo: el madroño.

15
años es el tiempo por el que se ha estudiado el madrono en la Universidad de Antioquia.

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