Hace un tiempo era muy famosos un comercial en el que un hombre de unos treinta años asistía a una entrevista de trabajo, el entrevistador le preguntaba “¿Do you speak spanish?” (“¿Habla español?”), a lo que el pobre hombre respondía “A little” (“Un poco”) mientras se encogía porque la verdad era que no hablaba nada de inglés, la moraleja era obvia: no iba a conseguir el trabajo, lo iban a rechazar.
En la época en que el comercial se convirtió en un chiste recurrente —digamos que eran finales de los noventa—, podía pasar así, como un chiste, pero en el mundo hiperconectado de hoy, el inglés parece una obligación para los profesionales, mucho más quienes se embarcan en la tarea difícil de cursar un posgrado.
Según Thomas Hanns Treutler, director del instituto de Idiomas de la Universidad Eafit, es indispensable para los aspirantes a una maestría o a un posgrado hablar una segunda lengua, y en la mayoría de los casos la más importante es el inglés, pues la mayoría de documentos que se leen en las clases están en esta lengua.
“Aunque inglés es muy necesario, no sucede así con todas las carreras, hay ingenieros que necesitan aprender a hablar alemán porque los libros que más les interesan están en ese idioma, los de literatura suelen interesarse por el francés. Los muchachos que hoy entran en el posgrado tienen que entender que están compitiendo con estudiantes de otros países, muchos que llegan acá mismo y ya saben cuatro idiomas. Ese es el mercado laboral. Llegan más y más empresas internacionales y cada vez son más exigentes con el idioma, porque tienen clientes en otros países, porque sus proveedores sólo hablan inglés”.
Aunque muchos hablan de que a la hora de entrar en una maestría es necesario hablar otro idioma, Thomas Hanns dice que de no ser así, lo mejor es poner al día lo antes posible, o de los contrario podrá encontrarse con problemas en algunas materias o para graduarse, pues al final de cada posgrado hay que presentar un examen de suficiencia en una segunda lengua.