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El fuego arrasó con parte de la vegetación de La Macarena

Autoridades le siguen la pista a los incendios forestales en las zonas protegidas del Meta.

  • Esta es el área afectada en el Parque Nacional Natural Tinigua por el incendio forestal. El Gobierno estuvo en el lugar el fin de semana. FOTO Mindefensa
    Esta es el área afectada en el Parque Nacional Natural Tinigua por el incendio forestal. El Gobierno estuvo en el lugar el fin de semana. FOTO Mindefensa
El fuego arrasó con parte de la vegetación de La Macarena
24 de febrero de 2020
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El incendio en las inmediaciones de Caño Cristales, área de la Sierra de La Macarena, que se presentó este fin de semana, es un relato en el que convergen dos realidades: una tragedia ambiental y la situación de seguridad en la zona.

Para analizarlo es necesario tener en cuenta dos puntos. Primero, que el Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena y el Tinigua son vecinos y convergen en el departamento del Meta (ver Mapa).

Segundo, que el fin de semana el Gobierno desarrolló un operativo para recuperar zonas deforestadas en el Tinigua, al tiempo que se reportaba la gravedad de un incendio forestal en La Macarena, que habría sido ocasionado por manos humanas.

Amenaza a la naturaleza

Las quemas que buscan limpiar terreno para la ganadería y expandir la agricultura son frecuentes. Según el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, en este lugar, el Tinigua, están Grupos armados organizados residuales (Gaor) que usan estas zonas “como áreas base y corredores de movilidad para actividades criminales y están deforestando para sembrar coca”.

Justamente, en el operativo en el que participaron Fiscalía, Fuerzas Armadas y otras entidades se liberaron 1.900 hectáreas que habían sido deforestadas en ese parque. En esta acción capturaron a 20 personas por presuntos delitos ambientales.

Los ministros de Defensa, Trujillo, y de Ambiente, Ricardo Lozano, estuvieron en el lugar en la mañana del sábado y en la tarde se conoció de la gravedad de la conflagración en las inmediaciones de Caño Cristales, llamas que apenas fueron controladas a las 3:40 de la madrugada del domingo.

Pero este no sería el único. Según indicó la Vicepresidencia, en los últimos ocho días hubo quemas que acabaron con 220 hectáreas de vegetación en La Macarena, vecina del Tinigua.

No es la única vez que las inmediaciones de ambos parques nacionales naturales arden. Según el boletín de Detección Temprana de Deforestación, del Ideam, el Tinigua es la segunda área protegida del país en la que más se presentan conflagraciones, seguido por Sierra de la Macarena.

Esas quemas son ilegales en tanto se trata de zonas protegidas por la ley debido a su importancia ecosistémica.

No se sabrá a ciencia cierta cuáles fueron las implicaciones del incendio forestal de esta semana en Sierra de la Macarena hasta que Cormacarena dé a conocer los resultados del estudio que comenzará este lunes sobre el tema. Para los ambientalistas cualquier actividad que se realice en esta zona es crítica.

Un atentado al planeta

Cuando se le pregunta al especialista en gestión ambiental sostenible, Nelson Vivas, sobre esta área, la describe como un banco genético de la Tierra. “De tal manera que todo aquel que afecte La Macarena está atentando contra el equilibrio biológico del planeta, su memoria hídrica y pone en peligro la existencia de especies de gran valor para mantener el equilibrio ecosistémico”.

No en vano la Defensoría del Pueblo aseguró ayer que con los incendios “se exceden todos los límites” y estos son “un atentado contra la humanidad”.

El Meta tiene la particularidad de ser un departamento que sufrió la presencia de las Farc y en el que solo hasta la firma del Acuerdo de Paz, en 2016, se liberaron ciertas zonas del accionar criminal y el Estado comenzó a tener mayor presencia.

Sin embargo, la propia Defensoría reconoce que en sus inmediaciones hay una situación compleja con condiciones estructurales de pobreza, abandono institucional presencia de actores armados y conflictos territoriales y del ambiente.

Es por esto que en la Sierra de la Macarena y en el Tinigua, en tan solo una semana, convergieron emergencias ambientales y operativos de seguridad, en los que la vegetación de estos parques nacionales pagó el peor precio: su destrucción.

Infográfico

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