viernes
7 y 9
7 y 9
Ser joven y emplearse incluye múltiples retos para los que nos entrenan poco o nada. El primero, y más importante, es conseguir ese primer trabajo que nos dé el recibimiento a la vida laboral. Luego, vienen otros cargados de decisiones adultas: en qué EPS seré cotizante, qué tipo de contrato voy a firmar y en qué fondo de pensiones empezaré un ahorro programado para la vejez. Este último es quizás el menos vigilado, pues es poco usual pensar en esa etapa cuando apenas empieza la vida laboral.
“Tanto así que, si ese no fuera un requisito por ley para tener un trabajo formal, la mayoría preferiría no destinar parte de su salario a un fondo de pensiones”, asegura el magíster en economía Christian Marcelo Chaura, gerente de la empresa Pensiónte ABC, una consultora especializada en servicios pensiónales.
Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística, Dane, también apuntan hacia ese lado. Según un informe con corte a febrero de este año, el 90,8 % de las personas ocupadas en el país están afiliadas a salud, mientras que solo el 49,7 % cotiza en un fondo de pensiones.
Ese, desde la perspectiva del economista Ricardo Bonilla, profesor jubilado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional, “es el peor error: no ahorrar desde la juventud. Así que ese es el primer consejo, esté donde esté, ¡ahorre!”.
Dicho eso, surge una duda: ¿qué fondo le conviene más?
Para el caso de Colombia, existen dos opciones. El régimen de Prima Media, que es el fondo público Colpensiones, y el Rais, que es el Régimen de Ahorro Individual en el que existen cuatro de ellas: Colfondos, Porvenir, Protección y Skandia. En el país, según datos de la Superintendencia Financiera con corte a noviembre de 2020, 6.815.459 colombianos estaban afiliados a Colpensiones y 17.027.630 cotizaban con privados. (Ver: infografía)
“Entre esas opciones hay un imaginario colectivo de que siempre será mejor el público (Colpensiones) porque las personas mayores crecieron pensándolo, pero no es así” explica Bonilla. “Lo cierto es que cada caso es muy aparte y requiere de un estudio riguroso con las características de cada persona”, agrega el PhD en derecho Jaime Gañán, especialista en derecho de la seguridad social y derecho laboral y docente investigador.
Sin embargo, el camino está más claro para una persona joven que apenas empieza a trabajar. Pese a que ambos sistemas ofrecen condiciones similares, el camino más viable podría ser empezar a cotizar en un fondo privado. Pero, ¡ojo!, hay que tener en cuenta edad, estabilidad laboral, conformación del núcleo familiar e ingresos recibidos; porque no significa que durante toda la vida va a convenir el mismo.
Un punto clave que hace más atractivo el Régimen de Ahorro Individual es la forma en cómo se capitaliza el dinero que se va ahorrando. Mientras que en Colpensiones se evalúa el monto ahorrado con base en cómo haya subido el costo de la canasta familiar (inflación), en uno Rais se miran los aportes ahorrados en la cuenta individual más los intereses logrados, que son superiores a la inflación.
Esto último toma relevancia cuando una persona no alcanza las semanas de cotización necesarias, “pues obtendrá un monto mayor si retira ese dinero en uno privado”, dice Chaura.
Por otro lado, hay que tener en cuenta los beneficiarios de esa pensión si el titular llegara a morir.
Si el cotizante no tiene un beneficiario directo como estipula la Ley 100 de 1993 en Colombia, que es un hijo menor de edad, un cónyuge o padres dependientes económicamente, por ejemplo, “en caso de que la persona muera ese dinero se quedaría en el fondo de pensiones públicos; mientras que en uno privado se tramitaría como una herencia, de manera que los familiares, aunque no sean beneficiarios según esa ley, podrían reclamar el monto ahorrado”, asegura Gañán.
Además, es incierta la estabilidad laboral que se tendrá en el transcurso de la vida y si se alcanzarán las 1.300 semanas mínimas que exige Colpensiones para alcanzar la jubilación, mientras que en los fondos privados se exigen 1.150 semanas gracias a un Fondo de Garantía de Pensión Mínima.
Ahora bien, Gañán señala que la ventaja del sistema público es que los montos y tiempos están definidos por fórmulas explícitas y estables, mientras que en el privado puede varias dependiendo del capital. “Sin embargo, ese aspecto también se podría modificar si uno decide cambiarse de fondo en sus últimos años, pues lo cobijarían los requisitos del régimen final”, aclara.
Colpensiones, por su parte, prefiere no entrar en esa disputa de qué le convendría más a una persona joven, pues justifica que debe ser un especialista el que lo determine, según le dijo a este diario.
Un aspecto positivo es que ese fondo de pensiones que se elige no tiene que ser el definitivo. Esa misma Ley 100 fija un período de 10 años antes de la edad de pensión para que la persona elija si se queda en donde está o se cambia a otro.
Acá, según recomiendan Colpensiones, Porvenir y Protección, tres fondos de pensión consultados por EL COLOMBIANO, es importante que la persona se asesore de parte y parte, pues de ello dependerá los beneficios que recibirá en su futuro.
“Puede que una persona haya cotizado toda su vida en un fondo privado, pero que justo faltando unos doce años le convenga más uno público. Incluso, ese fue mi caso personal”, reconoce Claudia Coutin, Gerente de Negocios institucionales de Protección.
Para eso, “el Gobierno ha establecido algo que se llama Doble Asesoría, un mecanismo con el que los colombianos tomarán bien informados la decisión más importante para su futuro”, dice Colpensiones.
Así que es clave que esté atento a su edad de jubilación (57 años mujeres y 62 años hombres) y que empiece a gestionar unos doce años antes la asesoría de ambos sistemas pensiónales para que conozca cuál le funciona más.
Acá es donde cada proceso es un mundo diferente y va a depender de múltiples factores. “Entre ellos la edad, el promedio salarial y la estabilidad laboral que le espera en esos últimos 10 años. Pero también hay que tener en cuenta que la ley puede cambiar, en ese punto será clave una asesoría especializada para revisar qué conviene más en cada caso, aunque sea una persona joven”, concluye Gañán.
Por último, vale la pena resaltar que la tendencia de ahorrar va en crecimiento. Durante el primer trimestre de 2021, la Asociación Colombiana de Administradoras de Fondos de Pensiones y de Cesantía registró un crecimiento del ahorro pensional de 21,4 %, lo que representa hasta $317,9 billones comparado con el mismo periodo de un año antes, momento en el que se registró un ahorro de $261,8 billones